Jueves 14.10.2021
/Última actualización 18:32
Un llamado para ir al cajero a las 4 de la mañana a fin de convalidar el turno de vacunación Covid, un premio tentador (viaje, dinero, descuentos) que se obtiene sin haber participado de ningún sorteo; el reclamo de una deuda con una entidad bancaria con la que nunca, jamás, se operó; el acceso a un bono o beneficio estatal que no fue solicitado. De todas esas acciones y de tantísimas más se compone el variopinto panorama de estafas virtuales; muchas de ellas tienen una denominación propia, la mayoría en inglés (phishing, vishing, etc.) y todas demandan una enorme atención por parte de la población que usa cualquier forma de comunicación virtual, es decir, la mayoría.
Soledad Martínez, analista informática, aporta datos, descripciones, cifras y recomendaciones que se resumen en una frase: "Hay que sumar hábitos de higiene, seguridad y educación digital".
Octubre es el mes de la ciberseguridad, recuerda la experta para introducir un tema de permanente reclamo y ocasional denuncia, pero siempre de preocupación entre usuarios de redes sociales. Sin embargo, la pandemia, que retrajo los vínculos y las transacciones comerciales al interior de los aparatos tecnológicos, derivó en un incremento espectacular de casos: "Desde marzo del año pasado a la fecha en el país aumentaron un 3000 % las estafas en todas sus modalidades. Y es la puerta abierta a otros ciberdelitos como el grooming" u otros que involucran a niños y niñas, advierte Martínez para introducir, apenas, otra problemática que tiene su propio día en el calendario, el 13 de noviembre.
- ¿Cuáles son las estafas más comunes y cuáles las novedades?
- Las modalidades se mantienen: phishing, vishing… Y lo que cambia es la temática. Es decir, si se anuncia que va a haber un bono del Ministerio de Desarrollo Social, seguramente van a llegar estafas sobre esta temática. Lo mismo ocurrió en su momento con los turnos de vacunación, los aniversarios de supermercados o de una tienda online.
En el caso del phishing, llega un mensaje por mail, Ig o whatsapp, la persona carga datos personales, por ejemplo, para un sorteo o actualización de pago de servicios sin identificar a qué página se ingresan esos datos. "Visualmente es igual a la página original, con los mismos colores y letras. Pero cuando se va a la URL, que es la barra de navegación (donde escribimos www), no tiene nada que ver con el sitio oficial. Entonces, la persona termina cargando los datos para hacer un pago con su tarjeta de crédito o débito a otro sitio. Hace un par de meses sucedió con el aniversario de Mercado Libre y el anuncio de sorteos: aparecía el logo de la empresa pero el link al que se ingresaba no tenía nada que ver con la empresa. No solamente se van a robar datos bancarios o financieros sino que pueden ingresar a cuentas vinculadas, redes sociales, sacar las fotos y crear un perfil paralelo con una foto de la víctima.
"Hay que estar muy atentos. Siempre digo que somos nosotros la principal fuente de datos e información y nada es porque si. Es uno quien termina abriendo la puerta y hay que estar atentos acerca de dónde cargamos los datos", dice Martínez.
Otra modalidad frecuente es el "vishing": a través de una comunicación telefónica de alguien que se hace pasar por representante de una entidad bancaria o financiera, o que anuncia un premio o bono, pide a la víctima que introduzca un código a través del cajero automático. Lo que termina ocurriendo es que vacían la cuenta de la persona y se pueden llegar a generar créditos preaprobados
"Siempre hay que estar atentos a quien está llamando: tener en cuenta que vacunación, tarjeta Alimentar, Ife (cuando estaban vigentes), la Reparación Histórica en su momento, se tramitan a través de páginas oficiales".
En cuanto a los préstamos, "el 24 de septiembre se conoció una de las últimas resoluciones del Banco Central que obliga a los bancos a acreditar la identidad de quien solicita un préstamo preotorgado para confirmar que es el titular de la cuenta. Antes se accedía al instante a ese crédito", y en eso consistía una de las estafas más frecuentes.
Hay más, muchas más modalidades de delitos. La lista se actualiza de acuerdo a las necesidades de la gente, las novedades que circulan por los mismos medios de comunicación y las herramientas digitales disponibles. Así, comenzó a ganar terreno la suplantación de identidad por whatsapp: "una persona manda un mensaje a sus contactos para avisar que cambió su número y nadie parece sospechar porque la foto del perfil es la misma. Luego esa persona comienza a pedir alguna ayuda económica por un tema de salud o por otra razón y sus contactos acceden a hacer transferencias que van a parar a la cuenta de quien pergeñó el engaño".
- ¿Hay manera de mantenerse al margen de las estafas?
- Hay que ser muy cuidadosos. Hoy en día todos somos potenciales víctimas; antes se creía que eran más vulnerables las personas mayores y en realidad somos todos, desde los menores de edad que a veces piden la tarjeta a sus padres para comprar juegos por internet y pasan los datos sin saber quién está del otro lado, hasta los adultos. Se recomienda no hacer transacciones bancarias desde home banking mientras se está conectado a una red de wifi pública; mantener actualizadas las contraseñas y que éstas incluyan caracteres especiales (mayúsculas, minúsculas, letras y números); no usar la misma contraseña en todas las cuentas; no cargar datos en línea si no sabemos de dónde provienen.
- La virtualidad facilita y agiliza la vida pero exige cierto trabajo también, al menos para no dejar toda nuestra privacidad librada a un clik.
- Si una persona muestra absolutamente todo en redes, hace un recorrido virtual por la casa y después cuenta que se va de viaje, es como dejar la puerta abierta a los ladrones. Con el tema de las estafas también. Por eso hay que sumar hábitos de higiene, seguridad y educación digital. Desde la pandemia a la fecha hubo una migración a lo digital y algunas cuestiones van a quedar; por ejemplo, los hábitos de compras a través de una plataforma, los turnos de los bancos. Si bien es un cambio que llegó de golpe, es necesario comprenderlo y aprender cómo cuidarse.
- ¿Cómo incorporamos esos hábitos?
- Es cuestión de ir aprendiendo. Hay que sacarse el miedo a la tecnología, mantener actualizadas las contraseñas, no cargar datos en cualquier sitio, verificar qué información se comparte, que la contraseña tenga caracteres especiales para que no sea fácil de rastrear.
Es similar a la información que tenemos detrás de los autos: se sabe la cantidad de miembros de la familia, si tenemos mascotas, de qué club somos hinchas, a qué escuela van los hijos. Brindamos un montón de información sin darnos cuenta, pero hay que ser más cuidadosos.
Desde marzo del año pasado a la fecha en el país hubo un 3000 % de aumento las estafas en todas sus modalidades. Y es la puerta abierta a otros ciberdelitos como el grooming y la protección de datos de los niños.
- ¿Cómo nos alfabetizamos? Una forma puede ser abordando estos temas, pero así cómo se puede prevenir por esta vía también se termina advirtiendo a quienes realizan las estafas.
- Cada vez que doy una charla, 5 minutos antes estoy actualizando con un ejemplo. Primero, hay que sacarse el miedo. Si no sabemos, consultar dentro del entorno seguro para que nos ayuden. Y evitar poner el dedo en links que ofrezcan, por ejemplo, regalos imposibles.
- ¿Hay canales donde las personas pueden dirigirse si son víctimas de estafas?
- Además de comunicarse con los bancos (en caso de que se trate de una maniobra financiera) hay que judicializar la estafa para que se inicie la investigación. Se puede acudir a cualquier comisaría, a los Centros Territoriales de Denuncias y al Ministerio Público de la Acusación (MPA) que tiene disponible la toma de denuncia de manera digital en su página.
Pero no hay que tener miedo, sino aprender y estar atentos. Según el dicho popular, "a caballo regalado no se le mira los dientes". Acá hay que mirar la dentadura completa para ver qué es lo que están ofreciendo.