Con Ávila, se fue uno de los grandes goleadores de la historia de Unión
Hizo 58 goles en 92 partidos, jugó en Colombia con Alfredo Di Stéfano y además, dirigió a Unión y también a Colón. Antes del encuentro ante Tigre, Unión lo homenajeó.
Con Ávila, se fue uno de los grandes goleadores de la historia de Unión
Hondo pesar causó en Unión la muerte de Julio Enrique Ávila, un delantero que llegó desde Córdoba y se convirtió en un goleador implacable y en un hombre muy querido, al punto tal que conocida la noticia del fallecimiento (a los 94 años), se decidió tributar un homenaje con el minuto de silencio que precedió a la disputa del encuentro entre el Tate y Tigre.
En más de siete décadas de militancia de Unión en los registros de la Afa, el cordobés natural de Dean Funes, Julio Enrique Ávila, se erigió en un fantástico delantero central y en la mejor figura del profesionalismo en esa posición en los campeonatos de ascenso.
Durante poco más de tres años (1948-1949 y 1955) disputó 92 partidos, anotando 58 tantos, quedando en el corazón de los hinchas unionistas por su alta calidad técnica. Cuando se retiró de la práctica activa del fútbol, incursionó en la dirección técnica dirigiendo tanto a Unión como Colón y a conjuntos del interior.
Cuando se produjo el éxodo de futbolistas argentinos en 1949 a Colombia y Europa, Ávila había sido suspendido por cinco años con motivo de los serios incidentes frente a Quilmes (agresión al árbitro Máximo Aguirre) y junto a Ubaldo Luengo, se fueron a Colombia y jugaron en el Deportivo Caldas —había salido penúltimo en los dos certámenes anteriores— y en una sorprendente actuación se coronaron campeones, siendo el primero del interior del país cafetero; superando por dos unidades a Millonarios, con sus fulgurantes estrellas.
La mejor actuación personal de Ávila fue en el Deportivo Caldas en el torneo de 1950, convirtiendo 24 goles en 22 partidos, quedando en la historia del club como una verdadera estrella y recordado en forma permanente por el público.
Debido a la desaparición del Deportivo Caldas, Ávila fue tentado y se incorporó en 1952 a Millonarios, que se convirtió en el mejor equipo del mundo, derrotando a los más poderosos conjuntos de Europa y de Sudamérica.
Los azules o “Los Embajadores” fueron campeones en 1952, 1953 y 1954, mostrando un notable poderío futbolístico, provocando que Barcelona y Real Madrid se disputasen el pase de Alfredo Di Stéfano, finalmente lo acordó River Plate con la institución de la capital española.
Julio Enrique Ávila hizo 58 goles en 92 partidos en Unión. Crédito: Archivo El Litoral
Cuando se normalizó la situación institucional del fútbol de Colombia y cumplida la sanción disciplinaria de la Afa, volvió a Unión logrando el subcampeonato en 1955, integrando un equipo inolvidable para los simpatizantes rojiblancos.
Ávila cumplió el servicio militar obligatorio en Diamante (Entre Ríos), donde mostraba sus excelentes condiciones y el jefe de esa unidad castrense le informó al escribano Alejandro Ulla, un ex futbolista, presidente y notable dirigente tatengue, de sus excepcionales aptitudes y lo convenció para actuar en Unión, llegando al equipo superior en 1949 donde tuvo una destacada labor en segunda división (hoy Primera B Nacional), en una recordada delantera conformada por Oscar “Guayaquil” Genín, Julio Enrique Ávila, el rosarino Raúl Micci, José Vicente Greco y Virgilio “Flaco” Acosta.
El “Maestro” Julio Enrique Ávila, fue descubierto por un verdadero personaje del siglo XX del departamento Castellanos, Hilario Juan Sapino, nacido el 29 de diciembre de 1918 en Humberto Primo, quien luego de cumplir el servicio militar en la Armada, se radicó en Lehmann, convirtiéndose en exitoso empresario lácteo (fabricante de quesos).
Ávila cumplió el servicio militar obligatorio en Diamante (Entre Ríos), donde mostraba sus excelentes condiciones y el jefe de esa unidad castrense le informó al escribano Alejandro Ulla, un ex futbolista, presidente y notable dirigente tatengue, de sus excepcionales aptitudes y lo convenció para actuar en Unión, llegando al equipo superior en 1949 donde tuvo una destacada labor en segunda división (hoy Primera B Nacional), en una recordada delantera conformada por Oscar “Guayaquil” Genín, Julio Enrique Ávila, el rosarino Raúl Micci, José Vicente Greco y Virgilio “Flaco” Acosta.