¿Quién quedará en el trono de Luis XV (15 años) en Unión?
Para muchos "falta un montón", pero el almanaque arrancó la cuenta regresiva al 2025. El líder histórico de los últimos años seguiría en la lista pero busca un sucesor "de confianza". ¿Puede haber alianza con un sector de la oposición?.
¿Quién quedará en el trono de Luis XV (15 años) en Unión?
Alguna vez dicen que dijo "me quedo hasta 2028 y me voy a casa". Otra vez dicen que nombró a don Antonio Vespucio Liberti en tono mixto de broma y afirmación: "A lo mejor me quedo con su marca y le quiebro el récord", haciendo a referencia a que el mencionado y conocido dirigente deportivo "millonario" (italiano pero nacionalizado argentino) presidió el Club Atlético River Plate en cuatro oportunidades y es el mandatario que más veces estuvo a cargo del club, con una salvedad: lo hizo en 20 años no consecutivos en el cargo. La historia de Luis Spahn tiene final abierto pero...¿tiene final en 2025 en la arena política de López y Planes? (dicho sea de paso, arenas con socavón VIP).
El trono de Luis XV (15 años: Spahn llegó en 2009 y estamos en 2024) parece ponerse en juego cuando falta menos de un año para que el viejo y querido Unión de Santa Fe vaya, una vez más, a las urnas. Y así como el reinado de Luis XV, con 59 años, fue el segundo más largo en la historia de Francia (sólo superado por el de su predecesor y bisabuelo el rey Luis XIV que había gobernado durante 72 años), el de "Luis Spahn 15" podría ir por la marca de don Antonio Vespucio LIberti en el fútbol argentino. Nunca ningún presidente de fútbol estuvo tantos años (alternos o continuos) en una institución argenta.
Hay dos realidades indiscutibles y absolutas en el oficialismo del Club Atlético Unión:
1) No hay manera que el oficialismo de Unión no concurra a las urnas (el inolvidable e histórico Ángel Malvicino mismo fue a las urnas después de descender y hasta el mismo oficialismo sabalero lo hizo hace poco en la otra vereda)
2) No hay manera que el oficialismo de Unión vaya a las urnas con los mismos nombres
Aunque nadie lo diga, más allá que se defiende desde adentro la idea de "son apenas algunos", hay un grupo de entre cuatro y ocho dirigentes que hace tiempo tomaron una actitud: "No vamos más a las reuniones de CD, pero no vamos a presentar la renuncia así terminamos la gestión y listo". Pasando en limpio, se van a ir del oficialismo "por muerte natural". De viejitos nomás.
Después habrá que establecer los porcentajes en este imaginario Fernet político (70/30), pero está claro que así como la "mesa chica" está mayoritariamente alineada con la figura de presidente, la división está y no sólo en dos grupos. En el mazo de cartas, hay varios castillos abajo de la figura de Luis XV (15 años). O sea, sí o sí, aplicando un viejo slogan político se viene "renovación y cambio" (sólo para entendidos en tierras rojiblancas).
Luis Spahn.
Luis Spahn, encerrado en su laberinto costanero, convive con dos ideas: 1) no puede irse a su casa así como si nada, de la noche a la mañana, después de 15 años en el trono del club; 2) no puede seguir de la misma manera por distintos motivos (desgaste propio, desgaste de los cercanos, desgaste de los lejanos). Está obligado a cambiar. Es por eso que, pase lo que pase, se viene un Luis Spahn camaleónico como nunca en Unión.
En un esquema piramidal del feudalismo, el soberano (o sea Luis XV) debe pensar, como primer compromiso de la sucesión, en Príncipes, Duques, Marqués, Conde, Vizconde y/o Barón. En Unión, los que ocupan los títulos nobiliarios debajo del Rey son los tres vicepresidentes. Ninguno de los tres, por cuestiones obvias, son "presidenciables". ¿Motivos?: "no querer" y "no poder" (o sea, no les da). Esa figura, la de que quede un vice en lugar del Luis XV, está terminada antes de nacer.
O sea que hay que buscar por otros lados. Hubo un par de nombres, externos al oficialismo, que estallaron por los aires. Es el caso del querido "Negro" Miguel Torres del Sel, tatengue ciento por ciento; y el de Luciano Germán Zavagno. No son tiempos en el Tate ni para el ex MIDACHI, hoy re-contra motivado con su vuelta a las tablas al lado del "Chino"; ni del querido "Lucho", palabra autorizada para la visoría sudamericana de players del Grupo City en este lado del globo terráqueo.
El tercero en discordia, Facundo Vega, quedó a media agua. Se podría sumar el hijo de "Cuqui", con un grupo de tatengues en modo "generación Y o millennials". Según las primeras charlas, Sphan lo ve con buenos ojos a Vega hijo y Facundo ve con buenos ojos no pararse en la vereda de "La Manzana Loca" (beso al cielo querido "Chiche") a tirar piedras en contra del oficialismo.
Hace un puñado de horas, los cortesanos que acompañaron a Luis XV (15 años), para compartir el pan y la mesa, fueron Fabián Brasca, Andrés Monsalvo y César Poccia. Lo que está absolutamente instalado en el Mundo Unión es que el propio presidente empezó a mover el avispero. "Yo entré al club con Luis en el 2009, soy de los que está desde la primera hora; a mí Spahn no me dijo nada que podía ser su último período. En el fútbol, un año es una enormidad y Luis debe completar muchas cosas que se trazó en el club", confesó el tesorero Jorge Cíceri, hace poco en una entrevista con El Litoral.
Luis Spahn. Crédito: Manuel Fabatía
César Poccia tiene, salvando muchas distancias y partiendo de la base que nadie es igual a nadie en la vida, algunas muestras del mismo ADN de Luis XV. De entrada y por cuna familiar, nació con más "tatengaje" que el actual rey. El palo empresarial los acerca; el cariño por el oficialismo, también. La relación, entre ambos, fue creciendo y se fue solidificando de a poco en los últimos años (cualquier comparación con la tribuna es mera casualidad).
Con Unión puntero, invicto, en Sudamericana y acariciando Libertadores; con su vecino de ciudad en otra divisional de AFA, parece ser un tiempo de parate (obligado en Primera por la Copa América), paz y tranquilidad desde la vieja Pajarera hacia afuera. Lejos del otoño-invierno, el Tate disfruta de su veranito.
Ese cambio climático, le dio tiempo a Luis XV tiempo para parar la pelota y mirar a futuro. Por eso la reunión en la calle de las cinco letras con sus cortesanos. El único escenario que está prohibido es el siguiente: "El rey reina pero no gobierna". En todo caso, si Luis XV (15 años) se aleja y designa sucesor, será al revés: Spahn ya no será el rey Luis XV pero sí o sí gobernará como sea. Eso sí: siempre y cuando el pueblo, que quiere pan y circo, lo siga eligiendo en las urnas contra una oposición tan intelectualmente honesta (desde el sentimiento rojo y blanco) como perdida, desarmada y sin saber que "trole" hay que tomar para destronar al rey. O al que deje el rey.