Este 2024, el grupo de voluntarios Puente del Ama celebra tres décadas dedicadas a ayudar al prójimo con un gran trabajo que, por ser continuo, se volvió indispensable para las comunidades de Salta y Chaco a las que asisten cada año.
La ONG de Venado Tuerto nació en 1994 y acumula más de cien misiones a comunidades de Salta y Chaco.
Este 2024, el grupo de voluntarios Puente del Ama celebra tres décadas dedicadas a ayudar al prójimo con un gran trabajo que, por ser continuo, se volvió indispensable para las comunidades de Salta y Chaco a las que asisten cada año.
Logo realizado por una de las colaboradoras, que "en un acto de amor preparó su interpretación de unión entre la montaña, el monte y la llanura", indican desde la ONG.
"Se toma como fecha de creación de Puentes del Alma el primer viaje realizado, que se inició a partir del vínculo entre la Escuela Nº 6253 "José de San Martín" de Runciman y los directivos de la escuelita de Santa Victoria Oeste, en la provincia de Salta. Desde ese momento comienza este puente que iba a ser por tres meses y ya lleva 30 años", cuenta a El Litoral la coordinadora Patricia Lugaro, quien recordó que la primera campaña y viaje fue el 9 de julio de 1994, desde la escuela de Runciman, a partir de un trabajo incansable de Miriam Celino y Rita de Pardo.
A partir de allí esta historia de solidaridad y compromiso fue creciendo y el centro de acopio de donaciones se traslada a Venado Tuerto, donde desde entonces tiene su central y unas 30 sedes en las provincias de Buenos Aires, Córdoba y Santa Fe que se unen en cada misión.
La acción solidaria de Puentes es reconocida principalmente por sus campañas para ayudar a escuelas del norte argentino, donde llegaron a crear escuelas desde cero, logrando alfabetizar y hasta combatir algunos casos de desnutrición infantil.
"A lo largo de los años, fuimos reacondicionando escuelas, que es el objetivo principal, y brindar apoyo a las comunidades educativas que están en zona de montaña, donde para llegar había que caminar entre seis y ocho horas", recuerda Patricia sobre las primeras travesías del grupo.
Más adelante aseguró que hoy en día los caminos fueron cambiando. "Se llega hasta un determinado punto en vehículo, después se sigue caminando y si alguna está en un lugar con poco acceso, son escuelas albergues, donde los chicos duermen, es decir, tienen clase inclusive los sábados", describe sobre la realidad de las aldeas que visitan al menos una vez al año.
Y señala que en el puente inicial, en Santa Victoria Oeste (Salta), "se construyó una escuela con aportes de materiales desde Venado Tuerto, la región y de todas las sedes, y la mano de obra de la comunidad, siendo los mismos padres los que edificaron con adobe".
A esta escuelita rural tienen realizados unos 30 viajes, contó Lugaro.
El Impenetrable chaqueño fue visitado por primera vez en 2006, y al llegar se encontraron con un "panorama desolador", rememora Patricia, ya que los habitantes de la comunidad no estaban escolarizados y tras gestiones "logramos que se hiciera una escuela desde cero, con comedor, puesto sanitario, jardín de infantes, y es lo que ahora sostenemos a lo largo de los años", afirma la referente venadense, agregando que demandó una década finalizar el establecimiento educativo, que hoy alberga 50 alumnos, más 15 infantes y 15 adultos que también emprendieron el camino de la educación.
A esta escuela viajan en mayo llevando donaciones de alimentos y en noviembre todo lo referente al inicio escolar.
"Este año lo haremos en junio, aunque estamos esperando la confirmación de la fecha, ya que el camión de la empresa MSU, que nos traslada las donaciones sin cargo, nos tiene que avisar cuándo está disponible", cuenta sobre la campaña actual y el futuro destino.
Otra de las cuestiones a organizar este año será cómo trasladarse hasta el lugar, ya que los elevados costos de combustible y alojamiento dificultan la posibilidad de unirse como voluntario, como sí pasaba en otras ocasiones.
"Cada uno de los que vamos se paga su viaje. Nos dividimos en los vehículos de a cuatro o cinco, para solventar el combustible, y la comida se la paga cada uno. Y como antes dormíamos en la escuela, algo que ya no podemos, también tenemos el gasto de alojamiento, es decir que cada vez se hace difícil", compartió Lugaro sobre los preparativos.
"Cuando uno se inicia en el camino de la solidaridad, que es voluntario, porque nadie nos paga, la satisfacción es poder tener continuidad en esta labor. Si no hay continuidad, no hay compromiso, y si no hay compromiso, no hay dedicación y amor, entonces no hay solidaridad", reflexiona la titular de la ONG, que está en ese rol hace más de 20 años.
"Asumir una responsabilidad voluntaria es hacer algo por el otro, es mirar lo que pasa a tu alrededor, porque en Venado Tuerto también formamos parte de Venado Ayuda (grupo de organizaciones solidarias) y cuando hay que colaborar en la ciudad por alguna causa, siempre estamos presentes de manera anónima, por supuesto", destacó, agregando que se trata de "tomar un compromiso y no importa dónde ni con quién o cómo; lo importante es hacerlo".
Para finalizar, agradeció a la gente que siempre está presente y dejó como mensaje "que se sumen" porque "a veces uno se siente solo cuando está armando un viaje, pero cuando empiezan a colaborar es muy satisfactorio porque uno no espera reconocimiento, pero seguramente ese reconocimiento va a estar en la mirada de cualquier niño", cerró.
Para colaborar con Puentes del Alma en su próximo viaje se pueden acercar alimentos no perecederos al local ubicado en Juan Bautista Alberdi 222 (interno), de lunes a viernes, de 14 a 17, o comunicarse a través de las redes de la ONG.