Luis Rodrigo
Los gastos operativos y en infraestructura para llevar electricidad dentro de la provincia (que no pagan otras compañías distribuidoras) equivalen a un tercio del aporte de los usuarios al Fondo de Electrificación Rural.
Luis Rodrigo
politica@ellitoral.com Por el tamaño de su demanda y por lo que representa su mercado eléctrico en el país, la Empresa Provincial de la Energía santafesina tiene a su cargo el costo del transporte de la electricidad, en 132 kw. Y se estima que se vinculan a ese rubro aproximadamente el 1,2 % de todos sus costos específicos (sin impuestos ni compra de energía). En otras palabras, es algo más de un punto sobre un tercio del valor final de las facturas que pagan los clientes de la empresa. Parece poco, pero el panorama cambia si se piensa que se trata de alrededor de un tercio del Fondo de Electrificación Rural, con el que hoy se llevan a cabo obras importantes en el interior de la bota. Por primera vez, tanto a la EPE santafesina como a la Epec, de Córdoba, les interesa instalar una discusión a nivel nacional para que el Estado nacional advierta que mientras les brinda un subsidio a otras jurisdicciones que no transportan energía, a ambas provincias no. El próximo 26 de julio, en una comisión sobre tarifas del Consejo Federal de Energía (que reúne a las provincias y el gobierno nacional), el tema será planteado por funcionarios cordobeses y santafesinos. Inversión en infraestructura La secretaria de Energía de Santa Fe, Verónica Geese, sostuvo que es de aproximadamente el 1,2 % “del VAD” el costo de mantener las líneas de transporte de energía en 132 kw y agregó: “Habría que sumar a esa cifra el costo de la inversión histórica, en capital, en las obras de infraestructura energética que se han hecho” en líneas y Estaciones Transformadoras, además de los equipos necesarios para su mantenimiento. El Valor Agregado de Distribución (VAD) es equivalente al costo puramente eléctrico, exclusivamente técnico de distribuir energía, y tampoco considera los impuestos ni el precio de compra del insumo en el mercado mayorista. Históricamente, el VAD es aproximadamente un tercio del valor final de las tarifas, proporción que -según los datos que presentó la EPE en la primera audiencia pública- hoy se mantiene. Así, es posible suponer que la inversión de la empresa en transportar energía dentro de su extensa área de servicio es comparable a un tercio de lo que los clientes de la compañía aportan al Fondo de Electrificación Rural. En cada una de las boletas de la EPE, el 1,5 % de lo que pagan los usuarios va a ese Fondo que (más el aporte por la misma cifra que realiza el Estado Provincial) este año permite hacer obras por $ 225 millones y llevar el servicio a áreas de baja densidad poblacional, o mejorarlo donde ya ha sido extendido. “Costo Córdoba” Mientras, en la provincia vecina los cálculos son otros. Y la prensa de la Docta ha comenzado a hablar del “Costo Córdoba” para ilustrar el 3 ó 5 % de los gastos operativos de Epec que suma el transporte. Los funcionarios del gobierno cordobés impulsaron la discusión del tema ante las autoridades nacionales, y -tal como relató Geese un mes atrás- Santa Fe coincidió de inmediato. La situación de Epec es diferente de la de la EPE, respecto del sistema eléctrico argentino. La compañía de Córdoba debe unos $ 7.700 millones a Cammesa y aún no ha acordado un mecanismo de pago. Santa Fe, en cambio, se pone al día en cuotas con una deuda por $ 1.200 millones, también de cuando el kirchnerismo no cumplió con sus aportes a cambio de congelar tarifas. Esta semana, la compañía de Córdoba logró calificar (en Moody’s) para la emisión de bonos por hasta U$S 100 millones, para atender gastos propios y afrontar parte de esa deuda. Según los funcionarios de la EPE, que El Litoral pudo consultar, en Cammesa (la Compañía Administradora del Mercado Eléctrico Mayorista), la empresa santafesina “está en el cuadro de honor”, es decir, al día con sus pagos por ese insumo y con las cuotas de su deuda.
Razones técnicas y decisiones políticas Los memoriosos de la EPE recuerdan que en los ‘90, durante los dos gobiernos de Carlos Reutemann, se intentó privatizarla. Y que se había pensado dividirla en dos: por una parte, la empresa distribuidora y por otra, una empresa de transporte a crear. Los planes del peronismo santafesino reutemanista quedaron truncos con la crisis de 2001 (y la resistencia de otro peronista, Jorge Obeid). Los privatizadores pensaron en dos unidades de negocios, porque ambas actividades eran rentables. La EPE tiene un mercado de una escala muy apetecible, por su demanda, y su mayor desventaja es su extensión. La historia de cómo fue transferida a las provincias la vieja empresa Agua y Energía Eléctrica de la Nación muestra que en Santa Fe, la EPE (por entonces Dirección Provincial de la Energía) se quedó con la distribución y con el transporte (en 132 kw), lo mismo que Córdoba. En cambio, por su nivel de desarrollo, hubo que agrupar a varias otras provincias y crear empresas de transporte que las atiendan, por regiones. Durante el menemismo, se privatizaron las ya existentes Electrocuyo (que transporta energía en Mendoza y San Juan; TransNOA (Salta, Tucumán, Jujuy y Santiago del Estero); Trans NEA (Entre Ríos, Chaco, Formosa, Corrientes y Misiones); y TransPA (para las provincias patagónicas). Las privatizaciones dividieron el mercado de Capital Federal, del Gran Buenos Aires y el de esa provincia. Y se creó TransBA. Hasta allí: posiciones políticas, que se apoyaron en criterios técnicos. Pero huboademás, otras decisiones: tras la finalización de los gobiernos kirchneristas, la administración actual terminó sólo con parte de sus subsidios a la generación, a la distribución y al transporte. El gobierno de Mauricio Macri mantiene los subsidios (parcialmente) para la distribución y el transporte de porteños y bonaerenses, así como a las empresas de transporte del interior arriba mencionadas. La medida excluye a Córdoba y Santa Fe, por tener una historia diferente: no fueron privatizadas. En enero de 2017, el costo del transporte subió 1.200 % para las distribuidoras que requieren los servicios de las transportistas, pero para atemperar el shock el ministro de Energía, Juan José Aranguren, mantuvo buena parte del subsidio. Sólo se aplicó una actualización parcial. En resumen: los subsidios de la Nación que no benefician a santafesinos y cordobeses efectivamente bajaron, pero apenas un 16 %. Si antes éstos cubrían $ 100, ahora cubren $ 84. Esa es la base del reclamo al gobierno central en el Consejo Federal de Energía.
Cuestión de tamaño A diferencia de otras provincias, Santa Fe cuenta con un mercado eléctrico que justifica que la EPE, además de la distribución, se encargue del transporte de la energía. La red hoy cuenta con de 68 Estaciones Transformadoras (ET) y 2.100 km de líneas de alta tensión (en 132 kw). Y al contar con el control de esas decisiones puede extender la distribución de forma más independiente que otras provincias. Se trata de la única compañía del país -estatal o privada- que tiene todas sus ET telecontroladas, en forma completa, es decir, hasta sus barras de media tensión. En otras regiones del país (incluso Buenos Aires) se requiere de personal presente para atenderlas. El tamaño del sector de transporte de la energía santafesino es equivalente a cuatro o cinco empresas de transporte del norte argentino.