Sin cortar el dictado de clases, ni los exámenes y las actividades académicas, estudiantes de la Facultad de Humanidades y Ciencias de la Universidad Nacional del Litoral realizan una toma “activa”.
Desde este lunes estudiantes encabezan esta iniciativa en reclamo por las políticas de Nación. No hay interrupción de clases.
Sin cortar el dictado de clases, ni los exámenes y las actividades académicas, estudiantes de la Facultad de Humanidades y Ciencias de la Universidad Nacional del Litoral realizan una toma “activa”.
La decisión de esta medida se votó el lunes y de inmediato se dio inicio a este reclamo por parte del alumnado. Según informaron quienes encabezan el reclamo, la acción se extenderá hasta este martes a las 16, cuando se realice otra asamblea para definir pasos a seguir.
En el marco de esta iniciativa, quienes convocaron a esta protesta explicaron por redes sociales que se realizarán clases públicas, talleres y grupos de estudios. También se invitó al estudiantado a llevar lo necesario para pasar la noche en las instalaciones de la facultad.
“La Universidad está en peligro, sin salarios dignos, sin presupuestos para la investigación, sin becas, sin un acceso que garantice la permanencia de los estudiantes no podemos seguir”, destacaron desde el Centro de Estudiantes.
La Sindicatura General de la Nación (SIGEN) notificó este lunes a la Universidad de Buenos Aires (UBA) que iniciará los trabajos de auditoría en esa casa de estudios.
Según expresó el ente descentralizado de control interno en un comunicado, las autoridades de la UBA no respondieron a las notificaciones enviadas por el sistema de Gestión Documental Electrónica (GDE) y el aviso al correo electrónico oficial del rectorado.
Por esa razón, “se decidió entregar la notificación en un documento físico, para evitar más dilaciones”.
“Así, el equipo de la Sindicatura General de la Nación remitió en mano en la mesa de entradas de la Rectoría de la UBA, la nota que indica que comenzarán los trabajos de auditoría en esa casa de estudios”, señalaron.
La UBA había sido auditada regularmente hasta 2013 por la SIGEN, pero a partir de entonces se modificó el criterio porque se consideró que avasallaba la autonomía universitaria.
“En 2022, un dictamen del entonces Procurador del Tesoro de la Nación, Carlos Zannini, de noviembre 2022, durante la presencia de Alberto Fernández, había impedido a la Sindicatura auditar las universidades nacionales, situación que se revirtió el 15 de octubre último, con un dictamen firmado por el actual Procurador, Rodolfo Barra, que vuelve a otorgar la Sindicatura General de la Nación la capacidad de auditar las universidades”, reflejó el organismo que encabeza Miguel Blanco.
La UBA será, según reveló el titular de la SIGEN, la primera universidad auditada por el volumen de presupuesto que maneja.
El procedimiento iniciará con un relevamiento de los procesos internos de cada repartición, luego se realizará una identificación de los controles, relativo a los movimientos de fondos, y en tercer lugar se pondrán a prueba para evaluar su funcionamiento.
“Revisamos el destino, la aplicación, la documentación sustentadora, si están de acuerdo los objetivos, y si se han subcontratado a terceros. Generamos un informe que se discute con las autoridades, y luego se eleva a Presidencia de la Nación, Jefatura de Gabinete y Secretaria General de la Presidencia. También al rector”, detalló Blanco en una entrevista reciente.
El funcionario aclaró que ante el hallazgo de irregularidades se cotejará la información con las autoridades auditadas, para evitar conflictos de interpretación, y de confirmarse se derivará el informe a la Oficina Anticorrupción y a la Procuraduría de Investigaciones Administrativas.