Unos 3 kilómetros separan la casa donde vivían Teresa y Carlos -Piedrabuena al 6700-, del lugar donde aparecieron los pedazos del cuerpo de la víctima -Teniente Loza y río Salado-. El macabro hallazgo se produjo el domingo 8 de noviembre, días después de que la familia denunciara la desaparición.
En la casa que compartía la pareja, en el barrio Loyola Sur, encontraron los únicos elementos que podrían dar respuesta a un crimen atroz. Un carrito de bicicleta, sábanas, una toalla, una bolsa de nylon de azúcar de 50 kg, una cortina de baño, tres cuchillas y una chaira. En la requisa, aparecieron manchas de sangre en las paredes del baño y del dormitorio. Y había una pala con tierra colorada.
El hijo de Argüello, de 35 años, declaró que vio a su padre por última vez para el mediodía del sábado, el día del cumpleaños de su hija. Se retiró diciendo que iba a buscar a Teresa, que había quedado en el trueque, donde solían acudir con lo que ellos producían, como medio de vida.