El Litoral | sucesos@ellitoral.com
La prórroga ordenada por el juez Gustavo Urdiales es por un año más, que es el máximo establecido por el Código Procesal Penal.
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Carlos Manuel Baldomir (47) continuará en prisión preventiva por un año más; el plazo máximo establecido por el Código Procesal Penal de la provincia en el marco de una investigación por delitos contra la integridad sexual en perjuicio de su propia hija menor de edad.
Así lo dispuso el juez de la Investigación Penal Preparatoria (IPP), Gustavo Urdiales, a raíz del pedido formulado por la fiscal Alejandra Del Río Ayala en una audiencia de revisión de la medida cautelar impuesta oportunamente.
Baldomir es investigado como autor de los delitos de abuso sexual con acceso carnal calificado y abuso sexual gravemente ultrajante calificado.
En ambos casos, las agravantes son por ser el imputado ascendiente de la víctima; por la convivencia preexistente con la niña; y por tratarse de una menor de 18 años. La fiscal también le atribuyó la autoría del delito de promoción a la corrupción de menores.
Un año más
La fiscal del MPA se mostró conforme con la decisión del magistrado de prorrogar la prisión preventiva, no obstante aclaró que “el juez aún no brindó los fundamentos de su decisión, e informó que lo hará por escrito”.
También explicó los motivos por los cuales solicitó la continuidad de la medida cautelar. “Si bien ya presentamos la acusación y también ya se hizo la audiencia preliminar, aún no hay resolución al respecto. Por lo tanto, aún quedan instancias procesales para llegar al juicio”, sostuvo la funcionaria del MPA. En tal sentido, se explayó y dijo que “resta una posible apelación a la resolución de la preliminar, el dictado del auto de apertura a juicio y, finalmente, el debate oral”.
“Entendemos que, hasta tanto se cumplan estas instancias procesales, el acusado debe seguir en prisión preventiva”, agregó Del Río Ayala.
Intrafamiliar
La investigación comenzó el 29 de octubre de 2016 a raíz de una denuncia realizada por la madre de la víctima en el Centro de Orientación a la Víctima de Violencia Familiar y Sexual de la Unidad Regional I de la policía.
“Los ilícitos que investigamos comenzaron a ser cometidos en 2008 cuando la niña tenía menos de siete años”, precisó la fiscal. “Según el relato de la propia víctima, ocurrieron en la vivienda que compartía con su padre y en la que también vivía la madre de la menor y otros hermanos en la ciudad de Santa Fe”, agregó.
Del Río Ayala también informó que “la niña detalló que los abusos se mantuvieron a lo largo del tiempo y se consumaron también en otros lugares.
En al menos dos oportunidades, ocurrieron mientras la víctima y su padre se trasladaban en un automóvil, incluso ante la presencia de otras personas.
También hubo hechos que fueron cometidos en una vivienda ubicada en la ciudad de Junín (provincia de Buenos Aires) a la que el acusado se mudó luego de separarse de su pareja y a la que sus hijos iban a visitarlo”, añadió.
“El acusado siempre tuvo voluntad directa y plena conciencia de lo que estaba haciendo. Él sabía que estaba alterando el normal desarrollo psicosexual de su hija, sin embargo, igualmente realizó los ilícitos”, concluyó la fiscal.