El Índice de Confianza del Consumidor en abril cayó un 7,5% respecto de marzo y acumula una contracción del 10 % en la comparación interanual. El dato es privado, pero no pasa desapercibido en la Casa Rosada ni en el Instituto Patria.
El Índice de Confianza del Consumidor en abril cayó un 7,5% respecto de marzo y acumula una contracción del 10 % en la comparación interanual. El indicador es elaborado por el Centro de Investigación en Finanzas (CIF) de la Escuela de Negocios de la Universidad Torcuato Di Tella (UTDT).
El dato es privado, pero no pasa desapercibido en la Casa Rosada ni en el Instituto Patria. Son mediciones de prestigio que vienen marcando un humor social de descontento económico -de alta incidencia electoral- ante el cual el gobierno ofrece amenazas de controles que exhiben poca eficacia, por fuerte que sea la convicción.
La mesa de los argentinos fue campo de promesa electoral, el 13 % de inflación en el trieste es evidencia de desencanto. ¿Se puede reprimir el precio de las vaquitas ajenas? Cuando son del Estado, las conductas se relativizan: el salvataje a YPF ya supone un aumento del 60% interanual en los surtidores. La realidad se impone.
El término de valores absolutos, fue fácil para el gobierno nacional establecer el criterio declaracionista de la vida por sobre el de la economía. Pero clausurar no es lo mismo que gestionar; no es casual que los cierres ante la segunda ola de Covid -más virulenta que la primera- sean menores.
Si las vacunas no han sido suficientes y la virulencia de las cepas es mayor, ¿qué cambió? Isonomía midió que el principal problema para los argentinos es la economía en un 30% de los consultados; el desempleo o informalidad 21%; salarios bajos 16%; inflación 8%; inseguridad 6%; vacunas 2% y pobreza 1%. La necesidad es tan hereje e inminente, que posterga el miedo a la muerte que se agita en los discursos y se exhibe en las estadísticas.
Con pandemia la vida sigue. Y en ella el consumo masivo en marzo de 2021 mostró una baja del 26% interanual; así lo midió Focus Market mediante un sistema de escaneo de códigos en 650 puntos de venta en todo el país.
Para la consultora, en los próximos meses ese consumo bajará en un contexto en el que los precios continúan al alza y la caída del poder adquisitivo impacta de manera directa en la capacidad de compra. Y eso coincide con los datos de la UTDT y con la evidencia empírica de cualquier asalariado, sea cual fuere su ideología o posición política.
Si la inflación del 29% anual es poco menos que una utopía después del 4,8% de marzo, la baja a la mitad del déficit fiscal este año es un compromiso inalcanzable.
Sin gastos IFE ni ATP en el compromiso inicial ante el FMI, Martín Guzmán ensayó unas prudencias administrativas que ya no podría sostener. El Banco Central emitió $ 2 billones el año pasado y había arrancado mejor este año, pero la segunda ola demanda más inversión social.
Sin crédito internacional, el gobierno aumentó impuestos (alícuotas de Bienes Personales, sobre el dólar, a la riqueza, retenciones, sin contar la autorización para que las provincias dejen de bajar Ingresos Brutos) y ahora “la maquinita” vuelve a emitir unos $ 190 mil millones.
El equipo económico ya registró 10 mil empresas para el Repro II. Un cierre total de la economía es algo que la Casa Rosada ya no podría financiar sin agravar el cuadro inflacionario, el mismo que ya suma 42% de los argentinos bajo la línea de pobreza.