Domingo 17.12.2023
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Richard Humberto del Carmen Pautasso nació en Santa Fe el 20 de enero de 1933; en su última etapa se identificaba como visualista. Cursó sus primeros estudios plásticos en la Escuela Provincial de Artes Visuales Prof. Juan Mantovani, a la que se incorporó como profesor de Composición Plástica y Espacial, desde 1962 hasta su retiro; también dictó cursos de arte en distintos establecimientos educativos.
Con 17 años de edad, en 1950, realizó su primera muestra, presentada por Paco Urondo. Ese mismo año expuso en varias oportunidades en diversas galerías nacionales e internacionales como Galería Chapultepec (México), Palacio de Arte (Guatemala), Universidad de León (Nicaragua), Instituto de Prensa (El Salvador). Fue invitado por la Embajada Argentina para exponer en Holanda, Suiza y Alemania.
“Las colas del zorro y las rama enmarañadas”: una muestra de su manejo del color. Foto: Archivo El LitoralEn todos los soportes
Hizo trabajos gráficos importantes de manera individual y colectiva, alcanzando proyección regional y nacional, además de iniciarse como ilustrador de cuentos y poemas del diario El Litoral durante tres décadas ininterrumpidas; ejerció la misma tarea en el diario La Capital de Rosario.
Fue escenógrafo y vestuarista en los teatros independientes de Santa Fe y Rosario. Integró la compañía El Retablillo de Maese Pedro, junto a Urondo, José María “Cocho” Paolantonio, Miguel Brascó y Carlos Ragone, entre otros. Por esto, junto a otros protagonistas del primer teatro independiente de Santa Fe (Agustín Zapata Gollán, Francisco Urondo, Fernando Birri, entre otros), Pautasso fue reconocido en 2012 en la muestra exhibida en el Teatro Municipal 1.º de Mayo, en una compilación que homenajeó a un movimiento artístico que alcanzó trascendencia regional, nacional e internacional.
Ilustraciones para El Litoral: un dibujo para el suplemento cultural La Comarca y el Mundo, de 1984, para un texto de Sonia de Catela; al lado, ilustración para un texto de José Rafael López Rosas sobre la fundación de Santa Fe, publicado el 9 de noviembre de 1980. Fotos: Archivo El LitoralEn cine, trabajó como ambientador en la película “Los Inundados” con Fernando Birri; se le encomendó el trabajo gráfico y montaje de “Tire dié” y el material gráfico de las ediciones del período de Fernando Birri y Juan Carlos Arch, en el Instituto Superior de Cinematografía de la Universidad Nacional del Litoral.
Algunos recuerdan su faceta de bon vivant. Uno de sus buenos amigos era el también fallecido dibujante santafesino Fernando “Cany” Soto, con el que a simple vista era eran el agua y el aceite. Soto contaba que Richard le decía: “Cany, tenemos que ir a la muestra de X”. A lo que venía la pregunta: “¿Está bueno lo que va a exponer? ¿Viste algo”. “No, pero ya sé qué champagne y qué bocaditos va a haber”, contestaba Pautasso.
Estampa: un Pautasso formal en blanco y negro, y la imagen habitual de sus últimas décadas de vida. Fotos: Archivo El LitoralCreador de mundos
Sus obras se encuentran en museos como el “Museo Provincial de Bellas Artes Rosa Galisteo de Rodríguez”, el Museo Municipal de Artes Visuales “Sor Josefa Díaz y Clucellas” (ambos en Santa Fe capital) y el Museo Provincial de Bellas Artes “Timoteo E. Navarro” (San Miguel de Tucumán), y colecciones particulares. Cuatro de sus trabajos pertenecen a la colección itinerante del City Bank de Buenos Aires.
Ilustración a color de la serie “Realidad virtual”. Foto: Archivo El LitoralSobre este gran artista santafesino, el crítico de El Litoral Domingo Sahda escribió que “su trayectoria ininterrumpida sin desmayos al correr de los años, sostenida por una indiscutible calidad estética con niveles de excelencia, permite la constatación de que, al margen de modas y modos, el creador que es Pautasso se permite “ser él mismo” sin adherencias ni préstamos de terceros, sin torcer su voluntad creativa ante ninguna seducción circunstancial. Su calidad de intérprete y creador de mundos insólitos, multiformes, caleidoscópicos en los que el absurdo, la reiteración, la ironía socarrona, la filosa mirada eventualmente despiadada, tejen una urdimbre en la cual la poética de la forma -a veces agresiva hasta la exageración-, el color luminoso, la línea de meandros infinitos se arquitecturan produciendo documentos visuales que señalan la contemporaneidad, sin ceder al facilismo afectista o convencional. No hay anécdotas descriptas, hay historias que el dibujante da a la luz sin atender a otra cosa que no sea su percepción subjetiva, tanto del entorno como de sí mismo”.
“La incorporación de etiquetas -reflexiona Sahda- y recortes, de rótulos diversos pegados se incorporan a la sintaxis de cada trabajo. Algunos son de evidente y elaborada factura, otros tienen la frescura de lo inmediato, no premeditado. La estereotipia de ciertas imágenes que se repiten, en modo alguno pierden sustancia plástica expresiva. Lo caótico se ensambla con lo predecible en unidades visuales de compacta armadura”.
En 2008 expuso en la muestra de dibujos, cajas y objetos “Dedicado al Cine” en el Museo de Arte Contemporáneo (MAC) de la Universidad Nacional del Litoral. En el “Sor Josefa Díaz y Clucellas” realizó en 2012 su última exposición en vida: “Ojos bien abiertos”. Decía El Litoral en aquel momento: “La obra de Richard Pautasso, en sus diversas manifestaciones, refleja un denominador común: la sensibilidad del artista frente a la realidad que lo rodea. Como pocos, rinde homenaje al arte plasmando en cada pieza su cosmovisión, asumiendo el riesgo estético e indagando nuevos horizontes”.
“Alegoría a las navidades”, otro trabajo en técnica mixta de gran tamaño. Foto: Archivo El LitoralRomper la solemnidad
“Etiquetas de chicles, caramelos, galletitas y chocolatines, pequeñas obleas que certifican la calidad de las bananas de Ecuador, sellos con forma de animalitos, insectos de plástico o figuritas y pedacitos de encaje, son algunos de los signos con los que Richard Pautasso le tuerce el brazo a la solemnidad y hace más leve su existencia”, reflexionaba Isabel Molinas en el texto que especialmente redactó para “Ojos bien abiertos”. Y agregaba: “Desde aquella primera exposición presentada por Paco Urondo, a principios de los años cincuenta, diversos son los oficios que van tejiendo la historia de su vida y de su obra: las andanzas con los amigos del Retablillo de Maese Pedro, sus ambientaciones para las películas de Birri, decenas de escenografías y vestuarios para teatros independientes, las clases de la Mantovani, sus ilustraciones para El Litoral y La Capital, su amistad con Mujica Lainez, su vínculo con Miguel Brascó, la creación de ambientes para filmes de Juan Carlos Arch y tantas otras referencias que describen qué es ser un artista visual en Santa Fe. Porque aunque pase la mitad del tiempo en Buenos Aires, sigue teniendo su taller, sus libros y su colección de caracoles en Santa Fe.
“Múltiples oficios atravesados por una misma voluntad de ver y de registrar lo singular de cada escena. Entre el objetivismo francés y el impulso fenomenológico de un Stanley Kubrick, Richard se demora en los gestos y en la voluptuosidad de los cuerpos, y vuelve con insistencia al retrato pero idealizado y despojado de toda voluntad mimética”.
“Como en las películas de Kubrick, sus personajes son parte de un engranaje más complejo, en el que la representación de los rasgos físicos o los detalles del contexto, conviven con una reflexión más profunda sobre la naturaleza de los seres y de su tiempo”.
Bandeja de cartón de la muestra “Ojos bien abiertos”. Foto: Archivo El Litoral“Quizás ese sea uno de los motivos -destacaba Molinas- por los cuales recurre a las bandejas para terminar de individualizar escenas, objetos y personajes. Bandejas de cartón con cierta gracia barroca en su estructura; bandejas bonitas que se preservan para albergar, en su individualidad envolvente, variadas representaciones del hombre-feto en el seno materno. Bandejas de la confitería de la esquina que, reutilizadas, confirman esa anunciada belleza que nos habla del placer y del gozo de ciertos objetos y de los cuerpos en su calidad de textos.
“No hay dudas de que estamos en presencia de un artista que conoce su oficio, de uno de los creadores santafesinos que ha hecho del dibujo una de sus caligrafías preferidas. Pero aunque el trazo y la trama permanezcan a lo largo del tiempo, siempre hay un guiño que hace que busquemos en cada obra un elemento novedoso y diferente. Etiquetas, envoltorios de golosinas, insectos de mentirita y tantos otros motivos que nos invitan a un mismo juego en el que no es posible mirar, sin que eso nos mire y nos incumba. Sacudamos, entonces, el verdín de las imágenes y disfrutemos del juego que Richard nos propone con los ojos bien abiertos”.
S/T, Paisaje, lápiz color sobre papel, 16 x 22. Foto: Gentileza AG ArteEl después
Pautasso falleció a los 80 años, el 20 de diciembre de 2013; sus restos fueron inhumados en el Cementerio Municipal de Santa Fe. Al año siguiente formó parte de la exposición patrimonial “Dar, recibir, devolver” del MMAV, con curaduría de Jésica Savino, integrada por obra incorporadas al acervo del museo en los diez años previos. En el mismo museo, en 2015, su obra fue expuesta en “Creadores Santafesinos, 15 años”: exposición de obras de autores provinciales de la plástica, música y literatura, homenajeados por el artista y crítico de arte Domingo Sahda.
En 2016, fue el turno de “100 miradas al arte santafesino. Tradición y modernidad” (2016), curada por el crítico Jorge Taverna Irigoyen junto a Raquel Garigliano. También los trabajos de Richard Pautasso formaron parte en 2016 de la muestra “Secretorama o Una colección del tamaño de un hombre: Luis León de los Santos (1897-1970)”, exhibida en el Museo Provincial de Bellas Artes Rosa Galisteo de Rodríguez.
Su hermana Josefa con la declaración de Santafesino Destacado Post Mortem, en agosto de este año. Foto: Manuel FabatíaEn agosto de este año fue declarado Santafesino Destacado Post Mortem, distinción que recibió su hermana Josefa de manos de los concejales Adriana “Chuchi” Molina, Leandro González y el también edil Carlos Pereira. También estuvo la curadora Gabriela “Pisca” Garrote, quien junto a su hija Pilar recibieron de parte de la familia la tarea de ordenar y catalogar el vasto legado de Pautasso, con la idea de que se vuelva más conocida.. “El artista no está, pero la obra queda. Richard no está físicamente, pero nos ha dejado un legado formidable”, destacó.