Fuentes policiales informaron a Télam que la comisión de detectives, constituida por decisión del juez de Instrucción de Nogoyá, Sebastián Gallino, ya realizó algunas tareas previas, entre ellas contactar a vecinos, familiares y probables testigos del hecho. Las fuentes recordaron hoy que el matrimonio integrado por Ruben Jesús Gill; su esposa, Margarita Gallegos, y sus cuatro hijos de entonces 4, 6, 9 y 12 años, se encuentran desaparecidos desde enero de 2002, en Entre Ríos. La familia residía en Crucesitas Séptima, en una zona de espesos montes del departamento Nogoyá, a unos 100 kilómetros al este de la capital entrerriana. Los hermanos La desaparición fue reiteradas veces denunciada por los hermanos de Gill, quienes detallaron que la familia desapareció de su casa de un día para el otro, dejando encendido el televisor, la luz y otros implementos caseros, mientras que la puerta y ventanas de la vivienda estaban totalmente abiertas. Los integrantes del grupo familiar fueron vistos por última vez el 13 de enero de 2002, en un velatorio que se realizó en Viale, a 20 kilómetros del lugar donde residían. Gill se desempeñaba como peón de campo en el establecimiento La Candelaria, propiedad del estanciero Alfonso Goette, quien vive en Seguí, una localidad distante unos 100 kilómetros de la anterior. Otto Gill, hermano de Rubén, explicó a poco de registrarse la desaparición de la familia, que el propietario del campo le informó que toda la familia se habían marchado a la casa de un hermano en Santa Fe. Aurelio, otro de los hermanos Gill, vive en Eusebia, departamento Castellanos, provincia de Santa Fe, y aseguró que sus familiares nunca llegaron hasta su casa. El peor temor El temor de que la pareja y sus hijos hayan sido asesinados fue expresado en reiteradas oportunidades por los hermanos Gill y los vecinos, quienes declararon ante el juez de Nogoyá a cargo de la pesquisa. En el marco de la causa, la policía realizó tiempo atrás un rastrillaje en la estancia La Candelaria, aunque no halló rastros de los desaparecidos. Vecinos de Nogoyá e integrantes de la comisión de derechos humanos han realizado una serie de marchas para reclamar que el caso no quede impune y que se acelere la investigación, caratulada por la justicia entrerriana como 'averiguación de paradero". Los manifestantes entregaron en la mesa de entradas de los tribunales de Nogoyá un documento dirigido al juez Gallino para que acelere la investigación del misterioso caso. En el escrito, los manifestantes pidieron también que el gobernador Jorge Busti gestione el otorgamiento de una recompensa para quien pueda aportar datos sobre el paradero de los Gill, como ocurrió con la desaparición de Fernanda Aguirre, por cuyo esclarecimiento se ofrecen 100.000. Quejas El abogado de la familia Gill, Elvio Garzón, siempre cuestionó el accionar de la justicia y de la policía en torno del caso y sostuvo que "no se investigó con el rigor necesario". 'Acá hay 6 personas desaparecidas y si comparamos esto con la causa Fernanda Aguirre podemos asegurar que no se ha hecho ni el uno por ciento del trabajo", denunció el letrado.