Juliano Salierno
jsalierno@ellitoral.com
La fiscalía sostiene que Benito Sosa y Estela Ríos fueron asesinados y atribuyó el hecho a un vecino, que vivía a unos mil metros de su casa.
Juliano Salierno
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Daniel Vasilosky fue la última persona con la que habló Benito Sosa la mañana del martes 19 de diciembre de 2017. La comunicación entre los celulares de ambos duró 1 minuto 22 segundos y se cree que se registró previo a que el hombre de 65 años, junto con su esposa Estela Ríos, de 52, abordaran su embarcación para hacer el que sería, el último viaje juntos.
Esa noche, al no encontrarlos en su casa, un sobrino radicó la denuncia en la subcomisaría 20ª de Arroyo Leyes, para a la mañana siguiente dar inicio a una búsqueda que hasta hoy no tiene resultados en cuanto al hallazgo del matrimonio. En tanto, en el marco de la investigación por la desaparición, el fiscal del Ministerio Público de la Acusación, Omar de Pedro, ordenó esta semana la detención del único sospechoso, a quien acusó este miércoles por “doble homicidio”.
Vasilosky, fue hallado el lunes en la casa de su padre, en el barrio Los Troncos, donde fijó domicilio tras haber sido convocado a poco de iniciada la búsqueda, pero fue dejado en libertad por falta de evidencias contundentes que lo ligaran al proceso. El hombre, de 41 años, vivía en un rancho de pescadores que está en la zona de islas del arroyo Potrero, a escasos mil metros de la casa del matrimonio Sosa-Ríos, lo que lo convertía en su vecino más cercano.
Principales indicios
Varios indicios lo señalan como el principal sospechoso por la desaparición, e incluso la muerte de la pareja. “Desde el primer momento, se encontraron todas las cosas del matrimonio en su casa”, destacó el fiscal De Pedro. “En las primeras horas, no sabíamos bien qué había pasado, pero dos meses y medio después y por el estado de salud de los dos (él era diabético insulino-dependiente y ella era ciega), se puede plantear seriamente que están muertos”, lamentó el titular de la investigación.
La afirmación no es una mera especulación, sino que encuentra sustento en “informes médicos”, “numerosas entrevistas con la familia” y el análisis de los elementos de contexto que permiten deducir que “no podían vivir más de un día” en el entorno en el que desaparecieron.
Para el fiscal De Pedro, se trata de “un doble homicidio sin cuerpos”, lo que plantea al acusador todo un desafío en materia de probanzas; por lo que existe una gran expectativa en cuanto a lo que pueda pasar este viernes, cuando tenga tratamiento la prisión preventiva en el subsuelo de tribunales.
Primer hallazgo
Siguiendo la hipótesis fiscal, “a partir del momento de la desaparición analizamos si se ahogaron o fueron asesinados” y allí entran a jugar ciertos detalles, indicios que los investigadores conectan con su vecino. “Un detalle es que la canoa” en la que iban los buscados “se encontró sumergida sin el tapón”, lo que lleva a pensar que “fue hundida ex profeso”, “sumado a que aparece a 100 metros del rancho de Vasilosky”.
Para conocer la zona, el fiscal De Pedro realizó varias veces el recorrido habitual de los desaparecidos, así como otros sitios posibles señalados por los baqueanos y los profesionales de las fuerzas especiales que trabajaron en los rastrillajes. “En el lugar no hay tránsito”, es decir que era casi de dominio exclusivo del isleño, concluyó.
Otro elemento de valor para la fiscalía está relacionado al hallazgo de las pertenencias de quienes hoy son consideradas víctimas. “Las cañas, la caja de pesca y el tanque de nafta de Sosa y Ríos aparecieron adentro del rancho”, lo mismo que “el motor de la embarcación que apareció en el patio”.
Sangre humana
Pero sin dudas fue el descubrimiento de rastros de sangre humana dentro del rancho, en una camisa y en la piragua del acusado, lo que llevó a pensar que se produjo un doble crimen. “Él no estaba herido” al momento de su primera detención el año pasado, cuando fue alcanzado en Reconquista, de viaje rumbo a la provincia de Chaco.
Hasta el momento, las pruebas de laboratorio sólo arrojaron que se trata de sangre humana, que “se está comparando con las muestras de ADN de los familiares” del matrimonio. Igualmente, para la fiscalía “no se descarta que pudiera ser de un cómplice”, que en una hipótesis de resistencia y lucha también podría haber resultado herido.
En ese contexto, “lo que termina de decidir a esta fiscalía son los llamados telefónicos. Hay una comunicación de 82 segundos” entre los celulares de Benito Sosa y Vasilosky “el día que desaparecen”. “No nos olvidemos que eran vecinos” y “se conocían” por razón de proximidad.
Los perros
Existe un último elemento de convicción que abona la teoría del crimen: el olfato de los perros rastreadores. En al menos dos instancias diferentes de la búsqueda fueron utilizados perros adiestrados, en un caso para la búsqueda de personas vivas; en otro para el hallazgo de cadáveres. Y en las dos oportunidades los canes señalaron el rancho de Vasilosky y luego el agua.
“Los perros se pararon en la costa de la casa de los esposos y se dirigieron al rancho de Vasilosky”, destacó De Pedro. Una vez en el lugar “marcaron un claro a unos 10 metros” de la ranchada. Se trata de dos perros que pertenecen a un grupo de rescate internacional, con destacado desempeño en las peores tragedias. “Al llegar, los adiestradores no permitieron que los influenciaran” con el relato de la historia. Marcaron los puntos de inicio de la búsqueda y “claramente hicieron el recorrido que nosotros temíamos”. “Los perros de RH (Restos Humanos) fueron al mismo lugar donde terminaba el rastro” y “apuntaron al río”.
Próxima audiencia
Daniel Vasilosky fue detenido e imputado en diciembre del año pasado por el robo de los artículos de pesca del matrimonio desaparecido, y recuperó la libertad con alternativas a la prisión preventiva. Éste miércoles, fue nuevamente llevado a tribunales por el fiscal Omar de Pedro quien le atribuyó el delito de “doble homicidio”, en una audiencia que estuvo dirigida por el juez Jorge Pegassano y que contó con la asistencia técnica del abogado Sebastián Moleón, del Servicio Público Provincial de la Defensa Penal. Este viernes, en horario a confirmar, tendrá lugar el tratamiento de la cautelar, en la que se determinará si el acusado continúa detenido o recupera su libertad.