Martes 9.6.2020
/Última actualización 18:36
Pequeños puntos rojos o verdaderos “lunares”. Así están representados en el mapa del país los brotes de dengue en las provincias que vienen reportando casos desde la primera semana epidemiológica. El tamaño está asociado a la cantidad de contagios: la región Centro, que integran Santa Fe, Córdoba, Entre Ríos, CABA y Buenos Aires, es la que más aporta, con 17 mil casos, seguida por la región del Noroeste con casi 16 mil, pero la mayor incidencia acumulada se registra en Jujuy, Misiones, Salta y Tucumán. Estas provincias y todas las que alimentan el último Boletín Integrado de Vigilancia que elabora el Ministerio de Salud de la Nación, totalizan más de 43.800 mil casos en las primeras 20 semanas del año, muchos más que los 40.641 el mismo período de 2016, cuando se registró el que, hasta ahora, era considerado el brote histórico de la enfermedad.
Para poner en contexto el panorama actual de esta epidemia, El Litoral dialogó con Juan Manuel Castelli, director Nacional de Control de Enfermedades Transmisibles.
Internet Entrevistado. Juan Manuel Castelli, director Nacional de Control de Enfermedades Transmisibles.Entrevistado. Juan Manuel Castelli, director Nacional de Control de Enfermedades Transmisibles. Foto: Internet
- En el último boletín epidemiológico nacional se registran más de 43 mil contagios, ¿cuál es la situación en este momento? ¿Estamos todavía en el pico de la epidemia?
- Es una cuestión estacional. Probablemente el pico ya pasó porque se empieza a notar un descenso (en el número de casos). Una buena parte de los casos se registran en la provincia de Buenos Aires, otros en el sur de Santa Fe y en el norte del país que tienen cuestiones ambientales propicias para el desarrollo el vector. La presencia del mosquito es fundamental para la transmisión de la enfermedad.
- Y si baja la temperatura no va a haber mosquitos adultos.
- Los mosquitos son sensibles no solo a condiciones climáticas que propicien el desarrollo del vector; también tiene que haber recipientes que contengan agua para que puedan depositar allí los huevos. A finales del otoño y más en invierno la presencia de mosquitos es muy infrecuente, sobre todo del Aedes que tiene ciclos que se vinculan con la finalización del verano y el principio de otoño. Por eso los brotes ocurren, en general, entre febrero y abril-mayo.
- ¿El brote de dengue que se dio este año es el mayor hasta ahora en el país?
- Es uno de los más altos en el caso de confirmados, comparado con el brote que hubo para la misma época en 2016. Pero también tiene que ver con la cantidad de notificaciones que ocurren en el sistema nacional de vigilancia.
- ¿Estamos muy lejos de la vacuna contra el dengue?
- Hay desarrollos y una vacuna que, incluso, tiene licencia (fue aprobada por la OMS) y se usa en algunos países donde hay alta prevalencia. También hay una vacuna que está en desarrollo y tiene resultados prometedores, por lo que estaría mucho más cerca de lo que estaba hace un año.
- ¿Dónde se está desarrollando? ¿En nuestro país?
- Las vacunas se desarrollan en laboratorios fuera del país; pueden ser dos o tres países que hacen desarrollos colaborativos Y después se siguen los programas para establecer si son seguras.
- ¿El tema dengue pasó a un segundo plano ante la irrupción del Covid-19?
- Desde el punto de vista del espacio en comunicación quizá pasó esto, pero desde el punto de vista sanitario fue un tema que tuvimos muy presente y las jurisdicciones. Lo veíamos reflejado en el boletín epidemiológico con un número de diagnósticos confirmados, otros por nexos epidemiológicos pero siempre en una cantidad elevada y estábamos atentos a esta situación. El ministro de Salud de la Nación, Ginés González García, siempre hizo mención a esta situación y el sistema ha estado sensible: eso significa que el sistema sanitario lo piensa y genera circuitos de diagnósticos.
- ¿Por qué hay tantas diferencias, incluso dentro de una misma provincia? Hay zonas del país con muchos casos de dengue y otras muy cercanas que tienen muchos menos contagios.
- El vector de dengue es bien urbano; puede ocurrir en lugares poco poblados, pero en general son lugares donde hay poblaciones importantes. Además, si se analizan las áreas de recurrencia se nota un característica o patrón que hay que seguir para saber dónde hacer las intervenciones de prevención y promoción casi en forma diaria y durante todo el año, independientemente de las cuestiones climáticas. En esos lugares es necesaria una fuerte acción de vigilancia entomológica que es lo que planteamos desde el Ministerio de Salud, articulando con las jurisdicciones para establecer que esos son los lugares en los que, durante todo el año, hay que asegurar el trabajo de eliminación de potenciales criaderos. Esto que estoy diciendo es una estrategia de manejo integral de vectores que se conoce desde hace tiempo y plantea cualquier especialista en Entomología que es el estudio de los mosquitos. Es lo que se llama tener una estrategia anual y permanente de “patio limpio” y es lo que marca una diferencia sustancial para controlar y contener la diseminación de una enfermedad y, sobre todo, para mitigar rápidamente un brote.
- ¿A qué otras enfermedades transmisibles hay que prestar atención en el país?
- En principio a todas las que sean inmunoprevenibles. Hace pocos días hicimos el switch -o cambio- que faltaba con la vacuna contra la polio, que ahora es la Salk. Es importante trabajar en esto porque en la semana 33 del año pasado tuvimos un brote de sarampión que fue el más importante de los últimos años en la República Argentina. Se debe trabajar fuertemente para que la población tenga el acceso y la cobertura adecuadas en vacunas porque son las cuestiones que generan cambios muy importantes desde la salud pública. Si se cuenta la cantidad de casos que había a nivel mundial a finales de la década de ‘80, ‘90 y la introducción a nivel mundial de estrategias de inmunización contra la polio, hoy ocurren el 1 por ciento de los casos respecto de hace 36 años. Este año, la pandemia de Covid nos desafía a tener instancias que innoven, que generen alternativas para que toda la ciudadanía se sienta segura y se vaya a vacunar. Y, sobre todo, que vacunen a sus hijos.
- Y para lo que aún no tiene una vacuna, que se adopten las conductas individuales y sociales recomendadas, tanto en dengue como en Covid.
- Desde el punto de vista de la salud, todo lo que se haga en prevención es sustancialmente más positivo que lo que se hace desde el punto de vista de atención y rehabilitación.
Desde el Centro Nacional de Diagnóstico e Investigación de Endemoepidemias recordaron que el dengue sigue presente en el país, que los huevos depositados por el mosquito vector de la enfermedad sobreviven al frío invernal en el agua y que, por ello, es necesario descacharrar para evitar que esas larvas se reactiven con el calor de la primavera.
-Tucumán confirmó el último jueves 47 nuevos casos de dengue en 24 horas y si bien el nivel de contagios comenzó a bajar en los últimos días, se advierte que es necesario “no confiarse porque estamos en el momento inter-brote”. Allí suman 6.060 enfermos desde febrero pasado, de los cuales solo 9 son importados.
- Jujuy tiene 4.652 casos de dengue en medio de un brote histórico por el que rige la emergencia sanitaria en la provincia.
- En el país, el promedio de notificaciones en las últimas tres semanas fue de 4030 (SE17 de 2019 a SE 20 de 2020), el cual es más de 8 veces el promedio de las mismas tres semanas de la temporada 2018/2019. El pico de notificaciones ocurrió en las semanas epidemiológicas 10 y 11. En la presente temporada hubo un aumento de la curva más tardío y abrupto de los casos de dengue si se lo compara con la de 2015/2016, resultando hasta el momento en un número supera en un 9% al de aquella temporada. Hasta el momento se vieron afectadas 496 localidades con brote de dengue.
- En Santa Fe, la última semana fue la sexta con descenso en la curva de contagios. El pico de casos se registró en el reporte difundido el 23 de abril con 952. Hasta el momento hubo tres muertes por dengue en la provincia.
Una estrategia anual y permanente de “patio limpio” es lo que marca una diferencia sustancial para controlar y contener la diseminación de una enfermedad y, sobre todo, para mitigar rápidamente un brote.