La habitual tranquilidad de Laguna Paiva fue interrumpida esta madrugada por un hecho de vandalismo cometido en el cementerio de esa ciudad.
La habitual tranquilidad de Laguna Paiva fue interrumpida esta madrugada por un hecho de vandalismo cometido en el cementerio de esa ciudad.
La denunciante es una mujer de 48 años quien dio cuenta que momentos antes recibió una llamada donde se la alertó que personas ajenas habían violentado el panteón familiar, lo que la llevó a dirigirse de inmediato al lugar ubicado en ruta provincial 4, kilómetro 1.
Al llegar, quedó impactada al observar los vidrios del panteón destrozados. Con gran pesar, constató la sustracción de valiosos objetos que honraban la memoria de sus seres queridos.
Entre los elementos desaparecidos se encontraban tres placas de bronce de tamaño mediano, tres placas tipo portarretrato también de bronce, un crucifijo del mismo material, tres floreros de vidrio y una urna de madera de fibrofácil que resguardaba los restos de su tío.
Para esclarecer los hechos, el personal de la comisaría de distrito 13 ( Laguna Paiva) inició una investigación. En ese sentido se entrevistó a un hombre de 43 años, quien desempeña como sepulturero en dicho lugar.
El hombre informó que, mientras realizaba sus habituales rondas de inspección, notó que el panteón de la familia N. presentaba daños en dos de sus vidrios de la puerta. Agregó que por precaución y con el fin de resguardar los objetos que se encontraban en su interior, procedió a retirarlos y almacenarlos en un depósito.
Entre los elementos recuperados por el personal policial se encontraban una placa de metal plateado, tres floreros de vidrio y una urna de fibrofácil que contenía las cenizas de un familiar de la denunciante.
Este repudiable acto de profanación no solo causó daños materiales, sino que también afectó el sentido de paz y respeto que debe imperar en un lugar tan sagrado como un cementerio.