Un joven de 25 años fue baleado este viernes por la tarde en barrio Belgrano de la ciudad de Santa Fe.
Habría sido agredido por un hombre que lo acusó de ladrón. Además, en la zona sur, delincuentes encapuchados dispararon contra policías.
Un joven de 25 años fue baleado este viernes por la tarde en barrio Belgrano de la ciudad de Santa Fe.
El incidente, por ahora confuso, ocurrió dentro de una vivienda de calle Urquiza al 7100, cerca del cruce con calle Vieytes, en jurisdicción de la Comisaría 11a.
El muchacho, con golpes en el rostro y un tiro en una de sus piernas fue trasladado en ambulancia hasta el nuevo Hospital Iturraspe.
Allí, la víctima le habría dicho a la policía que estaba en la casa de un amigo cuando llegó otro sujeto que lo acusó de haberle robado un teléfono celular.
El joven -que se encontarría en situación de calle- aseguró que este visitante lo agredió y le disparó, pero no aportó su identidad.
Los médicos le diagnosticaron herida de arma de fuego en muslo derecho, con orificio de entrada sin salida, posible fractura de tabique nasal y excoriaciones en distintas partes del cuerpo.
En la madrugada del viernes personal de la Brigada Motorizada observó un motovehículo con dos hombres encapuchados a bordo en la intersección de 1° de Mayo y 3 de Febrero. Los efectivos policiales intentaron darles alcance en reiteradas oportunidades, pero los sospechosos no hicieron caso a las señales lumínicas y sonoras e iniciaron la fuga.
Cuando los policías se pusieron a la par de la moto, el acompañante lanzó patadas a las ruedas de los móviles policiales, intentando provocar la inestabilidad y la pérdida de control de los mismos.
Pero lo peor ocurrió cuando en un momento dado, el acompañante sacó un arma de fuego de entre sus prendas y disparó en dirección a los policías, sin lograr impactar.
Los fugitivos doblaron a la izquierda por calle Juan Díaz de Solís y retomaron al oeste por calle Uruguay, donde finalmente perdieron el control del vehículo y lo descartaron en la altura del 4400. Después, corrieron por un pasillo interno de viviendas precarias, perdiéndose de vista entre los chapones.
Finalmente la moto dejada por los delincuentes fue secuestrada y trasladada a sede policial. Una vez allí se observó que el tambor estaba violentado, así como también el sistema eléctrico que permite su encendido sin la llave de ignición.