Por Augusto Munaro
Por Augusto Munaro
"La locura es un bien de familia", nueva nouvelle de Bárbara Belloc, opera en función de una prosa poética que habilita una serie de posibilidades formales. ¿Cómo narrar la figura de los padres atravesados por el fantasma de la vejez y de la muerte? ¿Qué hacer con la enfermedad de Alzheimer, trastorno que arrasa la memoria, y con ello, la historia emocional de una familia?
Hija del reconocido compositor de música Enrique Belloc, y de la no menos admirable pianista Elcira Diz, la autora nos lleva por el mapa íntimo de los sentimientos rebasados, casi como si se tratara de una partitura, y donde cada palabra, oficia de nota sobre el pentagrama de la vida. Poesía y ensoñación. Locura y ascesis. Con amorosa sutileza y un diestro manejo de la elipsis, la obra plantea las turbulentas emociones en torno a lo perdido: el deterioro de la edad y sus drásticas consecuencias. La supresión progresiva de la lógica con que rige la sobrevalorada realidad. La escritura, entendida como expresión de un abrazo íntimo y algo atormentado.
Son capítulos sin numerar, breves, pero cuya intensidad luminosa, bordea la contundencia del verso blanco. Instantes de reminiscencia contrastan pasajes de enrarecida comunicación en ciernes, siempre interferida con lapsus de leves epifanías. Así, la senilidad (su dinámica alienante) puede resultar poética también, saltando de tema en tema, abriendo puertas: oyendo colores. Murmura, divaga (aunque no tanto) a través de la sinestesia. Se disipa en estados confusionales donde la memoria pierde perspectiva de la reversibilidad de la vida. Belloc los transforma siguiendo devenires más libres (líricos).
Teje toda una red de voces, su genealogía familiar: desde los bisabuelos, hasta sus padres músicos. Puede distinguir los timbres y los colores de las voces, los contrapuntos, las alturas e intensidades del oído. Intersecta imágenes, palabras, tiempos (todo un arco que cubre un siglo de aventuras cuasi surrealistas, iluminadoras por su vivacidad imaginal). Belloc sabe ver las voces, otorgándoles una colocación afectiva a cada una; tonalidades cromáticas del corazón.
Los episodios espiralados y arborescentes, no siguen un orden causal, varían las épocas y personajes. Proliferan en fuga. Así, se genera una gramática dislocada (dislocante) sobre la voz, sobre lo vocal, a veces más allá del lenguaje, en su deliberada ambigüedad, interpelando directamente al lector. Los hace responsable, partícipes. Siguiendo esa pulsión activa, acaso pueda emparentarse con varios aspectos ensayados de la nouveau roman (Pinget, Robbe-Grillet y Sarraute).
Bárbara Belloc (Buenos Aires, 1968), es poeta, editora y traductora literaria. Publicó nueve libros de poesía, entre ellos "Ambición de las flores" (1997), "El sonido" (2023) y "Canódromo" (2015), así como el ensayo "Tribus porteñas". Conejillos de Indias y blancos ratones: un breviario de zoología urbana (1998). Junto con Teresa Arijón, dirige la colección "Nomadismos" (ensayo y pensamiento de artistas iberoamericanos), con sede en Buenos Aires, Río de Janeiro y Cuenca. Es coeditora del proyecto "Pato-en-la-cara".
(*) Comentarios sobre "La locura es un bien de familia", de Bárbara Belloc. Editado por Random House. Buenos Aires, Argentina, año 2023 (96 páginas)