Martes 24.9.2024
/Última actualización 21:52
"¿Cuánto tendré que estudiar?", "¿Y si es mucho?", "¿Y si no entiendo el vocabulario específico?", "¿Me convendrá subrayar las fotocopias o hacer resúmenes?". "¿Será mejor solo/a o con compañeros?". La inquietud y ansiedad sobre qué deparará el 1er año de la carrera al momento de tener que enfrentarse a horas de silla y lectura, suelen ser habituales entre los futuros ingresantes, sea que ya hayan elegido la carrera o que aún estén con dudas.
"Aquel estudiante que ingresa a una carrera universitaria tiene que tener en cuenta dos cuestiones: una tiene que ver con la organización de los tiempos de estudio y otra se refiere a lo que son las estrategias para llevar adelante el mismo", propone Verónica Levental, profesora en Ciencias de la Educación, magíster en Docencia Universitaria y actual responsable de las asesorías pedagógicas en la Facultad de Ciencias Médicas de la Universidad Nacional del Litoral (UNL).
Planificar una semana
Levental es palabra autorizada en asesoría a los estudiantes de Medicina, que tiene una metodología de aprendizaje y evaluación diferente a la de la mayoría de las carreras. Los ayuda a encontrarle la vuelta a los estudios universitarios. "En primer lugar, lo que hablamos con ellos es cómo planificar semanalmente las jornadas de estudio, teniendo en cuenta las otras actividades que tengan: las horas de cursado, seminarios, deportes, vida social, trabajo, familia, según sea el caso", explica.
"Si bien puede parecer algo que ya lo traen incorporado de sus trayectorias escolares, en realidad no lo tienen resuelto", asegura la profesora. Generalmente, entonces, lo primero que se sugiere es que despejen qué tiempo le van a disponer al "estudio fuerte", es decir, a las disciplinas que requieren mayor concentración porque son "las más extensas en contenidos " y también porque son ajenas a lo que vienen viendo en el secundario. Por ejemplo, en Medicina se pueden mencionar anatomía, histología, embriología, salud mental, entre otras; y así en cada carrera, están las disciplinas específicas, técnicas y robustas.
"Es bastante abrumador cuando ven todo lo que hay que estudiar; no saben por dónde empezar. Creo que la mayor falencia que tienen los ingresantes es el tema de organización, porque se pierden entre todo lo que tienen que hacer o todo lo que tienen que estudiar y no saben o no encuentran en que focalizar. Entonces, lo importante es cómo organizar los horarios de estudio para que ese tiempo rinda al máximo", considera Levental.
La recomendación en este punto, es generar un plan de trabajo semanal en una hoja, afiche o calendario digital. Lo importante es que el estudiante anote qué pudo conseguir cada día y qué no logró y por qué, y así sucesivamente en jornadas posteriores. "Cuando termina toda semana, en base a esas anotaciones, tendrá que acomodar la planificación para seguir afianzando lo que sí pudieron ir consiguiendo y cómo lo hicieron", dice la especialista, quien en las asesorías ayuda a los jóvenes a buscar herramientas para alcanzar aquello que no lograron completar.
Estudiar de a dos o tres compañeros ayuda a establecer metas, comprometerse y practicar para los exámenes orales. Crédito: Manuel FabatíaEstrategia y técnicas de estudio
El otro punto de importancia son las técnicas de estudio. Se recomienda, tomar un libro o apunte, leer el título de este capítulo para ver a qué hace referencia, luego ir leyendo por párrafos, sacando ideas principales y secundarias, después de leer dos o tres veces un mismo texto.
"Hay que trabajar la comprensión lectora, empezando por textos cortos. Más que nada porque hay que tener en cuenta que son escritos académicos, con un lenguaje específico y técnico de cada una de las disciplinas que van estudiando", señala la profesora en Ciencias de la Educación.
La sugerencia es ir sacando palabras y anotando el significado, para armarse un pequeño diccionario o glosario por disciplina . asignatura o cátedra , porque luego seguramente volverán a ver esa categoría relacionada con otras temáticas o contenidos de mayor complejidad.
"Así se van construyendo las ideas centrales y las ideas secundarias, con resúmenes y síntesis. Si son textos muy amplios y no alcanza el tiempo para hacer resumen, sugerimos anotaciones marginales", señala Levental. Después, de lo que se trata es de llegar a hacer mapas conceptuales, lo cual va a facilitar o de algún modo llegar en mejores condiciones académicas para los exámenes finales y orales . "Elaborar mapas conceptuales es quizá una de las instancias más avanzadas de trabajo de todo un bimestre", dice.
Leer la bibliografía, sacar las ideas principales y secundarias, hacer resúmenes y elaborar mapas conceptuales: el camino a seguir para no perderse en la maraña de materiales. Crédito: Manuel Fabatía¿Solos o con otros?
Para Levental, es "mucho más enriquecedor estudiar con otros, con uno o dos compañeros, no más que eso, para no dispersarse". Por un lado, sirve para fijar metas diarias a realizar. "Hay un compromiso que se toma al estudiar con otra persona de que van a leer determinados textos, lo van a poner en común, de hacerse preguntas entre ellos. Es una forma también de ejercitar la oralidad y cómo doy a conocer lo que sé y lo que estoy estudiando, y que el otro me entienda sin descuidar lo académico, que es otro gran tema también a la hora de rendir", detalla.
A medida que van empezando a familiarizarse con las carreras que eligieron y se van insertando en la vida universitaria, los estudiantes se van conociendo y haciendo grupos de estudios. Incluso a veces se conocen en los cursos de articulación y continúan reuniéndose para preparar las distintas áreas, asignaturas, que van transitando durante el cursado en la universidad.