Domingo 2.7.2023
/Última actualización 13:03
La avicultura, que este 2 de julio conmemora su día, está históricamente ligada a la provincia de Entre Ríos, donde a mediados del siglo pasado tomó el impulso que hoy coloca a la actividad entre las más desarrolladas y tecnificadas de la agroindustria argentina.
En Crespo, Capital Nacional del sector, surgió Grupo Motta, una empresa familiar con 65 años de apuesta permanente al trabajo, la innovación, el desarrollo social y el cuidado del medioambiente.
"Nuestro grupo, que comenzó con 37 personas, hoy ocupa más de 700 y, con las nuevas inversiones, en el primer trimestre de 2024 vamos a pasar las 1.000", resumió el titular de la firma Héctor Motta.
Héctor Motta, titular de la firma. La empresa se inició en 1958 con la creación de la Cabaña Avícola Feller, proveedora de huevos fértiles, pollitos bebé de un día y ponedoras comerciales en todo el país. Luego, en 2000, fundó Complejo Alimentario S.A. (CALISA) para el procesamiento y agregado de valor de productos aviares. A esto añadió una planta de termoprocesados, que con la marca "Asado" comercializa (incluso hacia el exterior) productos crudos, cocidos, horneados y rebozados. Y también By Prot, planta de "rendering" donde se transforman los subproductos de la faena de aves (vísceras, plumas y sangre) en proteínas que son insumos en otras industrias.
Las últimas inversiones, en torno a los u$s 50 millones, se tradujeron en un segundo Complejo de Bioseguridad (COBISE) en el norte entrerriano y en CALISA 2, otra planta de faena en Racedo, departamento Diamante. "En primera instancia nos permitirá duplicar la facturación; y hemos sentado las bases para triplicar nuestra producción y oferta de productos, ese es el rumbo que tenemos definido para los próximos 10 años", anticipó el empresario.
Testigo y protagonista del desarrollo del sector, Héctor Motta sostiene que este Día Nacional de la Avicultura es para conmemorar, a diferencia de otras épocas en las que era motivo de festejo. El ingreso de la gripe aviar y la pérdida del estatus sanitario le causó serios perjuicios al país: frenó de golpe las ventas al exterior y sumió en la incertidumbre a la actividad.
Para el Grupo Motta esta situación implicó "agregar costos adicionales, porque indudablemente tenemos que recurrir a cámaras para almacenar la mercadería, esperando que dentro de los 150 días, con suerte, o 180 días podamos reanudar las exportaciones; principalmente a China, que es nuestro primer mercado".
Sin embargo, el empresario no pierde el optimismo, cualidad que le atribuye también a sus pares. "Somos desarrollistas, todos creemos en la multiplicación de lo que hacemos", definió como característica innata del emprendedor. "Hace 70 años que las condiciones no están dadas en la Argentina para invertir; sin embargo los empresarios y emprendedores somos los verdaderos artífices del desarrollo y del crecimiento del país; hemos trabajado permanentemente sin red de contención, donde ponemos todo nuestro capital y esfuerzo día a día".
2 de julio, Día Nacional de la Avicultura.Esas inversiones, además, en Grupo Motta están impregnadas de una profunda conciencia social y ambiental. Eligieron la localidad de Conscripto Bernardi, departamento Federal, para instalar los Complejos de Bioseguridad en medio de 570 hectáreas de monte nativo, una "barrera sanitaria natural para aislar las aves de enfermedades, pero también donde era necesario crear empleo y potenciar la economía regional".
En Racedo, donde se descartaba -previamente tratada- el agua del proceso industrial, invirtieron en un módulo de forestación y riego. "Trazamos un recorrido de 3 kilómetros y medio y se hizo una plantación forestal de 26.500 árboles sobre 32 hectáreas", precisó Motta. Más allá del retorno económico previsto con el recurso forestal, "la certificación que tenemos a nivel nacional y a nivel internacional para con nuestros productos nos permitirán acceder a los bonos de carbono y a otros tipos de bonos que hacen justamente a la preservación del ambiente".
Desde 2004, Grupo Motta es miembro del Pacto Mundial de Naciones Unidas y su estrategia apunta siempre al cuidado del planeta. Con ese fin, también realizan el compostaje dentro de las granjas, que se orienta a fertilizar los cultivos agrícolas.
La avicultura ofrece un modelo de desarrollo no sólo para el país sino para el continente.Según el empresario, la avicultura ofrece un modelo de desarrollo no sólo para el país sino para el continente. "Vengo proponiendo en estos últimos dos o tres años que América Latina es la solución en materia alimentaria a nivel mundial", sostiene. Y agrega: "la avicultura es la fábrica perfecta para transformar los granos que se producen en la parte agropecuaria en nuestro país".
En ese sentido, Héctor Motta considera que en el país "hacen falta por lo menos 1.300 galpones" de producción aviar para potenciar la capacidad de creación de riqueza y desarrollo que tiene el sector. Sería no sólo una enorme oportunidad para generar empleo, sino también divisas para el país. Hoy el sector factura u$s 380 millones, pero podrían ser muchos más. "Tenemos una propuesta, en una primera etapa al 2030, de duplicar las exportaciones; estar en u$s 700 a u$s 800 millones de exportaciones; y creemos que la mira en donde debemos ubicarnos es en los u$s 1.000 millones", se entusiasmó. Y concluyó: "para mí la avicultura es uno de los principales factores para el desarrollo del país".