Dos hermanos y su cuñado están siendo juzgados en Santa Fe por el secuestro extorsivo de un muchacho de 27 años, ocurrido el año pasado en la ciudad de Gálvez. El debate, que comenzó el miércoles 2 de octubre, está a cargo de los jueces del Tribunal Oral Federal, José María Escobar Cello, Luciano Lauría y Elena Dilario -de Rosario-, quienes fijaron para el martes que viene una inspección ocular en el lugar de cautiverio.
Los imputados Franco y Martín Quevedo, junto Jonatan Petri, detrás de los abogados Fernando Sánchez y Mariana Rivero y Hornos. Foto: Guillermo Di Salvatore
Hasta el momento, declararon 18 testigos por el secuestro cometido el 14 de abril de 2023 y que se extendió hasta ese mediodía, cuando fue el joven fuera liberado en un camino rural, sin que sus padres llegaran a pagar el rescate.
La acusación fue realizada por el fiscal de primera instancia Gustavo Onel (Fiscal Federal Nº 1 de Santa Fe), quien solicitó la elevación de la causa a juicio para los hermanos Martín Uriel (38) y Franco Lionel (36) Quevedo -ambos empleados de la construcción- y al cuñado de ambos Jonatan David Oscar Petri (41), un agente civil empleado del Ejército.
Emboscada y capucha
Durante las dos primeras jornadas de debate, realizadas el miércoles 2 y jueves 3 de octubre, el fiscal general Martín Suárez Faisal, mantuvo la postura acusatoria de que “los tres planificaron y ejecutaron el secuestro extorsivo de NPM”, cometido el 14 de abril de 2023, apenas pasada la medianoche cuando la víctima andaba en bicicleta por calle Maipú, entre Av. República y Corrientes, de Gálvez.
Dos vehículos -un Renault Sandero y un Ford Focus- a nombre de los miembros de la banda quedaron registrados por las cámaras de seguridad en las inmediaciones del lugar de cautiverio. Foto: Agencia
La secuencia fue breve. Un Ford Focus gris se le cruzó en el camino, haciendo que el muchacho cayera de la bicicleta. Uno de los hermanos Quevedo bajó del auto, le puso una bolsa de tela en la cabeza y lo subió en el asiento de atrás, mientras el otro manejaba.
Lo llevaron a una obra en construcción que consiguió Petri (el inmueble es de su esposa), en la localidad de Andino, a unos 90 km de Gálvez, donde lo tuvieron cautivo, con las manos atadas y la cabeza tapada hasta casi el mediodía del mismo viernes.
De dólares a pesos
Por el rescate, la banda comenzó pidiendo 200 mil dólares, para finalmente cerrar la negociación en 5 millones de pesos, que fue lo que los padres del joven retenido dijeron haber podido reunir en ese lapso. No obstante, la liberación se produjo sin que se pagara nada.
Una semana después de cometido el secuestro, la Policía Federal detudo a los hermanos Quevedo. Foto: Archivo
Apenas una hora después del secuestro, los delincuentes intentaron contactar a la madre de la víctima, que recién a las 6.41 atendió el primer llamado, dando inicio a las negociaciones.
Una rápida y atinada intervención policial fue clave para desentrañar el caso, que un año después llega a juicio.
Robo y golpes
Además de haberlo privado de la libertad, a NPM le robaron una mochila, el celular, la billetera con el DNI, las llaves de si casa y $ 2000. También lo amenazaron y agredieron constantemente y lo golpearon (se constató contusión facial, herida cortante en labio superior e inferior y equimosis en ambos antebrazos y pierna derecha). Finalmente y luego de varias y falllidas nmegociaciones, los secuestradores lo liberaron “alrededor de las 11:30” en “una zona rural de Aldao”.
Una semana después la policía detuvo a los hermanos Quevedo, quienes llegaron a juicio procesados con prisión preventiva y con la asistencia técnica del defensor público oficial, Fernando Sánchez. En tanto Petri, fue detenido el 31 de mayo del año pasado tras el allanamiento de la casa de Andino que sirvió de aguantadero y permanece tras las rejas desde entonces. En su caso, cuenta con la asistencia legal de la defensora pública Mariana Rivero y Hornos.
Los Quevedo fueron procesados como coautores y Petri partícipe necesario de secuestro extorsivo, agravado por ser la víctima una persona discapacitada, por la cantidad de intervinientes (tres personas); en concurso ideal con robo agravado por haberse cometido en poblado y en banda; los que a su vez concursan de forma real con el delito de lesiones leves; y además el en caso de Petri, agravado por ser agente de una fuerza de seguridad.
Escuchas directas
La investigación por la cual hoy están siendo juzgados los hermanos Quevedo y Petri, se inició esa misma mañana del secuestro, cuando todavía el joven estaba en cautiverio y el jefe de la Comisaría 2da. de Gálvez se comunicó con la Fiscalía Federal para reportar el delito.
“No es joda 200 mil dólares o no le ve mas si llama a la cana no lo ve mas ni una palabra a nadie 1 hora” (Sic), decía el mensaje enviado a la madre desde el celular de la víctima, lo cual habla a las claras de la competencia federal.
La primera medida fue iniciar escuchas directas, por lo tanto, casi toda la negociación se encuentra grabada, gracias a la intervención de la Dirección de Asistencia Judicial en Delitos Complejos y Crimen Organizado. Luego siguieron la pista investigadores del Departamento Antisecuestro Norte de la Policía Federal Argentina.
Último testigo
Cámaras de seguridad pública y privada que detectaron la presencia del Ford Focus propiedad de uno de los hermanos Quevedo; sumado al seguimiento de impactos de antenas de celular de las líneas que utilizaron los secuestradosres, las cuales también estaban a su nombre, permitieron dar con ellos antes de lo pensado.
En cuanto a la continuidad del debate oral, se sabe que el tribunal fijó para el próximo martes 15 de octubre la realización de una inspección ocular del inmueble done estuvo cautivo el joven víctima, el cual ya reconoció la escena durante la investigación. Por otra parte, queda pendiente la recepción de un último testimonio de las personas que fueron citadas y luego se podría fijar para el 23 y 24 de octubre los alegatos de clausura, previo a las palabras finales de los detenidos y lectura de sentencia.