Por Emilio Campanella (*)
La cuestión del dragado
Por Emilio Campanella (*)
La Secretaría de Transporte de la Nación y la Administración General de Puertos firmaron modificaciones en el contrato de concesión de la Hidrovía que son lapidarias para el Puerto de Santa Fe y toda la región. Por un lado, hacen un cambio en el diseño del cobro de peajes en la traza del canal troncal, una medida que beneficiará a los grandes puertos privados del sur. Y por otro lado, eliminan la obligatoriedad de dragar desde Timbúes hasta la ciudad de Santa Fe a 25 pies.
El Puerto de Santa Fe está operativo y mientras desde Buenos Aires deciden ya no dragar más hasta Santa Fe, en los muelles del puerto se están embarcando 20.000 toneladas de soja de una cooperativa que es el equivalente a unos 800 camiones en la ruta, con todo lo que eso implica. Esto significa, entonces, condenar a la "inoperatividad perpetua" al puerto local. Destruir toda posibilidad de desarrollo portuario para nuestra ciudad y ni hablar de cómo sepulta para siempre el proyecto de reconversión del puerto local con una Nueva Terminal Portuaria a orillas del Río Paraná, que ya no tendrá ningún sentido porque de todas maneras no se va a dragar más hasta Santa Fe.
El Puerto de la Ciudad de Santa Fe es su razón fundacional. Somos esencialmente portuarios, en los hechos, a nuestro fundador Juan de Garay le encomendaron "fundar puerto y pueblo a orillas del Rio Paraná" y en ese orden fuimos primero puerto y luego pueblo, la Ciudad de Santa Fe, la primera Ciudad Puerto de la cuenca del Río de la Plata, cuando por entonces no existía ni siquiera la República Argentina como tal. Así de importante es para los santafesinos nuestro puerto.
Los puertos de upriver deben buena parte de su éxito, además del esfuerzo e inversiones de los privados, a la decisión política de los gobiernos nacionales de mantener un calado competitivo. Si se consultan las estadísticas del Puerto de Santa Fe, el descenso de cargas se verifica simultáneamente cuando se decide mantener un calado diferencial en beneficio de los puertos del sur.
Lo sé, es contrafáctico y no se puede afirmar o asegurar que, si Santa Fe hubiera tenido 34 pies, ahora tendría un volumen similar a Rosario. Lo que sí está claro, es que un calado de 34 pies en una región y de 25 pies en otra, claramente produce una inclinación de la carga en favor de la primera… es la discusión de "el huevo o la gallina". Es decir, "la carga o el dragado", el Gobierno Nacional ahora dice: "si no hay carga, no hay dragado".
Pese a todas las condiciones adversas el Puerto de Santa Fe demostró con ingenio que se podía operar igualmente abriendo un abanico de oportunidades para los pequeños productores y exportadores de toda la región que terminaban siempre entregando su producción a esas grandes empresas del sur que acaparaban todo el mercado y ahora las pymes podían exportar sin intermediarios. Parece que esta idea no les convenció mucho a las grandes terminales privadas del sur y hoy piden limitar más todavía las condiciones de navegabilidad para el puerto público de Santa Fe hasta hacerlo desaparecer por completo.
(*) Secretario de Vías Navegables CGT Santa Fe. Asociación de Personal Jerárquico y Profesional de la Marina Mercante. Dirigente Agrupación VUELVE.