El Tribunal Oral Federal (TOF) de Santa Fe condenó por segunda vez en poco tiempo a las narcos santafesinas Vanesa "curandera" Saravia y su prima Verónica Celeste Frías, consideradas culpables de haber continuado con el negocio ilegal mientras la primera de ellas se encontraba detenida en la Cárcel de Mujeres de Rosario.
Aunque la audiencia para la firma del acuerdo de juicio abreviado se celebró a mediados de noviembre, la sentencia impuesta por el juez José María Escobar Cello tiene fecha del 5 de diciembre último, según se publica en la web oficial del Centro de Información Judicial (CIJ) de la Nación.
"Se encuentra acreditado que Saravia, a pesar de encontrarse privada de su libertad, utilizaba una línea telefónica para coordinar actividades relacionadas al tráfico de estupefacientes, llevadas a cabo –entre otras personas- por Verónica Frías", señala el magistrado en los considerandos del fallo.
La investigación judicial comenzó el 2 de diciembre de 2021, cuando llegó a oídos del fiscal federal Nº 1, Gustavo Onel, que Saravia seguía manejando el negocio de la droga intramuros. La mujer, que permanecía alojada en el Instituto de Recuperación de Mujeres - Unidad Penal 5 de Rosario, desde noviembre de 2019, se valió del uso de un celular y de sus influencias, para reordenar la labor de sus allegados en libertad, entre ellos su prima Verónica Frías.
Producto de la labor fiscal se dispusieron intervenciones telefónicas, a partir de cuyos resultados se concluyó que "efectivamente la sindicada coordinaba actividades relacionadas con el tráfico de estupefacientes desde su lugar de detención".
No fue tarea sencilla identificar a sus interlocutores externos, pero una vez detectada la presunta colaboración de su prima Frías, el 22 de febrero de 2022 Gendarmería allanó su casa de calle Alberti 3974, donde secuestró 537,8 gramos de cocaína y 17,49 gramos de marihuana y detuvo a su moradora.
En forma simultánea, se requisó la celda de Saravia, donde se secuestró un celular que se encontraba colgando en el perímetro del pabellón N° 3, atado en un retazo de tela que conectaba tres celdas, una de ellas la ocupada por la nombrada.
Escuchas telefónicas
Ambas fueron procesadas con prisión preventiva por considerarlas presuntas coautoras del delito de tenencia de estupefacientes con fines de comercialización. Poco después la causa se levó a juicio y el mes pasado los abogados particulares Luis Carlos Rittiner -por Saravia- y Raúl Sartori -por Frías-, llegaron a un acuerdo de juicio abreviado con la fiscal auxiliar Jimena Caula.
En cuanto a la evidencia que pone a ambas en el escenario delictivo, el juez Escobar Cello se refirió al contenido de las intervenciones telefónicas realizadas entre diciembre de 2021 y febrero de 2022. "El análisis de las comunicaciones obtenidas permitió establecer el vínculo personal y negocial que tenían y verificar que Saravia a pesar de encontrarse detenida, tenía dominio funcional sobre el material hallado en el domicilio de Frías", concluyó.
Penas unificadas
Como resultado del juicio, el TOF impuso 5 años de prisión a cada una de las implicadas, en su carácter de coautoras de "tenencia de estupefacientes con fines de comercialización". Sin embargo, las penas de ambas se elevaron al unificarse con condenas anteriores, dado que las dos cuentan con antecedentes penales recientes por narcotráfico.
Saravia registra una condena de 10 años de prisión impuesta por el mismo tribunal el 1° de octubre de 2021. En ese contexto fue declarada reincidente y recibió una pena única de 14 años de prisión.
En cuanto a Frías también registra una condena dictada por el mismo tribunal el 4 de mayo de 2019. En dicha oportunidad le impusieron 4 años y 4 meses de prisión por la cual el 21 de septiembre de 2020 se le otorgó la libertad condicional. En el reciente fallo, el tribunal revocó la libertad condicional, la declaró reincidente y unificó la pena en 8 años de prisión.
Actualmente, las dos mujeres de 38 años de edad, se encuentran alojadas en el Complejo Penitenciario Federal IV Ezeiza, luego de que el Servicio Penitenciario santafesino las considerara presas de "alto perfil" a las cuales no podía controlar.
La caída
La banda de la Curandera Saravia cayó el 7 de noviembre de 2019, cuando la Justicia Federal ordenó una serie de allanamientos producto de los cuales hubo una decena de detenciones y se secuestraron 143 kilos de cocaína, considerado el golpe más grande en la jurisdicción hasta ese momento.
Entre los lugares allanados figuraba un templo umbanda de calle San Jerónimo al 7800 y una casa alquilada en barrio Guadalupe residencial -Echagüe al 6900-, que funcionaba de pantalla y centro de operaciones.
Entre los detenidos se encontraba el esposo de la jefa, Martín Alejandro Albaristo (40). Ambos fueron considerados organizadores de almacenamiento y comercio de estupefacientes agravado por el número de personas; y autores del delito de tenencia de drogas con fines de comercialización y en octubre de 2021 aceptaron condenas a 10 años cada uno.
Prima con antecedentes
Verónica Celeste Frías recibió su primer condena el 5 de abril de 2019, cuando el Tribunal Oral Federal de Santa Fe la declaró culpable por el delito de "transporte de estupefacientes", con pena de 4 años y 4 meses de prisión.
En la sentencia de juicio abreviado "se encuentra probado que el 8 de marzo del 2018 en horas de la madrugada, personal de Gendarmería Nacional secuestró en poder de Frías 16,534 kilogramos de cocaína".
El hallazgo fue producto de un "operativo de control e identificación de personas y vehículos sobre la autopista Rosario–Santa Fe, a la altura del kilómetro 141 de la localidad de Sauce Viejo". En dicha oportunidad se inspeccionó un ómnibus de la empresa Tata Rápido SA donde viajaba la mujer.
En cuanto a la droga se encontraba "acondicionada en 16 bloques compactos rectangulares ocultos dentro de una mochila ubicada en el portaequipaje por encima de su asiento y de un bolso de viaje que se hallaba entre sus piernas".