En los últimos días se dio a conocer que Matthew Perry había estado haciendo un tratamiento con ketamina para contrarrestar la fuerte depresión en la que había sucumbido en los últimos años.
Según su entorno en los últimos días de su vida el comportamiento del actor de “Friends” había cambiado y se había vuelto agresivo.
En los últimos días se dio a conocer que Matthew Perry había estado haciendo un tratamiento con ketamina para contrarrestar la fuerte depresión en la que había sucumbido en los últimos años.
De acuerdo a parte del informe del forense que reprodujo el medio Page Six, el comediante había cambiado su comportamiento las últimas semanas: estaba “enojado y maltrataba”, según las palabras que usó una persona de su entorno que no fue identificada.
La razón para que el actor de Friends, estuviera con esas modificaciones del carácter, indicó el reporte médico, fue porque Perry había estado tomando inyecciones de testosterona. La hormona se sumó así al cocktail de medicación que estaba consumiendo para intentar paliar otros cuadros clínicos.
La autopsia reveló que el artista tenía en su organismo una cantidad importante de ketamina mezclada con buprenorfina, un medicamento que se usa para aliviar el dolor. Además, había tomado tamoxifeno, para perder peso, medicamentos antidiabéticos y altas dosis de nicotina debido a los parches que estaba usando para intentar dejar de fumar.
Las sospechas de los investigadores están relacionadas al origen de la ketamina que había estado consumiendo Perry. El reporte es contundente: el actor murió por los efectos nocivos que le produjo esa droga, combinado con otras circunstancias clínicas como una enfermedad arterial coronaria.
Es por eso que tratan de dilucidar de dónde vino la ketamina que resultó letal para la estrella de Friends. Según los especialistas, el efecto de la droga dura muy poco, entre 3 y 4 horas después de su consumo.
Perry había sido sometido a una infusión del medicamento una semana y media antes de su muerte, por lo que el origen de su última aplicación no habría sido registrado legalmente. La cantidad, además, era masiva: según indicó Los Angeles Times, el nivel de ketamina encontrado es casi igual al que se usa durante una anestesia general.