Jueves 7.11.2024
/Última actualización 23:52
“Está terminando el segundo y ya pensamos en el tercero… Esto es así”, decía Guillermo Juri, el dirigente de Unión que junto a al resto de los que conforman el cuadro deportivo de las inferiores del club, se lanzaron a la tarea de traer a dos referentes que cambiaron la historia del fútbol argentino en formativas, como fueron José Néstor Pekerman y Hugo Tocalli. Pasadas las 10 de la mañana, Pekerman y Tocalli llegaron al club. Para Tocalli, era volver a ver a un club que conoció hace 40 años, cuando muchas cosas eran distintas. Pekerman no dudó en decir que sí a la invitación. Y se los vio sueltos, interesados, locuaces y dispuestos a contar todo lo que la multitud de participantes del congreso querían escuchar de aquellos que no sólo llenaron de copas las vitrinas de la Afa, sino que marcaron un camino que no se debe abandonar.
Hugo Tocalli contó de arranque una linda anécdota: “Cuando yo era arquero de Unión, agarraba la pelota y le pegaba para arriba cuando sacaba desde mi área. Después, cuando dejé el fútbol y empecé a trabajar en inferiores, entrenaba con los chicos y no me quedaba otra que patear y patear. Los chicos no se dan cuenta que pateando 10 pelotas por día, son 50 a la semana y así es como se aprende a pegarle”.
Néstor Pekerman y Hugo Tocalli junto a Luis Spahn. Crédito: Franco PeregoPekerman contó qué fue lo que vio en el momento de hacerse cargo de las selecciones juveniles. “Yo veía que los equipos importantes tenían jugadores argentinos, pero que la selección es algo aparte. Solo 7 países en todo el mundo fueron campeones mundiales, porque no es fácil ganar un Mundial. La cuota de azar tiene su influencia. Pero volviendo a la pregunta, nosotros teníamos buenos torneos de inferiores en el país, lo palpábamos en nuestras recorridas, pero había que construir algo diferente. Y había que explicarles a los dirigentes que se iba a mejorar el fútbol argentino a través de sus inferiores. Dimos el paso adelante, fuimos campeones del mundo, ganamos el fair play e hicimos hincapié en la disciplina. Ahora, los jugadores tienen oportunidades que antes no existían. Luego del 79, cuando los juveniles de Menotti salieron campeones en Japón, se entró en un bache donde no se trabajaba bien en la selección, pero sí en los clubes. Les hicimos entender a los dirigentes que Argentina no se terminaba en Buenos Aires y que había que salir al interior”.
Pekerman y el “descubrimiento” de Scaloni: El estaba en la categoría 78 de Newell's que era un muy buen equipo, con Samuel, Quiroga y una cantidad de buenos jugadores. El estaba enojado con su club porque no llegaba a la primera. Scaloni no participa del Sudamericano de Chile, que ganamos con el equipo que fue luego al Mundial de Malasia. Para nosotros, lo importante no era ganar un torneo. La selección era la universidad para los jóvenes. El recorrido que había que hacer para llegar a primera y luego a la mayor. A ese campeón en Chile le metimos cinco cambios. Scaloni fue uno de ellos y todo lo que no tuvo en Newell’s lo encontró en Estudiantes, porque el profesor Daniel Córdoba le vio inteligencia, actitud. No tenía la técnica de Cambiasso, Aimar o Riquelme, pero contaba con otros atributos. Y lo vio Hugo Tocalli en un Estudiantes-River en el Monumental, donde Lionel hizo un gol, lo convocamos y mostró ese fuego interior. Se sintió seguro, con carácter y deseoso de aprender. Venía a un campeón, él lo sabía, pero preguntaba mucho. Y sobre todo, nos preguntaba cómo encajaba él en ese funcionamiento. Entendió el mensaje. Siempre fue importante, no era titular, pero entró en un partido clave e hizo un gol contra Brasil en cuartos. Era la ‘final anticipada’, todos coincidíamos en eso, y él nos cambió la cara. Parecía mayor y no juvenil. Les dio opciones de pase a sus compañeros y jugaba en toda la cancha. Con su gol y con el de Martín Perezlindo, ganamos ese partido”.
Néstor Pekerman. Crédito: Franco PeregoTocalli y aquel partido con Alemania en el Mundial de 2006, cuando lo dejaron afuera: “Fuimos muy criticados por no ponerlo con Alemania e inclinarnos por Cruz en ese partido. Veíamos que le podía costar. Con México íbamos empatando, entró y convirtió un gol, pero con Alemania íbamos ganando. No lo veíamos para ese partido. Le faltaba madurar todavía, no lo veíamos como solución en ese momento y para ese partido”.
Pekerman y su historia con Maradona y los “cebollitas”: “Yo viví de cerca la aparición de Maradona, lo vi crecer. Llegó a Argentinos Juniors con los deditos afuera de la zapatilla, era un chico pobre. Y se convirtió en el mejor jugador del mundo. Nosotros entrenábamos el sábado a la mañana en la cancha de Argentinos para jugar el domingo y lo íbamos a ver a los cebollitas. Imagínense, hoy, jugadores famosos terminando el entrenamiento a las 11 de la mañana para ir a ver a unos chiquilines de 12 años. ¡Nos gustaba tanto ver a esos chicos!. Puro talento. Y recuerdo que apostábamos a qué edad iba a jugar en Primera. En ese plantel de Argentinos estaban el Beto Tardivo y Cordero, que luego jugó acá en Unión. El Beto era un tipo que sabía mucho de fútbol, daba gusto escucharlo hablar. Y todo eso lo trasladó luego a su trabajo como entrenador o coordinador”.
Pekerman y Tocalli, los grandes exponentes en el congreso de Unión. Crédito: Franco PeregoLa llegada de Messi a la selección juvenil: “Yo ya me había ido a Nacional de Medellín y el que quedó como técnico de la sub 20 fue Hugo Tocalli. Recuerdo una nota en Clarín, con un título que decía: “Dios es otra vez argentino”. Nosotros sabíamos que este chico estaba siendo muy conocido y que lo iban a convocar para España. Ahí nos movimos rápido y entonces hablamos con Grondona y armamos ese partido con Paraguay en cancha de Argentinos. En ese entonces, el entrenador era Hugo y a mi me va a buscar al poco tiempo Grondona para que me haga cargo de la mayor, cuando Bielsa renunció. En ese interín, Messi es campeón mundial juvenil con Ferraro. En Barcelona, Rijkard, que era el técnico del equipo, me llamó un día para preguntarme qué había pasado porque se lo devolvimos cambiado. Y para bien. Yo le dije que es el gen del jugador del fútbol argentino. Messi compartió el plantel con Lavezzi, Gago, Neri Cardozo, y vio que todos jugaban en primera… Y él estaba en la quinta del Barcelona. Entonces, se despertó e hizo un desastre... Cuando lo llevo a Alemania en el 2006, le dije que teníamos un equipo para pelear el campeonato. Y también le dije que a los 18 años como tenía, iba a jugar un rato y que esta experiencia la debía capitalizar. Ese con Alemania era un partido apretado, él tenía que crecer, esa madurez la iba a tener con el tiempo. A veces el jugador se tiene que preparar. No hay que tirarlo porque sí a la cancha. Es un error”.
Tocalli, los padres y la preparación integral del jugador: “A los chicos les explicábamos qué era el entrenamiento y para qué hacíamos lo que hacíamos. Lloraban cuando los dejábamos afuera y en eso se notaba el sentido de pertenencia. Pero les decíamos, sobre todo en el sub 17, que no bajen los brazos porque los podíamos volver a llamar. A varios que dejamos afuera del sub 17, luego los citamos para la sub 20. Y se dieron cuenta que no les mentíamos. Si logramos que un chico estudie mientras juega al fútbol, tendremos un chico más abierto y más seguro. En Velez asumí como coordinador en el 86 y tenía problemas todos los días con los padres. Fue tremendo. Seis meses espantosos. Entonces, a principios del 87 cité a todos los padres, les expliqué lo que íbamos a hacer y no tuvimos más problemas. Y ahora, en Independiente, lo sigo haciendo. Cuando veo un padre que le habla o le da indicaciones a su hijo, lo llamo y le hablo. Y si tengo que perder un jugador por eso, lo pierdo. El grupo está por encima de todo y de todos”.
Gran marco de público en el Congreso. Crédito: Franco PeregoPekerman y la técnica, la preparación física y la inteligencia: “Sin técnica es difícil llegar a algo importante. Manejar perfiles, controles, pegada, es clave. La parte física es indispensable. No se puede competir sin correr. Sin correr no hay espacios. Y el fútbol es ocupar bien los espacios. Y la inteligencia, el entender el juego, también. Todo es importante. Eso tiene que ver con la personalidad. Si va a tirar un centro, debe saber el para qué. El jugador tiene que ser pensante y entender que se piensa en velocidad. Hay que aprender a pensar. Cada vez se lee menos, andan todo el día con el celular y los jueguitos. Y el hecho de no leer te quita razonamiento. A veces, muchos se preguntan: ¿Cómo vé, tal jugador, algo que los demás no ven? Ese jugador juega porque hace cosas que otros no, porque tiene liderazgo y porque sabe pensar. Los campeones deben tener uno o dos jugadores con esas características”.
A la tarde, llegó el tiempo de Nery Pumpido. Todos quisieron tener la foto con él. Habló de Bilardo y contó varias anécdotas. “Carlos era un adelantado. Nos hacía entrenar jugadas y él sabía quién estaba atento y quién no. Paraba la pelota y al que no estaba atento, le preguntaba. Me acuerdo que Cucciuffo era uno de ellos. Pobre Cucciuffo, Carlos lo agarraba siempre desatento. Entonces, a partir de ese momento, nos obligaba a todos a que tengamos una concentración total… Hoy, ven videos hasta en el banco de suplentes durante el partido. Carlos nos agarraba con el VHS en aquel entonces y nos hacía ver un montón de videos. Y la gente lo criticaba por eso. Sin embargo, demostró que era un adelantado. A él lo criticaban mucho por su estilo de juego, pero en la selección y en Estudiantes jugaba con tres enganches. En Estudiantes salió campeón con Trobbiani, Ponce y Sabella. Nadie se animaría a jugar de esa manera”.