Ignacio Pellizzón | region@ellitoral.com
Desde el sector indicaron que no se trata de que se esté “atravesando un buen momento”, sino que teniendo en cuenta de dónde se viene “esto es una oxigenación”. Si bien hay un incremento en las transacciones, lo que más aumentaron fueron las consultas y las negociaciones “arduas”.
Ignacio Pellizzón | region@ellitoral.com
No es la panacea ni mucho menos, pero después de haber vivido un aplanche total durante la pandemia y con un piso en dólares que alcanzó una caída de un 30%, los inmuebles en Rosario volvieron a ser demandados para la compra-venta. Comparando abril del año pasado con el de este 2022, las adquisiciones se duplicaron en la ciudad, en base a las escrituras.
“Hay un crecimiento significativo”, admitió a El Litoral el presidente del Colegio de Corredores Inmobiliarios local (Cocir), Andrés Gariboldi. En este abril que acaba de concluir, “tuvimos más de 1.300 ventas”, lo cual es el doble si se compara con el mismo mes del año pasado que apenas se superaron las “650 escrituras”.
El referente del sector señala que no se trata de que se esté “atravesando un buen momento”, sino que teniendo en cuenta de dónde se viene “esto es una oxigenación”. Si bien hay un incremento en las transacciones, lo que más aumentaron fueron las consultas y las negociaciones “arduas”.
Un factor clave que impulsa las ventas es que “los inmuebles están en un piso en dólares que alcanzó una caída del 30%, con lo cual más no van a bajar”. De hecho, el dólar paralelo alcanzó en junio un record de 214 pesos, lo que expone que la divisa se está empezando a mover y esto implica que se ajusten los cotos en moneda estadounidense.
Gariboldi, no obstante, recalcó que “lo que falta” es aquel inversor que destinaba sus fondos para comprar un departamento y volcarlo al alquiler. “Esto no está pasando” desde hace años y, según el titular de Cocir, se debe “a la nueva Ley de Alquileres” que se encuentra en revisión en el Congreso de la Nación.
Un ejemplo que expuso el Andrés Gariboldi es que en el portal del propio Colegio (Propia) hay en venta 55 mil propiedades, mientras que solamente para alquiler hay unas 800. “Esto demuestra que una gran mayoría salió del mercado locativo para volcarse a la venta”, porque no ese nicho “ya no es redituable”, por lo menos con esta legislación vigente.
A diferencia de lo que pasa con el alquiler de viviendas, en los locales comerciales la situación es diferente. “Hay mucha más oferta y se están alquilando cada vez más”, informó el presidente de Cocir.
Esto es así en este rubro, porque “los alquileres no están alcanzados por la legislación”, con lo cual es un mercado “mucho más dinámico” donde se pueden pactar arreglos totalmente distintos de lo que sucede con las viviendas.
La Cámara de Diputados buscará avanzar la semana próxima con el dictamen de reforma a la ley de alquileres, donde se analizará la posibilidad de avanzar en un dictamen consensuado.
El tema será debatido a partir de las 13 en un plenario de las comisiones de Presupuesto y Hacienda y Legislación General que presiden respectivamente los diputados del Frente de Todos, Carlos Heller y Cecilia Moreau.
Las modificaciones a la norma tuvieron tres dictámenes en la comisión de Legislación General a principios de mayo, pero como se incluyeron incentivos fiscales para mejorar la oferta de alquileres, los proyectos deben pasar por la comisión de Presupuesto.
El Frente de Todos -que logró el despacho de mayoría con 16 firmas- propuso mantener los aspectos esenciales de la ley vigente, que son los contratos con plazos de tres años, una actualización anual y un ajuste basado en un promedio de la inflación y los salarios.
Además, impulsó que los monotributistas propietarios no deban pasar al régimen general cuando superen las tres unidades ejecutoras si alguna de ellas está destinada a alquiler, y que no paguen bienes personales si son destinadas a alquiler con un tope de 30 millones de pesos.
También establecieron un sistema de incentivos para la construcción de viviendas destinadas al alquiler, entre otras cuestiones.
En tanto, desde Juntos por el Cambio impulsaron un dictamen donde se propone reducir los plazos de los contratos de tres a dos años y un esquema de actualización semestral, que puede ser pactado entre las partes.