Juicio por la desaparición de una pareja en Arroyo Leyes
Rescatistas marcaron el último recorrido que realizaron Benito y Estela con vida
Durante casi tres horas dos rescatistas explicaron la labor realizada con perros adiestrados para rastrear personas con vida y detectar restos humanos durante la búsqueda de las víctimas. Fue la última jornada de declaración de testigos en el debate en el que se acusa a un hombre de asesinar a sus vecinos.
Rescatistas marcaron el último recorrido que realizaron Benito y Estela con vida
En la sexta jornada del juicio a Daniel Vasilovski, el tribunal terminó de escuchar a los testigos presentados por las partes. Entre ellos, se destacaron las declaraciones de dos rescatistas que describieron detalladamente cómo fue la búsqueda del matrimonio desaparecido el 19 de diciembre de 2017 en Arroyo Leyes.
Los fiscales Omar de Pedro y Andrés Marchi acusan a Daniel Eduardo Vasilovski (44) por el "homicidio reiterado en dos oportunidades" de sus vecinos Benito Sosa y Estela Ríos, y solicitan que se le imponga la pena de 25 años de prisión, mientras que el defensor público Javier Casco pretende la absolución de culpa y cargo de su pupilo. Se espera conocer el veredicto de los jueces Sergio Carraro, José Luis García Troiano y Octavio Silva el próximo lunes.
Búsqueda de personas, rescate en medio de catástrofes e identificación de lugares en los que hay restos humanos, son algunas de las tareas para las que fueron entrenados los perros que colaboraron con la búsqueda de la pareja desaparecida en Arroyo Leyes. Sus guías, un ex bombero santafesino que representa a nivel nacional una ONG chilena de rescate con canes y un ex bombero cordobés que creó el Grupo de Rescate y Búsqueda Las Águilas, señalaron cuál fue el último recorrido realizado por el matrimonio cuando aún estaban con vida.
El mismo recorrido
Fue el santafesino el primero en enterarse de la desaparición del matrimonio y ofrecer su ayuda, tras lo cual se contactó con su colega para que se uniera a la búsqueda. Explicaron que cada ser humano tiene un aroma tan distintivo como la huella digital, y que con el movimiento se emanan escamas en donde la persona está, las cuales permanecen en el lugar y pueden ser rastreadas por los perros.
La labor de los canes comenzó el 20 de febrero de 2018, a dos meses del hecho. A Olivia, una perra de rastros específicos que persigue el olor que emana de la persona cuando está viva, se le proporcionó la huella de Estela. Marcó el recorrido desde la casa de la pareja hasta el río, sobre una embarcación siguió el rastro hasta el rancho donde vivía el acusado y pidió bajar. Una vez allí se dirigió a la construcción, la rodeó, y luego recorrió aproximadamente 30 metros, donde marcó un sector de tierra para luego dirigirse hacia la orilla.
A continuación comenzó a trabajar Ciro, el otro can cordobés, entrenado para la detección de restos humanos en descomposición. Ya en la zona de islas, el animal realizó el mismo recorrido que la perra: rodeó el rancho. marcó el claro y se dirigió al río.
El can santafesino, Space, capaz de detectar tanto restos específicos como restos cadavéricos, fue el último y se comportó de manera muy similar a los otros dos. Cuando arribó al rancho de Vasilovski se dirigió hacia la construcción y con una de sus patas delanteras tocó la puerta, solicitando ingresar. Adentro, marcó dos puntos: el primero a aproximadamente un metro de la puerta principal, el segundo en un rincón donde había bolsas de nylon enredadas y al menos dos pares de botas de goma.
En este último hallazgo, según señaló el guía, el comportamiento del animal indicaba una gran presencia de fluidos: "las botas tienen que haber tenido contacto con una posible víctima de evisceración".
Se tiraron
Debido a que los tres canes realizaban el mismo recorrido, que desembocaba en el río, los rescatistas decidieron colocar a los animales entrenados para detectar restos humanos en dos embarcaciones diferentes y recorrer el lugar. A 140 metros del rancho, los perros casi al unísono comenzaron a ladrar y se tiraron de cabeza al agua, señalando que estaban cerca de lo que buscaban.
Durante las casi tres horas que los dos rescatistas declararon, explicaron que es imposible que los perros se equivoquen o detecten un "falso positivo" y, que aun así, aquí los canes corroboraron mutuamente lo que los otros marcaban.