La denuncia de dos menores víctimas de trata permitió desbaratar una banda narco
La Justicia Federal y la policía desbarataron este viernes una banda que se dedicaba al narcotráfico y a la trata de personas donde se vieron involucradas como víctimas dos menores de Coronda. Los operativos fueron practicados en 4 ciudades, hubo 18 detenidos y a partir de allí se conoció el calvario vivido por dos adolescentes de 16 y 17 años cada una.
La denuncia de dos menores víctimas de trata permitió desbaratar una banda narco
Un total de 18 personas, entre ellas 5 policías, fueron detenidas y además se secuestró material estupefaciente y elementos de interés para la causa en 26 allanamientos practicados este viernes en Coronda, Rosario, Funes y Ricardone que llevaron a desbaratar una banda acusada de narcotráfico y trata de personas.
Los procedimientos fueron ordenados por el Juez Federal Nro. 4, Dr. Marcelo Bailaque, tras semanas de investigaciones llevadas adelante desde abril gracias a una declaración clave de dos adolescentes mujeres, y fueron practicadas por la Fiscalía Federal N° 2, a cargo del Dr. Claudio Kishimoto, y el auxiliar fiscal Dr. Franco Benetti.
Según la profusa investigación, este grupo secuestraba menores y las obligaba a vender drogas y tener sexo con terceros y era liderada por un preso de Coronda que con el uso de telefonía impartía las órdenes desde el penal.
Créditos: Prensa AIC
En Coronda
Es que el inicio de la causa fue una presentación ante la Policía de Coronda, realizada por una adolescente de 16 años con residencia en esta ciudad, quien denunció que primeramente un grupo de personas le había robado su celular y cuando intentó recuperarlo la subieron a una camioneta de forma violenta, donde además tenían retenida contra su voluntad a su amiga, de 17 años quien luego también declaró. Finalmente, la menor fue rescatada y fueron detenidos los ocupantes del vehículo: G. P., I. M. y A. A., una mujer que luego se comprobó que era quien tomaba directivas en la organización.
Luego se supo que las jóvenes se habían escapado de esa red y que habían intentado capturarlas nuevamente sin éxito porque pudieron brindar sus duros testimonios que derivaron en este mega operativo.
El primero de los allanamientos se hizo en el Pabellón 4 de la cárcel de Coronda, donde está preso L. G., de 26 años, investigado como presunto líder de la banda. Tras varios operativos fueron cayendo detenidos familiares del recluso: un hermano, B. G. encargado de las recaudaciones, su madre G.N.P., quien captaba menores, su pareja M. M., su suegra V.A.G. y además cinco policías de la misma dependencia céntrica rosarina sospechados de recaudar dinero de manera ilícita.
Precisamente, tanto en esta ciudad como en Gálvez, también dentro del departamento San Jerónimo, engañaban a menores para luego secuestrarlas, amenazarlas y obligarlas a vender droga y tener sexo con los mismos integrantes de la banda e incluso con policías de Rosario.
Créditos: Prensa AIC
Todo lo secuestrado
En los numerosos operativos, los efectivos de la Agencia de Investigación Criminal con colaboración del Grupo de Operaciones Tácticas de la Unidad Regional VII San Lorenzo, secuestraron unos 200 envoltorios con cocaína, 40 envoltorios, unas 10 bolsas de cogoyo, tres ladrillos por un lado y tres trozos compactos por el otro, todo de marihuana; 35 teléfonos, siete balanzas y hasta un cuaderno con anotaciones.
También unos 2.5 millones de pesos en efectivo, 3 armas de fuego, casi 50 cartuchos, un automóvil Audi A1, una moto Benelli con pedido de secuestro por robo, y elementos tecnológicos de seguridad.
Créditos: Prensa AIC
Una declaración clave
De acuerdo con las conclusiones de la investigación, los allanamientos vinieron a corroborar la actividad de tráfico de drogas llevada adelante por el preso en Coronda y su grupo familiar mientras que dos menores fueron víctimas del delito de trata de personas por parte de la misma banda.
Es que se confirmaron todos los pasos para que las adolescentes fueran consideradas como cautivas dentro de este delito: captación, traslado, recepción y explotación.
Dentro de la extensa causa se explica que estas dos chicas estaban en estado de vulnerabilidad incluso antes de ser captadas debido a situaciones familiares, afectivas y carencia de vínculos firmes en una de ellas y al abandono de estudios y falta de contención en la otra.
La tarea de la Fiscalía detalla “asimetría de poder” ejercida por los detenidos contra estas dos menores de edad, de 16 y 17 años.
Una de ellas necesitaba empleo para la manutención de su propia hija pequeña, por lo cual publicó en redes sociales que necesitaba trabajar, específicamente en un sitio de compra y venta que une Coronda, con Rosario y Gálvez y se ofrecía para tareas domésticas. Ante esto, una mujer se comunicó y le dijo a la joven que tenía que ir a Rosario, donde luego fue llevada en remís a un domicilio donde comenzó el drama.
Con claras amenazas de muerte, según la declaración de una de las menores, un sujeto les dijo que tenía que trabajar para él porque si no “vivas no van a salir”. La otra mencionó a su turno que fueron a buscarla para ir a un supuesto baile en Rosario, fue en colectivo y desde la terminal un taxi la llevó al mismo domicilio que la anterior y donde habían visto a una “mujer baleada”, la cual cumplía la misma función que se les había otorgado a las dos chicas.
El hecho de “trabajar para mí” significaba ni más ni menos que empaquetar y vender droga a los asistentes a la casa, y que era entregada en bidones con bolsitas de cocaína. Además, la organización criminal en la ampliación de su explotación las obligaba a consumir drogas para estar despiertas e incluso hasta llegar a ser abusadas sexualmente por personal policial que visitaba el domicilio en Rosario, todo con acuerdo de los tratantes.
En cuanto a la labor ilegal investigada sobre policías de una comisaría cercana al lugar donde tenían a las chicas, la declaración acusó a agentes de sacar dinero y drogas desde la casa y que pasaban a recaudar una vez por semana, cada domingo.
No sólo eso, en la causa figura también que algunos policías exigían mantener sexo con ellas –tres jóvenes en total- a cambio de no detenerlas.