Luciano Andreychuk
Lo dispuso el Concejo, sancionando por vía de excepción el ingreso a planta permanente de la Municipalidad de una hija y un hijo de padres desaparecidos durante la última dictadura militar. Una historia de vida.
Luciano Andreychuk
landreychuk@ellitoral.com
Fue en una sesión apresurada e intensa este miércoles, por los paros decretados por el gremio de empleados municipales para jueves y viernes. En las barras, una mujer de gafas oscuras se enjugaba las lágrimas con la mano, y a su lado su hija. Se terminaba de tratar un despacho sobre tablas, y hubo aplausos desde las bancas de todos los bloques políticos.
Ocurría lo siguiente: el Concejo terminaba de aprobar una resolución por la cual dispuso que el Ejecutivo Municipal, por vía de excepción, incorpore a la planta permanente de la Municipalidad a los hijos e hijas de trabajadores municipales que fueran cesanteados durante la última dictadura cívico- militar (1976-1983), empleados que hayan sido asesinados o desaparecidos durante ese capítulo oscuro de la historia argentina.
Emilio Jatón - Concejal FPCYS
“Agradezco a todos mis pares de que esto suceda”, dijo el concejal Emilio Jatón (FPCyS), que impulsó la iniciativa (con acompañamiento de su par de bloque, Laura Mondino). Las personas que ahora obtendrán este beneficio “quedan obligadas a comunicar por medio fehaciente la aceptación de éste dentro de los 30 días de notificado su otorgamiento. El Ejecutivo arbitrará las medidas para localizar y notificar a los beneficiarios, dentro de los 30 días de promulgada la resolución”, dice la norma aprobada.
Hasta donde supo este medio, son dos personas las que se acogerán al beneficio. Otras seis no, porque no están en la provincia o decidieron seguir otros caminos laborales, indicaron fuentes legislativas.
Dos casos
“Aquí (en las barras) hay personas, familiares de desaparecidos: Norma P. de Maggio, que trabajó en el Liceo Municipal (Antonio Fuente de Arco) como profesora de expresión corporal. Durante la dictadura su compañero, Horacio, estuvo detenido en la Esma y fue fusilado tras intentar fugarse. Esa pareja tuvo hijos: uno de ellos es Facundo, que actualmente trabaja como personal contratado en el área de Cultura. Ahora, podrá pasar a planta permanente”, declaró Jatón en el recinto.
Hay otro caso: “El de Edmundo ‘Punci’ Candioti, que se recibió en la Escuela Industrial Superior con el título técnico constructor. De joven, a los 15 años, comenzó a militar en la Juventud de Acción Católica y en el movimiento estudiantil de la Universidad Católica local. Trabajó en la dirección de Catastro de la Municipalidad. Se casó con ‘Mari’ y fueron papás”, contó el edil frentista. De esa relación nació Laura. Y Laura ahora estará en condiciones de ingresar a planta.
“¿Qué pasará el próximo sábado 24 de marzo, Día Nacional de la Memoria por la Verdad y la Justicia? Esa fecha se recordará a los muertos y desaparecidos durante esa etapa trágica de nuestra historia. El mejor homenaje lo terminamos de dar desde aquí, desde el Concejo”, subrayó Jatón.
“El desaparecido nunca muere”
Estela María Ávalos (alias “Mari”) contó su historia. Conoció a su esposo “Punci” Candioti en 1974. Tuvieron dos hijos. Una es Laura, que estaba presente allí, en la entrevista con la prensa y no quiso hacer declaraciones; ahora ella podrá acogerse al beneficio sancionado por el Concejo. Quien contó toda la historia fue Estela Ávalos. Su marido fue militante peronista y gremial. En los años ‘69 trabajó en Catastro de la Municipalidad local, y en 1969 los grupos especiales lo secuestraron.
“Lo torturaron muchísimo, sufrió vejaciones inhumanas. Lo dejaron tirado y moribundo, pero sobrevivió porque alguien lo socorrió. Fue restituido a la Municipalidad tiempo después, y recibido por todos sus compañeros en la escalinata (del Palacio Municipal)”, relató la mujer.
Luego empezaron las persecuciones otra vez. “Mi esposo se fue a la clandestinidad. Y en ese interín, cayó detenido en Tucumán”. Fue liberado en 1973, y reincoporado al trabajo municipal. Pero luego, con el paso del tiempo, volvió a irse de Santa Fe. “Estuvimos juntos en Rosario. Y el 8 de octubre de 1977 fue desaparecido, desde la Terminal de Ómnibus”, rememoró Ávalos, entre aquellas lágrimas que seguía enjugando.
“El desaparecido nunca muere. Está en el alma y en el corazón de quien lo conoció. Es el caso mío y el de nuestros hijos. Y me alegro mucho por mi hija, Laura, que podrá acceder a este beneficio. Ella nunca tuvo una ley de reparación histórica, tiene dos hijos, y está casada con alguien que también es hijo de desaparecido. Estoy llena de felicidad por ella”, dijo Ávalos.