Rosario Central fue efectivo y con eso le alcanzó para vencer hoy a Gimnasia y Esgrima de Jujuy por 2-0 en un partido apenas discreto que se realizó en el Gigante de Arroyito.
Tomás Costa, en la primera mitad, y Angel Di María, la figura de la tarde, en el complemento, le dieron la victoria el conjunto de Carlos Ischia, que sumó su segunda victoria al hilo.
Gimnasia levantó en la segunda parte, pero careció de contundencia en los metros finales, y cerca del epílogo cometió un grosero error defensivo que le permitió a su rival asegurar la victoria.
Central salió decidido durante los 20 minutos iniciales y desniveló, sobre todo por el flanco izquierdo, en el que Di María fue imparable para los defensores jujeños.
Y en la primera jugada clara el local cerca estuvo de abrir el marcador. Damián Díaz le puso un pase en profundidad a Di María, quien cayó aparatosamente en el área ante una aparente falta de Juan Sabia y Daniel Giménez, en fallo dudoso, cobró un penal que Cristian González desperdició con un tiro anunciado al medio del arco que José Valdiviezo rechazó con un pie.
Igual, el conjunto rosarino siguió siendo mucho más en los minutos siguientes. Y a los 16 justoificó en la red esa hegemonía.
Milton Caraglio recuperó la pelota tras una mala salida de Gimnasia, abrió para Damián Ledesma y éste habilitó a Costa, quien antes de ingresar al área por derecha sacó un disparo que se le metió junto a un palo a Valdiviezo. Un golazo que puso un marcador acorde a lo que acontecía en el campo.
A partir de entonces el partido cayó en un pozo, ya que a Central le costó armar movimientos colectivos. Y, además, se paró muy mal atrás, permitiéndole a los jujeños generar contragolpes peligrosos.
A los 24 un mal despeje de Ledesma le quedó servido a Ricardo Gómez, quien le pegó desde afuera y su remate se fue cerca del palo derecho de Cristian Alvarez. Un minuto más tarde, un cabezazo de pique al suelo de Héctor Silva se fue apenas por arriba del travesaño.
Pero la más clara la tuvo Marcelo Quinteros, quien sobre la media hora sacó un remate desde lejos que Alvarez rechazó con esfuerzo.
Sobre el final Central también tuvo su oportunidad de aumentar cuando Caraglio, muy libre, cabeceó defectuosamente un centro de Di María, perdiendo una chance inmejorable de liquidar el pleito.
Gimnasia se adelantó en el segundo tiempo y por momentos manejó mejor la pelota que Central, pero careció de inteligencia para resolver dentro del campo rival. El partido se tornó mediocre porque Central rifaba cada una de las pelotas que disponía y Gimnasia intentaba pero no generaba riesgo para el arco rival.
Hasta que, pasada la media hora, Valdiviezo le entregó mal una pelota a Gabriel Ramón, quien perdió ante la presión de Di María y Zelaya, y el primero, con el arquero mal parado, le puso fin a la película con una precisa definición.