Juan Ignacio Novak
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Cada 28 de julio, la OMS y sus asociados conmemoran el Día Mundial contra la Hepatitis. La finalidad es “acrecentar la sensibilización y la comprensión de la hepatitis viral y las enfermedades que provoca”. En Santa Fe, los desafíos asociados con esta patología no distan de los que impone el organismo internacional. “No existe conciencia sobre esta enfermedad, de hecho ni los médicos piensan muchas veces en ella. Son enfermedades que en general no dan síntomas, y cuando ellos aparecen ya es tarde, debido a que el paciente se presenta con complicaciones de una enfermedad de muchos años de evolución”, sostuvo Marcela Sixto, jefa de Hepatología del Hospital Cullen.
“Como desafío, tenemos la obligación de informar a la población en general sobre estas enfermedades asintomáticas, pero no por eso menos agresivas. Y al médico para que las tenga en cuenta dentro de los diagnósticos diferenciales”, analizó Sixto. “El saber que uno tiene una hepatitis ayuda no sólo al paciente sino a la población, ya que se pueden tomar medidas de prevención en cuanto a la transmisión viral. Si el paciente conoce su enfermedad es más fácil que sepa cómo cuidarse y así poder cuidar a los demás, protegiéndose en las relaciones sexuales con el uso de preservativos, o los usuarios de drogas endovenosas no compartiendo jeringas ni agujas, ni otros elementos corto punzantes”, añadió.
Pese a la necesidad de acrecentar las campañas de vacunación y sensibilización -que marcan el camino a recorrer-, se concretaron muchos progresos en materia de hepatitis virales. De hecho, en abril, la OMS publicó nuevas recomendaciones sobre el tratamiento de la hepatitis C. En mayo pasado, delegados de 194 gobiernos presentes en la Asamblea Mundial de la Salud adoptaron una resolución con objeto de mejorar la prevención, el diagnóstico y el tratamiento de la hepatitis viral.
Asimismo, según información suministrada por el Grupo Hepatitis de Rosario, que coordina Edith Michelotti, en relación a la hepatitis A, la implementación de la vacunación obligatoria al año redujo notablemente los casos haciendo esta enfermedad infrecuente en casos esporádicos, con una reducción prácticamente a cero en formas fulminantes y en pacientes candidatos a trasplantes.
Respecto a la hepatitis B, drogas como el Entecavir y el Tenofovir, de alta eficiencia, baja resistencia y escasos efectos colaterales modificaron el pronóstico de pacientes con hepatitis crónica B, permitiendo además tratar las formas severas. Y sobre la hepatitis C, el desarrollo de antivirales de uso oral permitieron aumentar considerablemente la respuesta de los pacientes trasplantados y acortar los tiempos de tratamiento.
“La proyección de esta respuesta permite alentar una perspectiva de cura de la infección en porcentajes que van del 95 % al 100 % de los pacientes hoy infectados. Asimismo, la ausencia de efectos secundarios severos permite extender esta terapéutica a poblaciones de pacientes infectados hoy sin posibilidad de ser tratados. Este evidente optimismo obliga a derivar nuestra preocupación a los elevados costos de estas nuevas drogas, para conseguir que el logro terapéutico sea aplicable al universo de pacientes que los necesitan, más allá de los recursos que los limitan”, señalan desde el grupo.
Características
La hepatitis es una inflamación del hígado causada generalmente por una infección vírica. Tal como señala la OMS en su página web, se conocen cinco tipos principales de virus de la hepatitis, designados como A, B, C, D y E. “Éstos son los que mayor preocupación generan debido a la gran morbilidad y mortalidad que conllevan y a su potencial para causar brotes y propagarse de forma epidémica. En particular, los tipos B y C dan lugar a una afección crónica en cientos de millones de personas y conforman en conjunto la causa más común de cirrosis y cáncer hepáticos”, señala la entidad.
También de acuerdo a la información del organismo, “la hepatitis A y E son causadas generalmente por la ingestión de agua o alimentos contaminados. Las hepatitis B, C y D se producen de ordinario por el contacto con humores corporales infectados. Son formas comunes de transmisión de estos últimos la transfusión de sangre o productos sanguíneos contaminados, los procedimientos médicos invasivos en que se usa equipo contaminado y, en el caso de la hepatitis B, la transmisión de la madre al niño en el parto o de un miembro de la familia al niño, y también el contacto sexual”.
Las hepatitis A, B y C son las de mayor prevalencia. Las vacunas disponibles en la Argentina son para la A y la B, para la C no existe vacuna. La que se utiliza para combatir la hepatitis A, está incluida en el calendario nacional desde 2005 y se coloca al año de vida junto a la triple viral. La de la B se incorporó en el calendario nacional en 1992 para grupos de riesgo y personal de salud, en 2000 a todo recién nacido, en 2003 para niños de 11 años, que no habían sido vacunados previamente y en 2012 se dispuso la vacunación universal, para todas aquellas personas que decidan vacunarse y que no lo hayan hecho previamente. “Con esto, se aumenta la cobertura y se avanza en el proceso de control y eliminación de la enfermedad”, manifestó Sixto. Antes de que la vacuna para la hepatitis A sea incluida en el calendario nacional, 60 % de las fallas hepáticas fulminantes en niños eran causadas por ese virus, cifras que descendieron de forma drástica tras esa acción.
Actividades
En conmemoración al Día Mundial de las Hepatitis, mañana se impulsarán diferentes acciones en la ciudad de Santa Fe. En el Hospital Cullen, desde las 8.30 hasta las 12, habrá un evento con finalidad de concientizar sobre las hepatitis virales, conocer las formas de contagio, la prevención, qué estudios sirven para la detección e informar sobre la existencia de vacunas para la hepatitis A y B.
Se informará además que existen tratamientos que logran curar la enfermedad y se hará difusión sobre la existencia del Programa Nacional de Hepatitis Virales.
Se repartirán folletos, se colocarán vacunas para la Hepatitis B y se invitará a la población general a realizarse el testeo de las hepatitis virales. Se invitará también a la Semana de la Hepatitis, los primeros días de septiembre en el Hospital Cullen, en conjunto con todas las Unidades Centinela de Hepatitis Virales del país.
Por la tarde, se desarrollarán acciones de vacunación y difusión, de 15.30 a 18.30. Trabajarán en conjunto el Ministerio de Salud de la Provincia a través de la Dirección de Promoción y Prevención de la Salud, Programa Provincial de ITS y Sida, Red de Laboratorios; Municipalidad de Santa Fe, Secretaría de Salud; Sociedad de Gastroenterología de Santa Fe, UNL y la sección de Hepatología del Cullen. “La detección temprana permite al individuo controlarse, tratarse, curarse y evitar así la transmisión”, indicó Marcela Sixto.
En Rosario, la convocatoria es en la plaza Montenegro, donde en el horario de 10 a 16 se vacunará para la Hepatitis B, se hará detección de Hepatitis B y C y se repartirá información y volantes alusivos.
Embarazadas
En las mujeres embarazadas, ya se pide el virus de la hepatitis B en los controles del embarazo, esto ayuda no sólo a realizarle el diagnóstico a la paciente si no también protege del contagio al recién nacido, ya que colocandole al niño una vacuna se evita el paso del virus de la mamá al bebé.
Descubridor
El Día Mundial contra la Hepatitis se fijó el 28 de julio en honor del descubridor del virus de la hepatitis B, profesor Baruch Samuel Blumberg, médico y bioquímico norteamericano nacido en 1925 y fallecido en 2011. En 1976, le fue concedido el premio Nobel de Fisiología y Medicina por su descubrimiento de una proteína de la sangre que indica la presencia del virus de la hepatitis B, virus que puede provocar cáncer de hígado. Compartió el premio con el virólogo estadounidense, Daniel Carleton Gajdusek.
Formas de contagio
Hepatitis A: se transmite principalmente cuando una persona no infectada (y no vacunada) come o bebe algo contaminado por heces de una persona infectada por ese virus. Está estrechamente asociada a la falta de agua salubre, al saneamiento deficiente y la falta de higiene personal.
Hepatitis B: se contagia tanto por vía sexual, parenteral (o sea contacto con sangre infectada),como también por transmisión vertical (madre a hijo).
Hepatitis C: se descubrió en 1989, por lo que muchas personas transfundidas antes del 1991, año a partir del cual se comenzó a realizar tamizaje para detectar el virus en donantes de sangre, se contagiaron el virus por esta vía de transmisión. Este virus se transmite fundamentalmente por contacto con sangre contaminada, muy raramente por relación sexual o por vía vertical, cuando una mamá que presenta el virus infecta al recién nacido. En este caso, es importante impulsar la detección entre personas de entre 40 a 75 años de edad, ya que pertenecen a la generación que no conocía el virus.