El particular caso del hermanamiento que mantiene unidas a familias a 11.000 kilómetros de distancia
En el marco de los 35 años del Gemellaggio entre la ciudad de Sastre y Monticello D´Alba, un contingente de vecinos provenientes del pequeño pueblo de Italia arribó a la cabecera departamental. La situación que fortalece los lazos es único en el país por la relación de fraternidad que se fue forjando con el correr del tiempo y se retroalimenta constantemente.
El particular caso del hermanamiento que mantiene unidas a familias a 11.000 kilómetros de distancia
Desde hace tres décadas y media vecinos de la ciudad de Sastre, departamento San Martín, y Monticello D´Alba, región de Piamonte – Italia – se visitan asiduamente. El caso despierta la atención por la fraternidad que los dos poblados lograron formar con el correr de los años. Es que si bien existen hermanamientos en toda la Argentina, el Gemellaggio entre estas comunidades sorprende por los vínculos afectivos. “Hemos construido lazos que nadie pudo establecer. Los contingentes siempre se hospedan en hogares particulares y se va sumando gente todo el tiempo para viajar y recibir huéspedes, abriéndole las puertas sin conocer a quien va a llegar pero brindándole todo lo que está a su alcance. Por eso se logró crear una gran familia donde actualmente los llamados son constantes para saber cómo estamos o para saludarnos en los cumpleaños. Que haya personas que se acuerdan de uno estando a 11.000 kilómetros de distancia nos hace sentir que no somos un número en el mundo”, le dijo Félix Redolfi, presidente de la Sociedad Italiana de Sastre, a este medio.
En el marco del aniversario 35 del hermanamiento entre Sastre y Monticello D´Alba, un contingente de personas provenientes de Italia visitó la ciudad cabecera del departamento San Martín. Arribaron el pasado jueves 28 de diciembre y abandonaron la localidad el martes 2 de enero para comenzar un recorrido turístico por el país que incluye Salta, Jujuy, Misiones y Ushuaia. La estadía en el centro oeste provincial estuvo marcada por una intensa agenda que incluyó visitas a escuelas – cada vez que un grupo llega desde la región de Piamonte realiza un aporte monetario a las instituciones educativas de la ciudad –, un paseo por los puntos más característicos, una jornada con actos protocolares y cena oficial, y hasta un encuentro más distendido con costillares a la estaca para saborear la cocina tradicional argentina. Pero por sobre todas las cosas, una comunión para recibir conjuntamente el 2024.
La estadía en el centro oeste provincial estuvo marcada por una intensa agenda que incluyó visitas a escuelas.
Fueron unas diez personas de diferentes edades las que se alojaron en hogares de familia, desde adolescentes hasta mayores de edad, situación que se replica cada vez que vecinos de Sastre visitan Monticello. Pero el particular caso no deja de sorprender y llamar la atención por los lazos afectivos que se lograron construir entre las dos comunidades. El hermanamiento se fue transmitiendo de generación en generación y jóvenes entusiastas ingresan al grupo de trabajo para mantener el Gemellaggio vivo. “Es algo especial. Uno debe abrir las puertas para recibir a quien llegue. Lo mismo ocurre cuando vamos hacia allá, independientemente que no conozcamos a las personas. Eso marca la diferencia por sobre otros casos. Si bien existe una parte protocolar porque hay un hermanamiento entre Comunas, Sastre y Monticcello se caracteriza por el amor que une a las familias”, explicó Redolfi.
El último viaje de una comitiva italiana a Sastre había sido en 2018 en el marco de las tres décadas del Gemellaggio, firmado el 11 de noviembre de 1988. El grupo de la cabecera departamental debió esperar hasta 2022 para devolver la visita. Es que la misma estaba prevista para el 2020, pero producto de la pandemia todo debió reprogramarse. “A pesar de todo ese tempo sin vernos, los contactos continuaron. Somos una gran familia y se ha logrado construir lazos afectivos que se transmiten a lo largo de las generaciones. Por eso ha perdurado en el tiempo. Existen varios hermanamientos con continuidad, pero nuestro caso es único en el país. Primero porque fue uno de los primeros, pero por sobre todas las cosas porque seguimos en contacto compartiendo a la distancia distintas cuestiones, problemas y vivencias. Entonces ahí está el secreto para que siga vivo”, indicó el presidente de la Sociedad Italiana.
Tanto en Sastre como en Monticello existe un grupo de personas que trabaja bajo el objetivo de mejorar la atención cada año y brindar lo máximo de cada uno. Y esa es la clave para que la vivencia de quienes viajan sea única. “A lo largo de estos 35 años se fue formando un equipo que está muy unido y al cual se va sumando gente. Esto se mantiene activo y no se pierde la esencia del Gemellaggio”, confiaron desde la organización del hermanamiento.
La estadía en el centro oeste provincial estuvo marcada por una intensa agenda que incluyó visitas a escuelas.
De esta manera, no se trata únicamente de las visitas en sí, situación superficial que se observa inicialmente. Las comunidades se retroalimentan constantemente con contactos que se establecen semanal o mensualmente entre familias que supieron forjar redes de afecto que el tiempo no logró borrar. “Que exista gente que se acuerda de cada cumpleaños y llama para saludar a pesar de estar a 11.000 kilómetros de distancia es realmente muy lindo. Nos hace ver que no somos un número en el mundo”, confió Redolfi.
El próximo viaje, previsto en el marco de los 35 años de la primera visita de una comitiva de Sastre a Italia, será en 2025. Así, el grupo comenzará con los preparativos para convocar a todo vecino que desee conocer el pintoresco pueblo italiano ubicado entre colinas y reencontrarse con sus hermanos monticellenses.