El estadio de la gente termina siendo un motivo de grieta en Unión. El presidente fue grabado, el audio se viralizó y la comisión de arquitectos salió a contestar con dureza. El presidente dijo: "Nos vendieron un buzón".
Fueron dichos en una charla informal en la que, deduzco, el presidente ni siquiera habrá sospechado que lo estaban grabando. Para el futuro, deberá cuidarse. Sus expresiones fueron duras y agresivas, generando la rápida reacción de la comisión de arquitectos que elaboraron un proyecto hace unos 9 años, denominado "el estadio de la gente" del que sólo se realizó una octava parte.
Spahn responsabiliza no sólo a los arquitectos sino también a la gente. Y da cifras, de los que se anotaron para adquirir nuevos palcos y plateas y de los que la efectivizaron con la compra de esos lugares, con una gran diferencia entre unos y otros. Spahn echa culpas ajenas y señala que le "vendieron un buzón", cuando en realidad se trata de un hombre que no desconoce el negocio de la construcción porque es parte del mismo como empresario.
Los arquitectos diseñaron un proyecto con matices de definitivo. Es decir, lo hicieron pensando en más de 40.000 espectadores y contando con las comodidades que los tiempos futuros podrían exigir, como que por ejemplo no haya más gente de pie en los estadios. El carácter de asistencia profesional y trabajo desinteresado y ad honorem de esa comisión de arquitectos, exime de mayores comentarios al respecto: es algo absolutamente valorable.
Quizás, el devenir de la situación económica que fue complicando progresivamente la situación, con el aumento considerable de materiales y mano de obra, un dólar totalmente inestable y un presupuesto que se debió corregir en forma permanente, hizo que no se pudiera ni siquiera concretar algo más armonioso. ¿Ejemplo?, terminar la obra completa del sector sur y no dejar una tribuna muy alta y a "medio hacer".
En otro tiempo, Unión hizo una obra que cambió la fisonomía del estadio. Una gran campaña en el '75, generadora de grandes ingresos, más una muy buena venta (la de Luque) permitió que Unión derrumbe aquéllas tribunas de madera y se convierta en un estadio totalmente de cemento a mediados de la década del '70. Después, hubo un larguísimo período de más de 20 años hasta que Malvicino cerró el codo sudeste (el de las mujeres) y nada más. La idea, luego de más de 35 años, de reformular el estadio no era mala. Muchos clubes lo hicieron, no sólo Colón, el de la comparación más cercana.
El presidente menciona que se necesitan alrededor de 70 millones de pesos para terminar la tribuna sur. Los arquitectos hablan de un "master plan" para ir realizándolo por etapas (el de la obra total del estadio). En concreto, se abrió una grieta que, inclusive, llegó al aspecto político interno de la institución, no sólo porque se aclara en el comunicado de los arquitectos que la decisión de realizar el 60 por ciento de la tribuna fue decisión de Spahn "en contra de la opinión de la comisión directiva gobernante en ese momento", sino porque se ha manifestado públicamente la agrupación Tate Campeón solidarizándose con los arquitectos, algo que seguramente compartirán las otras agrupaciones políticas teniendo en cuenta la trascendencia que tiene este tema del estadio, vital para cualquier hincha tatengue.