Nostalgia ferroviaria: un viejo tanque de agua, vestigio del primer ferrocarril de la ciudad
Fue instalado a principios de siglo XX en lo que hoy es barrio Candioti Sur, donde funcionaban los talleres de tren. La historia y transformación de un lugar que es símbolo de progreso.
Nostalgia ferroviaria: un viejo tanque de agua, vestigio del primer ferrocarril de la ciudad
Decir que el ferrocarril dejó su huella en la sociedad argentina y santafesina en particular no es nuevo. El desarrollo y expansión del tren desde fines de siglo XIX y principios del XX marcó a fuego las localidades de la “bota” y la capital de la provincia no fue la excepción. Estaciones, talleres,cabines y todo lo relacionado a las vías, dominaron la escena de las ciudades y pueblos hasta mediados del siglo pasado.
En la actualidad, quedan apenas algunos resabios en el ecosistema callejero de la capital santafesina de lo que fue el sistema ferroviario. Terminales reconvertidas en lugares de eventos (la Belgrano y la Mitre), talleres transformados en espacios culturales (La Redonda y el Parque Federal) y otros como oficinas (ex Predio Ferial).
Precisamente, en la zona donde una vez funcionó el primer FF.CC de Santa Fe aún queda en pie un viejo tanque de agua, perteneciente a los talleres del ferrocarril a Las Colonias, posteriormente comprado por capitales franceses y luego transferido a manos argentinas. En paralelo, las obras de remodelación en la terminal de colectivos sirven de excusa para repasar la historia del lugar.
El tren, símbolo de progreso
Para mayo de 1884 se colocó la piedra fundamental para construir el predio ferroviario. Las instalaciones se inauguraron en 1885, en los terrenos que hoy comprenden la Avenida Alem al sur, Belgrano al oeste, Junín al norte y Callejón Caseros al este.
La construcción del predio se dio en lo que hoy es barrio Candioti Sur. Crédito: Colección Samuel Boote
La valiosa colección de fotos de Samuel Boote permite traer a estos tiempos el recuerdo de cómo era la ciudad a fines de siglo XIX, que proyectaba el crecimiento con el ferrocarril como eje central. Las imágenes muestran distintos momentos de cómo se levantaron la estación de pasajeros, los talleres y galpones de carga.
El frente de la vieja estación de trenes a Las Colonias. Crédito: Colección Samuel Boote
Con 500 kilómetros de vías construidas en el territorio santafesino, se firmó un contrato de concesión con la Compañía Francesa de Fives Lille por 55 años. Fue entonces que la oleada parisina desembarcó en Santa Fe con casonas, colegios y la mítica Alianza Francesa.
Para fines del siglo XIX Santa Fe ya contaba con una línea del FF.CC a localidades del interior productivo. Crédito: Colección Samuel Boote
Los europeos se encargaron de fortalecer la red ferroviaria en la provincia y mantuvo conectadas a las localidades del interior con la capital. Para 1900, el gobierno santafesino traspasó todas las líneas a los franceses, quienes 10 años después ampliaron la red en 1.709 kms.
Desde la Plaza España al este. La terminal del FF.CC francés lucía sus mejores galas.
Además de la estación terminal, el predio ferroviario contaba con los talleres. Había una docena de espacios dedicados cada uno a una especialidad. Uno de los más reconocidos era el “Salón Blanco”, donde se preparaban las locomotoras. El resto, dividía sus funciones en diferentes instancias de reparación como carpintería, herrería, electricidad, etc.
Recorte de El Litoral con una foto que anunciaba la demolición y construcción de una nueva terminal de colectivos.
Con la llegada de Juan Perón a la presidencia, las líneas de ferrocarril se estatizaron. Para 1946, momento en que pasaron a manos del Estado, la red ferroviaria santafesina contaba con unos 2.000 kilómetros y 200 estaciones, según explica la publicación “El ferrocarril en Santa Fe y su relación con el puerto” (2006).
Para aquellos tiempos, había resistencia a la demolición de ese edificio histórico.
Una de las decisiones del gobierno justicialista para los trenes en la capital santafesina fue unificar el FF.CC de pasajeros en la estación Belgrano (Bulevar Gálvez 1100). Esa definición de una manera sentenció los destinos de la terminal que al tiempo fue demolida.
Las locomotoras en el interior de los talleres. Esos galpones fueron todo un símbolo en la historia ferroviaria de la ciudad.
Ya sin lugar para los pasajeros, en el predio quedaron los talleres. Según recuerda Andrés Andreis en un artículo publicado por El Litoral en el año 2000; “En el apogeo de su actividad los talleres contaban con un plantel de 900 personas entre operarios y administrativos y en los últimos años alrededor de 500”.
Los talleres eran una buena fuente de empleo para la ciudad santafesina.
Chau tren, hola colectivos
El gobierno peronista encaró la obra de destruir la vieja estación de trenes y en su lugar construir una terminal de ómnibus que satisfaga las necesidades de aquella época. Pese a haber iniciado a buen ritmo, los trabajos se paralizaron y recién para 1968 se habilitó el nuevo espacio.
La antigua estación de ómnibus, ubicada en calle Mendoza entre 25 de Mayo y 27 de Febrero.
El 17 de noviembre de 1968 El Litoral puso en su tapa la flamante adquisición de la ciudad. Una remozada terminal de colectivos que ayudaría al crecimiento de la capital provincial. Para aquellos años, como recordó un reciente artículo de Memorias de Santa Fe, estaban en marcha o proyectadas, obras de magnitud que cambiaron la vida de la ciudad como la Circunvalación, la autopista a Rosario, el Puente Oroño y el Túnel Subfluvial, entre otras.
El Litoral y la noticia de la nueva terminal, un cambio de época para la ciudad.
Se daba entonces un cambio de paradigma que con el tiempo se completará: el adiós al tren, sus vagones y las vías para darle paso a los colectivos, sus coches y las rutas de pavimento.
El primer servicio de pasajeros que partió desde la nueva terminal.
Talleres a Laguna Paiva, el olvido en Santa Fe
En 1978, con el sistema ferroviario en caída, las autoridades trasladaron la actividad de los talleres a la localidad de Laguna Paiva. Para ese entonces, maquinarias y elementos del ferrocarril fueron rematados.
Los talleres fueron cerrados a fines de la década de 1970 y sus tareas trasladadas a Laguna Paiva.
Los técnicos y operarios también fueron reubicados en la localidad del norte de la capital. Ese predio funcionó hasta 1993 cuando se desactivó casi por completo el servicio ferroviario en la provincia. De acuerdo a la citada publicación (que surgió del IV Congreso de Historia Ferroviaria) supo tener 1.700 empleados.
Una mirada hacia el sur. De fondo el puerto y el molino Marconetti.
Volviendo a la zona de la terminal, que por estos días se está refaccionando, en el predio detrás quedaron libres algunos sectores y en otros permanecieron los talleres. Las fuerzas vivas de la ciudad comenzaban a diagramar ideas de cómo urbanizar estos terrenos que iba dejando el tren.
Las imágenes del archivo de El Litoral lo grafican a la perfección. Desde el aire se puede ver la flamante estación de colectivos y hacia el Este el predio que iba quedando vacío de actividad ferroviaria.
El tanque y los galpones que quedaron en pie tras el cierre del predio ferroviario.
Cerrados hasta nuevo aviso
En el citado artículo de Andreis, se explica que de los antiguos talleres quedaron en pie los de “montaje”. También el antiguo tanque de agua, el elemento que impulsó a realizar esta nota del recuerdo.
Los inmuebles pasaron a la órbita municipal y para finales de 1995, tras casi dos décadas cerrados, se reinauguraron bajo el nombre de “Predio Ferial”, un espacio destinado a eventos organizados por el municipio santafesino. Así las cosas, por allí pasaron numerosos festivales, ferias del libro y otros espectáculos públicos y privados.
Con el correr de los años, las autoridades locales también recuperaron la gestión de la abandonada Estación Belgrano y la transformaron en un amplio espacio para realizar diversas y simultáneas actividades sociales,culturales, deportivas,etc.
Así las cosas, el Predio Ferial quedó relegado de eventos convocantes y fue sumando oficinas públicas. En la actualidad allí se ubican una sede del Sistema Integrado de Denuncias de Accidentes; un Centro Territorial de Denuncias; la Dirección de Mujeres y Disidencias y de la Subdirección de Promoción y Protección de los Derechos de Niñez y Adolescencia; y una dependencia de la Superintendencia de Riesgos del Trabajo.