El jueves a las 6 de la mañana Gabriela (46) se dispuso para iniciar una nueva jornada de trabajo. Claro que nunca sospechó que se encontraba en la antesala de una experiencia dramática que por poco no le cuesta la vida.
Gabriela (46) iba en moto rumbo a su trabajo cuando fue interceptada por dos delincuentes. Le pegaron en la cabeza con la rama de un árbol y la hicieron caer. Sufrió fractura de clavícula, lesiones en sus ojos, raspones y traumatismos. También le llevaron su vehículo.
El jueves a las 6 de la mañana Gabriela (46) se dispuso para iniciar una nueva jornada de trabajo. Claro que nunca sospechó que se encontraba en la antesala de una experiencia dramática que por poco no le cuesta la vida.
Como de costumbre salió de su casa a bordo de su motocicleta con la intención de llegar a la zona céntrica, más precisamente a un edificio donde realiza labores de limpieza y mantenimiento.
En diálogo con El Litoral la mujer relató que “yo iba por calle San José y a la altura de Juan de Garay veo a dos muchachos en la vereda que estaban en actitud sospechosa. Yo pensé que iban a cruzar la calle. Pero de repente uno de ellos se me pone delante con una rama gruesa de un árbol. Enseguida me di cuenta que me iba a atacar, entonces aceleré. Pero ahí me pegó con la rama en la cabeza. Si bien yo tenía el casco puesto, el golpe fue tremendo y me hizo caer”.
“Quedé tendida contra el cordón y boca abajo. Estaba semi desvanecida. No ví más nada. Lo único que sentí fue la voz de un vecino que me vino ayudar. Yo escuchaba que este hombre llamaba una ambulancia a los gritos. Lo único que se llevaron los delincuentes fue la moto (una Honda Wave, de color blanco) Yo tenía plata encima pero no la tocaron. También a raíz de la caída se desprendió el baúl de la moto, donde tenía el celular y todas mis cosas, que por suerte se salvaron. Creo que los ladrones vieron a este hombre que me vino a ayudar y entonces se escaparon rápido”, relató.
-¿Cómo se sigue después de algo así Gabriela?
- La verdad que no sé. Tengo fracturada la clavícula, mis ojos están desfigurados, también tengo raspones en las rodillas y la cadera. Me hicieron tomografías por los golpes en la cabeza y varios estudios. Lo peor de todo es que la recuperación puede llevarme más de un mes. Todo ese tiempo yo no puedo trabajar. Yo soy una trabajadora independiente, por lo tanto no tengo ayuda de nadie.
Para Gabriela, los embates de la delincuencia no son nuevos. Es la tercera vez que la asaltan y le roban su moto. La vez anterior le fracturaron un tobillo.
“Quisiera hacer un cambio en mi vida, poner un negocio quizás, pero hoy la situación está complicada en todos los rubros. Uno siempre se entera de robos y asaltos que sufren los comercios. Uno ya no sabe cómo vivir”, reflexionó.
Por último la mujer explicó que “la moto es mi herramienta de trabajo. Yo no puedo hacer mi labor caminando, tengo que ir de un lugar a otro. Es una vergüenza que uno tenga que estar con 20 ojos para ver si no aparece alguien que te quiere robar. No se puede vivir así. Esperemos que ahora cambie un poco todo esto. Que haya más policías en la calle y frenen algo la inseguridad”, reclamó.