En el quinto día de paro de los choferes de larga distancia, el gobierno nacional redobló la presión contra las empresas de ómnibus de larga distancia, al advertir que evaluaba la posibilidad de quitar concesiones de explotación de ese servicio público a las compañías sancionadas, mientras insistió con que la continuidad de la huelga de los trabajadores del sector responde a un “lock out patronal”.
Al cierre de esta edición, en Buenos Aires, se realizaba una reunión de urgencia entre funcionarios del Ministerio de Trabajo y otras áreas, los representantes de las empresas de transporte y los gremialistas de la UTA para intentar encontrar una salida a un conflicto que afecta a más de 100.000 personas en todo el país.
En concreto, el gremio está pidiendo un aumento del 23 %, que ya fue homologado por el gobierno nacional, pero los empresarios están reclamando subsidios para poder hacer frente a este incremento salarial.
Al promediar la mañana, en la Terminal de Ómnibus de Santa Fe la mayor parte del movimiento era generado por la gente que tenía programados viajes de media distancia. Sin embargo fue posible constatar la presencia de pasajeros de otras provincias que quedaron varados —algunos con necesidades urgentes de retornar a sus puntos de origen—, otros que debieron recurrir a combinaciones de micros u otras alternativas para llegar a sus destinos. Inclusive, varios que solo podían expresar su impotencia con vanas consultas ante las boleterías, sin encontrar respuestas satisfactorias.
Alberto Chávez permanecía sentado mientras custodiaba el vasto cúmulo de valijas y bolsos que conformaba su equipaje. Oriundo de Resistencia (Chaco) llegó hasta Santa Fe desde Buenos Aires con su mujer y su hija de 3 años, estuvo en la casa de una tía y esperaba desde hace más de un día y medio para poder regresar a su casa. “No hay respuestas, sólo hay que esperar.
Estoy Varado acá”, le contó a El Litoral, con evidente fastidio. “Quiero que se pongan en mi lugar”, manifestó este camionero chaqueño al referirse al paro de micros que afecta a todo el país desde el jueves a la tarde.
Otra de las afectadas era María Vilela, quien llegó el martes pasado a nuestra ciudad y estuvo parando en casa de unos familiares. Hoy llegó por tercera vez a la terminal a cambiar su pasaje para no perderlo, pero sin chances aún de regresar a su casa en Córdoba. “El paro sigue y no nos dan ningún tipo de solución”, se lamentó. La urgencia de María para llegar a su domicilio no es caprichosa: sufre hipertensión, Epoc, insuficiencia coronaria y diabetes. El problema es que únicamente cuenta con dosis de medicina suficientes hasta hoy y no tiene el dinero necesario para adquirirla.
“Yo entiendo el reclamo, pero acá no tengo acceso a los remedios, ya me gasté los últimos pesos en comida. Uno no vino previsto para que esto suceda. Yo tengo familiares, pero ellos no están en condiciones de pagar un remedio que sale 900 pesos. Me urge volver a Córdoba, allá tengo la medicación”, se quejó.
Por esta situación, decidió radicar una denuncia ante la Comisión Nacional de Regulación del Transporte (CNRT). “Siempre somos los rehenes de una sociedad que no nos merecemos”, afirmó sin ocultar su fastidio. Entre aquellos que debieron buscar combinaciones alternativas para poder viajar igual a pesar del paro, estuvo Laura. Esta estudiante rafaelina se vio obligada a hacer escala en Santa Fe el sábado para poder trasladarse desde Rosario (donde cursa Traductorado de Inglés) hasta su ciudad. Y esta mañana esperaba el micro para realizar el camino inverso y regresar a la ciudad del sur provincial.
“El tema es que me lleva más horas, pierdo más tiempo y me sale más caro”, comentó. El viaje directo entre un punto y otro le lleva unas tres horas y media, mientras que debido al paro debió emplear más de cinco.
Otros, como el caso de Eugenia, debieron apelar directamente soluciones alternativas. “Tenía que viajar a Buenos Aires por una entrevista y ahora me viene a buscar un amigo para ir en auto”, explicó. El inconveniente es que esta joven santafesina tenía la entrevista pautada para hoy a la mañana y al no poder llegar se vio obligada a reprogramarla para el martes. “Estaría bueno que se resuelva rápido (el paro), mucha gente necesita del transporte. Yo tuve la suerte de conseguir alguien que me lleve, de lo contrario, se me podía complicar una oportunidad laboral”, manifestó.