Debajo el puente Carretero, que une las ciudades de Santa Fe y Santo Tomé, pasa el vado.
Debajo el puente Carretero, que une las ciudades de Santa Fe y Santo Tomé, pasa el vado.
Se trata de un serpenteante curso de agua con forma de arroyo que atraviesa un humedal. Es el brazo secundario que une la desembocadura del río Salado con el río Santa Fe, que a su vez, es un afluente del majestuoso río Paraná.
Cuenta la leyenda que el General Manuel Belgrano pasó por estas aguas en 1810 y dejó su huella en un algarrobo que todavía mira hacia la costa.
Desde esa confluencia nace a la altura de Varadero Sarsotti el río Coronda. Aguas abajo atraviesa la ciudad homónima y llega al sur hasta Puerto Gaboto, donde finalmente se une al Paraná.
Hoy el vado está casi seco. Con la pronunciada bajante que dejó al Paraná por debajo de los dos metros, y con el Salado en similares condiciones, es apenas un hilo de agua.
Ideal para navegarlo a remo. Sobre todo frente a la costa santotomesina, donde se formó un banco de arena con abundante naturaleza.
El vado tiene una curiosa particularidad: si el Salado está más alto que el Paraná, corre hacia el Sureste. Y cuando crece el Paraná, corre al revés.
Esto perjudica o beneficia a los nadadores de la maratón Santa Fe - Coronda, que cada febrero deben atravesarlo con la corriente en contra o a favor.
Sin embargo, si se cumplen los pronósticos y el río sigue bajo en el verano, por la falta de profundidad es probable que el vado no pueda ser nadado durante la prueba deportiva.
En este contexto, los organizadores de la maratón tampoco confirmaron todavía si el año entrante se realizará.