Mientras las miradas políticas siguen en el Congreso Nacional y el debate de la Ley de "Bases", economistas pusieron el foco en la "licuación del poder adquisitivo", sobre todo en la población de jubilados y en sectores medios.
El comercio minorista acusa una caída anual del 28,5%, y mensual del 6,4%, El mayor impacto fue en farmacias, y alimentos y bebidas. Para enero se espera otra vez un índice muy alto de inflación. El gobierno no convocó aún al Consejo del Salario.
Mientras las miradas políticas siguen en el Congreso Nacional y el debate de la Ley de "Bases", economistas pusieron el foco en la "licuación del poder adquisitivo", sobre todo en la población de jubilados y en sectores medios.
Un informe publicado por la agencia Noticias Argentinas va en esa línea, y las opiniones de expertos y expertas en la materia se vinculan con datos concretos. Como el difundido en las últimas horas por la Cámara Argentina de la Mediana Empresa que advirtió que, en enero, las ventas minoristas de las pequeñas y medianas empresas experimentaron una "significativa disminución del 28,5% en comparación con el mismo período del año anterior" a precios constantes". En tanto, el descenso a nivel intermensual desestacionalizado fue del 6,4%.
Escasas transacciones comerciales y poca afluencia de público son el saldo del primer mes del año, y los ítems más afectados fueron Farmacias (- 45,8 % interanual), donde el rubro más perjudicado fue el de Cuidados personales, y Alimentos y bebidas (-37,1 % interanual y -13,2 % intermensual), donde "incluso los sectores de mayores ingresos se volcaron a productos de segundas y terceras marcas", de acuerdo al balance de la entidad.
"Por ahora el programa se llama licuar", advirtió la directora ejecutiva de la consultora Eco Go, Marina Dal Poggetto. Para Carlos Pérez, de la Fundación Capital -fundada por Martín Redrado-, el primer semestre será "muy malo en actividad económica". Incluso, señala que "ya está jugado, tanto en la aceleración de la inflación como el incremento de la recesión".
Mientras el poder adquisitivo cae en picada, el gobierno aún no convocó al Consejo del Salario, advierte el mismo informe de NA. Por ahora el salario mínimo –que se utiliza como referencia para calcular jubilaciones, Asignación Universal por Hijo o las becas Progresar– se mantiene en $156 mil desde diciembre.
En el mismo mes, la inflación fue del 25,5% y se proyecta al 20% para febrero (algunos economistas arriesgan un porcentaje mayor). El acumulado en los primeros dos meses de gobierno de Milei arrojará un 50% de suba en el costo de vida, frente a una buena parte de salarios que no se movieron.
Algunos sectores, como bancarios, aceiteros y comercio, sí lograron un reacomodamiento de sus ingresos, pero muchos otros siguen muy atrás de la inflación.
Volviendo a Dal Poggetto, advierte que "hay una mega licuación del gasto público provocada por la propia aceleración inflacionaria". "La pregunta es cuán rápido la inflación puede empezar a moderarse. Enero apunta a un 20%/21%. Podrías estar en la zona de un dígito recién para abril o mayo, pero faltan las tarifas, reacomodar precios y ver qué pasa con las paritarias".
Otros analistas advierten, en línea con el informe de Came, que la falta de actualización de los salarios ya está provocando una caída en el consumo de alimentos, bebidas e higiene y tocador, los rubros claves que le toman el pulso al consumo. En enero, el consumo en cantidades habría caído entre 10% y 18% según el rubro, y se nota un trasvasamiento típico hacia las segundas marcas, en tren de hacer rendir un poco más la plata.
Según la consultora Ecolatina, dada la inflación esperada para los primeros tres meses del año –que podría desacelerarse, pero no bajaría de los dos dígitos mensuales– "para que el poder adquisitivo no se erosione los salarios deberían correr al mismo ritmo". Sin embargo, "solamente el salto de inflación en diciembre dejará pérdidas del orden del 10% en términos reales", estima.
A eso se suma que las empresas incorporan cada vez monotributistas, que no perciben ni aportes previsionales, ni a la obra social, y en muchos casos la relación laboral se cristaliza y pasan años sin que los efectivicen o blanqueen.
Para Ecolatina, la inflación podría desacelerar como resultado de una demanda agregada débil, que será la consecuencia, principalmente, de un desplome del poder adquisitivo.
En este contexto recesivo, "la amenaza del desempleo y una eventual apertura comercial podrían ser ingredientes en esta dirección, ya que podrían mantener a raya las demandas de recomposición de algunos sectores".
Para el economista Guido Lorenzo, director de la consultora LCG, la economía a la baja impulsa también la "pérdida de poder de negociación" de los asalariados.
"Con salarios más bajos cae la masa salarial y la demanda agregada se vuelve menos dinámica, con lo cual puede llevar a menor nivel de actividad si es que no es compensado por demanda de exportaciones y/o inversión", explicó.
A todo esto, de los siete rubros relevados en diciembre, los comercios minoristas registraron caídas en seis mientras hubo una excepción: indumentaria, que tuvo un alza de 0,9% interanual aunque con una variación negativa intermensual (-2,8 %).
La explicación para el comportamiento en la actividad se podría encontrar en una combinación de ofertas atractivas y compras realizadas en gran cantidad "por turistas internacionales que recorrieron las ciudades argentinas".