Enrique Cruz (h)
Fue el último equipo en perder el invicto, pero hilvanó 4 derrotas al hilo. Potencialmente, tiene para dar más. Hay jugadores que se tienen que levantar.
Enrique Cruz (h)
* 1) Lo mejor
Aún sin tener un juego de alto vuelo, se convirtió en el último de los equipos de la Súper Liga en perder el invicto. Fueron diez fechas en las que, con aciertos y errores, el equipo se transformó en confiable a la hora de sacar resultados. Ganó 5 partidos y empató los otros 5 en esa racha sin derrotas, lo cual le impidió (por la acumulación de empates) llegar más alto en la tabla. Desde el punto de vista de la eficacia de los resultados, ese pasaje fue lo mejor y se solidificó, fundamentalmente, en el trabajo defensivo. La dupla Conti-Ortíz se hizo muy fuerte y Fritzler se transformó en figura repetida, muchas veces recuperando en cierta soledad. Cuando el equipo logró tener contundencia arriba (no siempre), se pudo ganar. Y si no, la fortaleza defensiva le permitió empatar algunos partidos que a priori eran complicados, como por ejemplo el punto valioso que se trajo de la cancha de San Lorenzo. Fue una continuidad de todo lo bueno que había hecho Domínguez, como para redondear un muy buen 2017 en el que se había partido de un objetivo claro (mejorar el promedio) para desembocar en la clasificación para la Copa Sudamericana no sin antes acumular siete victorias consecutivas. Esa racha, más la de los diez partidos sin perder, convirtieron a Colón en un equipo duro.
* 2) Lo peor
La última racha de cuatro caídas al hilo sembraron incertidumbre y preocupación. Si bien nadie puso en discusión la continuidad del entrenador —lo que se habría convertido en un absurdo y un despropósito—, se sabe lo que despierta, en el fútbol argentino, la seguidilla de derrotas. El hincha inmediatamente entra en el descreimiento y quiere “sangre”. Y si antes se le encontraba belleza a todo, de un momento a otro todo eso se desmorona y las opiniones cambian. Las opiniones y los estados de ánimo. El viernes, Colón le puso freno contundentemente a esa seguidilla de resultados adversos y lo hizo de la mejor manera: ganando. Domínguez habló antes del partido de que había “convicción en el camino elegido” y que “siento que estamos encontrando el equipo”, pero la realidad es que hubo cambios de nombres y hasta de estrategia.
* 3) Los objetivos
A partir de la clasificación para la Sudamericana, se presiente que hubo un cambio y que se vuelve a pensar en positivo y apuntando a más alto. Ser competitivos, como dice Domínguez, debe ser una meta en sí misma para cualquier equipo. Colón afronta una doble competencia (o triple si se suma la Copa Argentina) en la que no existe la acumulación excesiva de partidos, ya que por la Sudamericana serán sólo dos en esta primera mitad de año. Ratificar la presencia copera para el año que viene es un objetivo muy claro. Y si nos retrotraemos a esta misma altura del año pasado, ya con Montero afuera y con Domínguez adentro, Colón hoy arrancaría en el puesto 9 de la tabla de promedios, con 17 equipos por debajo. Se le irán dos campañas mediocres y quedará la de 49 (los 29 de Domínguez y los 20 de Montero), más estos 23 puntos de la actual temporada. Arriba suyo, al margen de Argentinos, que divide por un solo campeonato, estarían los cinco grandes, Estudiantes y Banfield. Nadie más.
* 4) Las figuras
Germán Conti es el caudillo defensivo del equipo, esta vez bien acompañado por Ortíz. La supuesta columna vertebral (el famoso 1-2-5-9) tiene también a otro abanderado: Matías Fritzler. Conti y Fritzler son los jugadores que le han dado solidez y equilibrio al equipo. A partir de allí, cuesta encontrar jugadores que hayan tenido regularidad y alto nivel individual. Alexander Domínguez respondió bien pero sólo sobresaliendo en algunos pocos partidos; lo propio pasó con Toledo, por ejemplo. Y hasta con Chancalay, a quien Domínguez está dispuesto a darle siempre oportunidades porque sabe que es uno de esos jugadores que puede sacar a relucir algo distinto y determinante.
* 5) Los refuerzos
Este es un punto en el que hay mucho para ver y analizar. Por empezar, Colón tiene un plantel estable de 32 jugadores y abundancia de posibilidades en algunos sectores, como por ejemplo del medio hacia arriba. Hay puestos en los que las opciones no son dos, sino tres y hasta cuatro. De los que se sumaron este año, Fritzler, Toledo y Alexander Domínguez han sido los más rescatables. El resto, en muchos casos está en deuda y potencialmente pueden dar más. Un claro ejemplo es el de Cristian Guanca. Después, Estigarribia alternó, Silva estuvo mucho tiempo lesionado, Heredia jugó muy poco, Galván y Marinelli también, y de los que llegaron en esta reapertura del libro de pases, aparece con chances de ganarse un lugar Mariano González y el pibe Escobar —bien contra Independiente y no tan bien contra Newell’s—, en tanto que habrá que ver lo de Correa y esperar que Alan Ruiz vuelva a ser ese jugador desequilibrante y capaz de resolver por sí mismo un partido en una ráfaga de brillantez, como pasó en su período anterior en el club.
* 6) El partido
No hay una actuación “redondita”, aunque hubo algunas en las que el equipo no dejó dudas y se llevó con total justicia la victoria. No son pocos los ejemplos: las victorias en Santa Fe ante Defensa y Justicia y Temperley; o las de visitante ante Argentinos Juniors e inclusive el triunfo del viernes con Newell’s, porque más allá de lo opaco que fue el partido, no se discute el merecimiento sabalero y una estrategia desde la idea del entrenador, de hacer un “partido largo” para que Newell’s entre en el terreno de la desesperación. Colón no ha sido, en este torneo, el equipo de las grandes actuaciones del torneo pasado, sobre todo en esa racha de siete victorias al hilo. Practicidad y eficacia fueron algunos atributos que se mencionaron y mucho en este proceso, sumado al hecho de que varios partidos se terminaron definiendo por esos famosos “detalles”, algunas veces materializados en una jugada de pelota quieta.
* 7) En deuda
Este es un ítem en el que hay mucho para decir, discutir y analizar. Uno de los jugadores que no se reencuentra con ese buen nivel del torneo pasado es Pablo Ledesma. Al lado de Poblete y con Pereyra arrancando por un lado e Iván Torres por el otro, habían formado un mediocampo que tenía todo: equilibrio, contención, juego y sorpresa. Ledesma no es el mismo Ledesma de antes y eso se siente. Algo similar ocurre con Vera, muchas veces obstinado en esa tendencia exagerada a buscar muy atrás la pelota. El dice que no le llega, pero no entiende que desde tan atrás se le hace imposible jugar en el lugar en el que más cómodo se debería sentir, que es en el área o lo más cerca posible del arco de enfrente. Después está lo ya comentado de Guanca, y aunque todavía es muy prematuro, uno espera que Alan Ruíz sea mucho, pero muchísimo más de lo que ha mostrado en estos dos partidos en los cuáles le tocó entrar. Otro caso es el de Bernardi, que había levantado su rendimiento en la parte final del año pasado, no fue lo mismo en los primeros dos partidos de este 2018, perdió la titularidad y el viernes entró muy bien, siendo un factor de desequilibrio para que Colón acumule, desde los 20 minutos del segundo tiempo, los méritos suficientes para ganarle a Newell’s.
* 8) El DT
Domínguez había terminado con viento muy favorable el 2017 más allá de las dos derrotas finales. Creó un halo de incertidumbre respecto de su continuidad. Arregló para seguir y supo capear ese temporal en el que caen los entrenadores cuando acumulan una seguidilla de derrotas. Sus números son incuestionables. De todos modos, hay varios aspectos que no terminan de comprenderse. Metió seis cambios de un partido al otro (de Boca a Independiente) y después de la segunda derrota, señaló que sentía que estaba encontrando el equipo, pero produjo tres modificaciones (Guanca y Ledesma por Vera y Bernardi, más el cambio de posición de Chancalay). Además, desarmó la estructura defensiva sólida cuando lo sacó a Ortíz, de buen entendimiento con Conti, en algo que reconoció luego como un error porque se mostró satisfecho con el trabajo defensivo del equipo en los últimos dos partidos, al señalar que “recuperamos solidez, nos hicieron un solo gol y fue de penal”. Tiene material suficiente y varias certezas, sobre todo del medio hacia atrás. ¿Qué tiene que conseguir?, más y mejor compañía para que Fritzler tenga un ladero para recuperar (lo cuál no quiere decir que deba ser necesariamente un volante de marca) y cambio de ritmo arriba para que el equipo no sea tan apático en el traslado de la pelota y carente de sorpresa.