Lunes 21.12.2020
/Última actualización 20:07
Va a ser interesante leer la versión taquigráfica de la reunión que mantuvieron, a puertas cerradas, los fiscales Matías Edery y Luis Schiappa Pietra que sin éxito pidieron imputar al senador Armando Traferri. Eso sí, debe advertirse a los potenciales lectores que no hay que transcribir sino escribir (otros lo hacen muy bien) para transmitir lo que dice un cierto tono de voz, lo que sugiere una pausa, ese silencio incómodo, o lo que contiene la voz exaltada de alguien, como en las escuchas judiciales que se repasaron el jueves 17 de diciembre, y causaron, como siempre que se oye a quien ignora que será escuchado, un mórbido placer o una pulsión a la bajeza difícil de controlar.
Por estos días se prepara en el Senado el trabajo profesional de quienes son fieles a lo que escuchan. Poca gente es más confiable que un taquígrafo: no necesitan reflejar lo que se quiso decir, sino solo lo dicho. Lo otro es trabajo de los cronistas.
Mientras se prepara una versión taquigráfica con altas chances de ser todo un éxito editorial, la prensa se nutre de lo que les cuentan los protagonistas del encuentro. Varios de ellos narraron las siguientes escenas. Se reservan aquellas que tuvieron menos de tres fuentes.
Hubo senadores que supieron dejar constancia, para los taquígrafos, de las emociones que notaron en sus interlocutores del MPA. Tanto que en alguna oportunidad, uno de ellos, casi se disculpó: "Pero, por favor, doctor, no se enoje, es sólo una pregunta…" Los fiscales exponían argumentos ciertamente rebatibles respecto de las coincidencias entre las antenas de los celulares del representante por San Lorenzo y de un empresario del juego ilegal cuando llegaron a un terreno más firme: la escucha en vivo a un funcionario de la Legislatura (ya fallecido) que le reclamaba plata a un conocido croupier ilegal.
Uno de los fiscales se alteró cuando se le preguntó: "¿Y usted sabe si Fulano no era jugador? En ese caso sería lógico que hable de plata".
Jorge Baclini llegó junto a los fiscales que habían pedido la reunión, lo que fue sin dudas un fuerte espaldarazo del jefe de todos ellos a las tareas de investigación de presumibles casos de corrupción, se trate de quien se trate. (Hoy investigan al número dos del MPA, Patricio Serjal, ex fiscal regional de Rosario; el número uno es Baclini).
Para los periodistas que cubrieron la entrada y la salida del dúo acusador, fue una sorpresa verlo llegar al fiscal general tanto como el número y el despliegue de seguridad de las TOE que los escoltó.
Tantas veces se ha visto a Baclini –o su antecesor del MPA- en las Cámaras, sin ninguna custodia evidente, que quedó claro que esta vez era para las cámaras.
Tras una enumeración de llamadas, audios y reuniones los fiscales dijeron que Traferri (sindicado como "organizador" no como jefe de la red de protección) había mantenido un contacto con un empresario del juego ilegal (Peiti) y que luego el legislador se reunió con el fiscal general Baclini y con el ex ministro de Justicia, Ricardo Silberstein, para "bajarles línea del 301" según el funcionario de la legislatura.
Lisandro Enrico (UCR-General López) aprovechó que estaba presente y le preguntó a Baclini si alguna vez habló con Traferri del juego ilegal en esos términos y el jefe de los fiscales lo negó.
Sin el confort del justo medio
Los cuatro senadores del bloque "Lealtad" -que buscan ser vistos como los leales a la Casa Gris además de honrar ese valor tan peronista- vivieron una semana difícil. Es incómodo sostener su íntima convicción de poder llevar adelante una posición que cumpla los deseos del gobernador y que, al mismo tiempo, no dañe a un compañero del peronismo, que además es decisivo para tratar todas las leyes.
En términos jurídicos, permitir imputar no implica juzgamiento. Pero en lo político no hubo lugar para una posición intermedia. Es a cara o seca, resumió otro senador del bloque Juan Domingo Perón.
Tal vez, si los fiscales hubieran comenzado por realizar una consulta pública al Senado para que se les indicara si es posible la imputación sin pasar por una autorización del Senado (1), tal como sostienen algunos constitucionalistas santafesinos que buscan una lectura menos literal de la Constitución provincial, se podrían haber evitado la clausura de esa chance. ¿Alguien con poder les dictó mal? Traferri dice que fue Sain quien precipitó las cosas.
Los fiscales eligieron preguntarle a Traferri si voluntariamente renunciaba a sus fueros, en medio de aquella audiencia que no podía ser imputativa, el viernes 11, para la que solo se había mostrado la declaración judicial de Gustavo Ponce Asahad. Fue una curiosa pregunta: los legisladores santafesinos solo pueden pedirles a sus pares ser librados de sus inmunidades parlamentarias. Los fueros no son de cada legislador sino del cuerpo que integran. Parece que se buscó que Traferri dijera en sede judicial algo que lo obligara luego en el ámbito legislativo. En el campo se lo llama hacerle pisar el palito.
Los fiscales buscaron siempre ser escuchados, hablar, mostrar. Es lógico, la oralidad de la reforma procesal penal está en su formación. Acaso también hayan querido que los senadores pudieran también captar las sospechas que despiertan las conversaciones ajenas grabadas, cuando se aprieta el mágico botón de play. El voyeurismo no es igual cuando se lo transcribe. El problema de lo denotado y lo connotado está en el fondo del asunto.
Schiappa Pietra y Derly han sido elogiados por su labor por una comisión de la Cámara de Diputados y por su bloque del PS, porque investigan a dos ex fiscales que cobraban coimas a los empresarios del juego que –es verdad- cuesta creer que actuaran solos. La ofensa más fuerte que recibieron es que en su argumentación "hay muchas sugestiones", según las certeras palabras de Joaquín Gramajo (PJ-JDP-9 de Julio).
¿Sólo Traferri podía ser señalado? ¿Justo la figura más visible del Senado en sus tensiones con el Ejecutivo? De ahora en más será eternamente acusado, incluso condenado, "mediáticamente y en redes", al decir del senador Marcelo Lewandowski (PJ-Lealtad-Rosario) mucho más allá de la investigación que debe seguir y buscar explicar cómo es que nadie sabía de los dueños del juego ilegal, que nada tiene ni ha tenido (por décadas y décadas) de clandestino.
La decisión del Senado, de carácter político, contó con la colaboración de una petición que presentó una investigación que se consideró como mínimo inmadura. Hay audios con connotaciones, pero nada más. El más fuerte dice "ya fui a San Lorenzo (…) y ya le llevo eso que tenía que llevarle al Pipi Traferri", y el dato de que "coinciden" luego los "impactos de antenas". Según Traferri ambos teléfonos pueden estar a cinco kilómetros de distancia. Los fiscales dijeron que tienen otra estrategia.
(1) A nivel nacional, con casos tristemente célebres en las dos fuerzas que gobiernan hoy o han gobernado el país (Menem, Cristina, Macri y sigue la lista) es posible imputar con fueros. El impedimento es más claro en la Constitución Nacional: lo que no pueden los jueces es detenerlos sin la autorización de los cuerpos que integran.