Sábado 27.11.2021
/Última actualización 7:47
Delbonis, nacido en Azul hace 31 años, concedió una entrevista a Télam en la que repasó ese mágico 2016, el de la gesta histórica que recorrió cuatro estaciones, Gdansk, Pesaro, Glasgow y finalmente Croacia, donde se consiguió el histórico título con su triunfo sobre el gigante Ivo Karlovic por 6-3, 6-4 y 6-2 que definió la serie.
"Me sentí el Burruchaga del tenis, el que hizo el gol para ganar el título, pero lo más valioso fue el grupo humano que construyó (Daniel) Orsanic y permitió ganar la series y los puntos anteriores, que fueron muy importantes para poder lograr el objetivo", analizó "Delbo" en la charla con Télam.
El "zurdo" de Azul confesó que pese a que transcurrió un lustro pareciera que fue ayer la final ante Croacia, y como buen futbolero (es fanático de Boca) comparó su triunfo con el gol de Jorge Luis Burruchaga, el tercero de la final del Mundial de México '86 que la Argentina le ganó a Alemania por 3-2, en otra hazaña deportiva en el exterior.
"La Davis era algo muy deseado, muy querido por el ambiente del tenis y del deporte en general. Cuando alzamos el trofeo todos juntos para traerlo a casa fue un gran momento, creo que el mejor que nos pasó", admitió el tenista.
El azuleño recuerda cada situación de la final ante los croatas, y aún retumba en sus oídos el estallido de los casi 5.000 hinchas argentinos que hicieron vibrar el estadio Arena Zagreb y dejaron en silencio a los croatas cuando se consumó una victoria histórica que acabó con un siglo de frustraciones y cuatro finales perdidas.
La serie entre argentinos y croatas se definió el 27 de noviembre, con los balcánicos adelante 2-1 en el marcador y una remontada histórica del tandilense Juan Martín Del Potro para igualar la eliminatoria (le ganó en el quinto set a Marin Cilic tras haber estado dos sets abajo) para que después entrara en acción Delbonis.
"Pensaba que la final estaba perdida, recién empecé a creer cuando 'Delpo' hizo una 'Gran Willy' y se liberó, luego inclinó el partido para su lado y traté de concentrarme en el mío, el quinto punto, aunque mentalmente era muy difícil hacerlo", confesó Delbonis.
"Cuando comencé a jugar con Karlovic estaba tranquilo, plantee un partido de fondo, tomé mucha confianza y casi no pasé sobresaltos. Por mi nivel de juego lo pongo en el podio de los mejores que jugué durante toda mi carrera", añadió el tenista.
GentilezaDelbonis, actualmente en el puesto 44 del ranking mundial, instaló su triunfo sobre Karlovic junto a otros dos muy significativos que logro en carrera: ante Roger Federer en las semifinales de Hamburgo 2013 y frente a Andy Murray en Indian Wells 2016.
Delbonis lo pasó por encima a Karlovic en sets corridos, rompió el estigma de las finales perdidas (1981, 2006, 2008 y 2011) y disipó los densos nubarrones que habían asomado el día previo cuando la Argentina perdió el dobles y quedó al borde de la derrota.
A la hora de repasar las claves de la conquista, el azuleño no dudó en resaltar la capacidad del capitán Daniel Orsanic y su cuerpo técnico para definir estrategias y en lo referido al manejo del grupo.
"Orsanic sabia jugar bien sus cartas, en el sentido de como trataba a cada uno, que todos se sientan importantes y cuando tuvo que tomar decisiones difíciles. Supo escuchar y eso fue clave, a los tenistas nos gusta que nos escuchen", recordó Delbonis.
El azuleño no jugó la serie de la ronda inicial en Gdansk con triunfo sobre Polonia, fue la figura en la siguiente ante Italia, en Pesaro, con sus triunfos sobre Andreas Seppi y Fabio Fognini que allanaron el pase a semifinales, y luego integró el equipo pero no jugó ante Gran Bretaña en Glasgow.
"Daniel decidió que en Glasgow jugaran 'Delpo', Pella y Mayer, me lo explicó y lo entendí, estábamos todos alineados con su idea. Tomó decisiones siempre pensando en el grupo y eso fue fundamental", añadió en alusión al capitán.
Argentina contó con una formación sólida que quedó definida en semifinales, con Del Potro, Delbonis, Mayer y Pella, quienes luego jugaron la final, mientras que en Polonia habían estado Carlos Berlocq y Renzo Olivo, y en Italia Juan Mónaco.
Pese a que el gran mérito fue para el equipo, Delbonis no ocultó que Del Potro era la gran carta ganadora, con hazañas como ganarle a Murray en su casa cuando era número uno del planeta o revertir un partido increíble frente a Marin Cilic en Zagreb.
"Delpo era nuestro ancho de espadas, el que daba el plus. Obviamente que todos los campeones tienen un emblema y él era el nuestro. De entrada entendió que se unía a un equipo que estaba armado, lo tomó muy bien, se adaptó rápido y después sabemos todo lo que aportó", elogió "Delbo"
El azuleño, ganador de dos títulos en su carrera, en San Pablo 2014 y Marruecos 2016, se adueñó de la foto del festejo final en Zagreb en una temporada que no olvidará jamás. Después de eso no volvió a jugar la Davis, quizá porque sabía que no podía lograr nada que supere lo vivido o porque prefirió darle paso a las nuevas generaciones.
Delbonis tuvo muchos altibajos en el circuito y recién mostró un nivel cercano a su mejor versión este año con tres semifinales, en Santiago, Belgrado y Hamburgo, dos cuartos de final, en los Masters 1000 de Madrid y Roma, y octavos de final en Roland Garros.
"Tuve una gran primera mitad de temporada y no encontré los resultados en la segunda. Me siento en condiciones de mejorar el año que viene, sobre todo si mantengo el nivel en polvo de ladrillo y ajusto un par de detalles en rápidas", concluyó Delbonis, quien anticipó que seguramente habrá festejo el fin de semana con Orsanic, el subcapitán Mariano Hood (su actual coach), Leo Mayer y posiblemente Del Potro.