El economista Daniel Artana reconoció que "la acumulación de reservas del BCRA ha motivado algunas propuestas de acelerar el levantamiento del cepo cambiario", pero advirtió que "es prudente demorar esta decisión hasta tanto se resuelvan los problemas de stocks acumulados de demanda de divisas".
En el último Informe de Coyuntura de la Fundación de Investigaciones Económicas Latinoamericanas (FIEL), Artana planteó que "el 'overhang (exceso) monetario' se ha reducido y eso facilita la apertura del cepo, pero todavía quedan stocks acumulados de demanda de divisas y nuevos flujos trabados que, si el cepo se levantara de golpe, podrían presionar a la demanda de cambios en una forma inusual".
El economista planteó que "la postergación de pagos de nuevas importaciones generó un stock pendiente de pago exigible si se levanta el cepo que, en mayo, sería superior a los US$10.000 millones".
Reconoció que "con el BOPREAL el gobierno resolvió buena parte del stock indeseado de importaciones de bienes y servicios previo al 10 de diciembre, pero no hizo lo propio con los pagos de dividendos acumulados que, a su vez, han seguido aumentando desde entonces.
Daniel Artana
"Previo a cualquier decisión de levantamiento del cepo se requiere resolver estos problemas de stocks acumulados. Esa represión en la demanda de divisas despierta algunas dudas respecto a si los niveles observados del tipo de cambio son de equilibrio o no.
"Todavía resta un largo camino que recorrer en la acumulación de reservas y las importaciones deberían volver a cierta normalidad cuando se recupere la economía y se hayan 'digerido' los adelantos motivados por la brecha cambiaria y la inconsistencia macroeconómica de la política adoptada entre finales de 2019 y finales de 2023".
Caída del 5% en el PBI
Para el año en curso, Artana prevé una caída en la actividad del orden del 5%, y de la tasa de inflación, que se ubicaría en torno al 160% anual. Resumió que "los indicadores anticipados de actividad son malos" y admitió que a la caída de ingresos se sumó "el agotamiento de algunos ahorros", por lo que previó que "la contracción seguramente continuará durante el segundo trimestre del año".
Reconoció que la cosecha aportará algo de dinamismo y dejó entrever que la suba de precios se moderará por una sobrerreacción a finales de 2023. También dijo que la nueva fórmula previsional aportará "alguna mejora" , así como el avance de las paritarias.
Añadió que faltan contabilizar "los ajustes de tarifas, pero su efecto quedará concentrado en el segundo trimestre que, de todas maneras, terminaría con tasas mensuales inferiores a las del primero".
Añadió que "la caída en la recaudación actúa como un estabilizador automático y la contracción del gasto del primer trimestre del año debería ceder un poco hacia adelante en la medida en que se normalicen algunos pagos y se acuerde con las provincias restituir algunas de las transferencias cortadas".
La compra de reservas no alcanza
El gobierno recibió como herencia reservas netas (sin contabilizar el swap ni otros préstamos) negativas en US$11 mil millones; el economista Fernando Marull sostuvo sobre el final de la pasada semana que "las reservas netas" del Banco Central "están positivas en US$67 millones".
La cifra es escasa para afrontar una eventual salida del Cepo sin correr riesgos, como apuntó Artana. En ámbitos financieros se especula sobre la asistencia del FMI con ese fin, en el marco del viaje del ministro Luis Caputo a Washington, pero no hay señales de que el organismo otorgue esa asistencia.
Roberto Cachanosky admitió que el gobierno bajó los pasivos remunerados del BCRA con la licuación devaluatoria de diciembre, pero calculó que "volvieron a crecer y al 4 de abril llegaron a US$38.346 millones.
"Si a esto le sumamos los US$10.000 millones de BOPREAL -a los que también refiere Artana- estamos en US$48.346 millones de pasivos remunerados. A esa cifra hay que agregarle la nueva deuda con exportadores. Los pasivos remunerados equivalen a casi 5 bases monetarias".