Miércoles 22.1.2020
/Última actualización 10:22
“Yo en 2011 tuve un problema mental grande. A principios de 2019 me pasó lo mismo y fui con la doctora, pero no me funcionaba. Ahí me presentaron a Vanesa, ‘la mae’. Ella me atendió y empecé a dormir. Después comenzó a pedirme favores. Me solicitó que ponga la camioneta a mi nombre y alquilar la casa. Se había hecho una afinidad y le dije que sí. Yo no sabía que iba a pasar esto. Yo les hice un favor de alquilar la casa, pero no sabía de estas cosas”, dijo la ex policía Gabriela Guadalupe Cocuccio al ser indagada por el juez federal Reinaldo Rubén Rodríguez.
El magistrado es quien entiende en la causa de la banda narco presuntamente liderada por la “Curandera” Vanesa Marcela Saravia y su pareja, Martín Alejandro Albaristo.
Cocuccio fue acusada por el fiscal del caso, Jorge Gustavo Onel, de haber colaborado con la organización criminal para un beneficio económico.
El juez consideró “irrelevantes” las explicaciones brindadas por la acusada. “Son meros argumentos conducentes a lograr la exoneración en su responsabilidad. Lo cual se desvanece a la luz de la prueba colectada”, aseguró en su resolución al dictar el procesamiento y la prisión preventiva de Cocuccio.
La mujer fue formalmente acusada de “facilitar un lugar para que se lleven a cabo conductas de organización narcocriminal y distribución de estupefacientes con fines de comercialización, agravado por la intervención de tres o más personas en forma organizada y por su calidad de personal policial.
Concretamente, según los elementos reunidos por el fiscal Onel, fue Cocuccio quien alquiló la mansión de calle Echagüe al 6900 que habría sido utilizada por la banda narco para distintas operaciones.
La mujer policía pagó 420 mil pesos por adelantado por el alquiler de todo un año. Para el juez, quedó comprobado “que el inmueble fue alquilado por la mujer para uso de la organización y no para su uso personal”. Además, en mayo del año pasado también adquirió una camioneta Toyota Hilux cuyo valor de mercado superaría el millón de pesos.
Estos y otros gastos de Cocuccio no se condicen con su sueldo de policía, que apenas superó los 20 mil pesos en promedio. Ella era además monotributista, pero nunca emitió factura alguna, según pudo peritarse.
El magistrado también decidió trabar un embargo sobre los bienes de la mujer por dos millones de pesos.
A principios de noviembre del año pasado, la policía -guiada por el fiscal Onel- desbarató una organización narcocriminal que tenía su base en la ciudad de Santa Fe y se ramificaba en otras provincias.
Durante los allanamientos, dentro de un vehículo de alta gama, los uniformados secuestraron 147 kilogramos de cocaína, una cantidad inédita para esta provincia.
Los trabajos de inteligencia y seguimiento fueron realizados por la Unidad Investigativa de Narcocriminalidad de la PDI y estuvieron supervisados y coordinados por la Fiscalía Federal N° 1 y el Juzgado Federal N°1.
La presunta líder de la banda, una mujer apodada “La Curandera”, una “mae” umbanda, aparentemente organizaba la logística desde el lujoso inmueble ubicado en la esquina de Boneo y Echagüe, en la zona residencial de barrio Guadalupe.