Alejandro Ramos Padilla, tiene que resolver desde hace casi un mes el planteo de “flagrante” incompetencia que le presentó Carlos Stornelli, pero el juez federal de Dolores no lo hace porque teme que le saquen la causa. Y Carlos Stornelli tiene que presentase a declarar a la indagatoria ordenada por el magistrado, pero no lo hace porque sabe que de inmediato el juez lo procesaría.
La disputa -usa el escenario judicial pero lo trasciende- es entre un magistrado que proviene de Justicia Legítima y el ex jefe de Seguridad de Boca. Las formalidades legales de una causa iniciada por supuesta extorsión tienen como ostensible objetivo de fondo la causa de los cuadernos, el futuro procesal de Cristina Fernández, la situación de grandes empresarios y la instituciones argentinas, en medio del fárrago de corrupción y espionaje, legal e ilegal, estatal y paraestatal.
¿Cómo evolucionarán las causas judiciales a medida que avance la campaña electoral? No será lo mismo si Cristina gana -en caso de presentarse- o si lo hace Macri. Un tercero en la Casa Rosada abre interrogantes sobre pactos de impunidad dentro del peronismo, que en tal caso mantendría a la ex mandataria como senadora nacional y con ascendencia directa en bancas de ambas Cámaras. No en vano Unidad Ciudadana cierra por estas horas acuerdos para bajar sus candidatos a gobernador a cambio de lugares en listas legislativas.
Cristina tiene 10 procesamientos (y siguen) y 5 pedidos de prisión preventiva, en expedientes que exhiben un festival de pruebas y testimonios sin precedentes en la historia del país. Sólo una antojadiza interpretación de la corporación política a los fueros parlamentarios, evita hoy que esté entre rejas como jefa de asociaciones ilícitas.
La Justicia acaba de intimar a Florencia para que vuelva a la Argentina y se ponga a derecho. De la familia “K”, la hija de Cristina es la única sin fueros; “padeció” la incautación de 5 millones de dólares de su bóveda bancaria. Por ahora se queda en Cuba bajo protección castrista, donde no habría extradición que valga llegado el caso.
Mauricio Macri necesita de Cristina para mantener la escena electoral del mal menor que -especula- lo favorecería. Pero en la Casa Rosada no verían mal que los empresarios involucrados en la causa de los cuadernos liberen sus pesares con juicios abreviados y multas, para poder seguir adelante con obras que también quiere Macri en su carrera contrarreloj entre el desastre económico y las urnas. Pero Elisa Carrió no está dispuesta a ceder en la cruzada republicana que considera indispensable.
Además Macri espera la resolución de fondo de Bonadío. El juez -uno de los surgidos de la mítica servilleta de Carlos Corach- podría desgastar a Cristina; aunque no habría procesamiento capaz de sacarla de la cancha electoral, medidas procesales y exhibiciones públicas de pruebas tendrían efectos devastadores en las chances de la jefa kirchnerista. Y sin ella, Mauricio pierde sustento.
Aunque no tenga nada que ver con la causa de los cuadernos, la -cuanto menos- imprudencia de Stornelli en sus reuniones con el falso abogado y supuesto espía inorgánico no invalidan su trabajo en la investigación de corrupción del gobierno de Cristina Fernández con empresarios de la obra pública. Pero -se descuenta- el tema será usado para recursos que irán a Casación e incluso a la Corte y que dilatarán el abultado expediente que lleva adelante el juez Claudio Bonadío.
El juez federal de Dolores Alejo Ramos Padilla declaró “en rebeldía” al fiscal federal Carlos Stornelli en la causa que investiga una red de espionaje ilegal y pidió al procurador general de la Nación, Eduardo Casal, que “arbitre los medios necesarios” para “garantizar la comparecencia” del imputado.
Ramos Padilla advirtió que “si el imputado se pusiera a derecho y se presenta a la audiencia fijada, se habrá de dejar sin efecto la declaración de rebeldía” y “se habrán de sustanciar y resolver todas sus peticiones y planteos, tal y como hasta el momento venía sucediendo en este proceso judicial”.
El juez federal de Dolores rechazó el planteo de “nulidad del proceso” formulado por la defensa de Stornelli, que tiene fueros por su condición de fiscal, por lo cual en caso de ser declarado en rebeldía no podría ser trasladado por la fuerza pública. Por eso Ramos Padilla elevó el pedido a la Procuración General de la Nación, que ya le pidió explicaciones a Stornelli.
Roberto Ribas, abogado defensor de Stornelli, anticipó que recurrirá la decisión de Ramos Padilla y advirtió: “La causa la tiene hace más de un mes y no resuelve la incompetencia. Le hemos pedido pronto despacho; no lo resuelve y lo tiene hace más de un mes”. Recordó incluso que fue el propio fiscal de Dolores el que planteó la incompetencia del magistrado, que no tiene competencia para investigar hechos sucedidos en Capital Federal.
“Es nulo lo que está haciendo”, dijo Ribas sobre lo que dispuso Ramos Padilla. Sobre la eventual pertenencia al kirchnerismo del juez, el abogado dijo que “cada cual tiene sus ideas políticas, no me preocupa. Puede tener las ideas que quiera, pero no las puede llevar al proceso”, advirtió. Dijo para explicar la situación que “la mejor frase, aunque no es jurídica, es que el juez pisó la causa. Stornelli no tiene garantías; si se presenta, a los dos minutos está procesado”.