Martes 28.6.2022
/Última actualización 16:08
La cantante santafesina Victoria Cuello se presentó en las audiciones a ciegas de La Voz Argentina el pasado domingo, logrando que tanto Ricardo Montaner como Mau y Ricky se dieran vuelta ante su interpretación de “Plegarias” de Nicki Nicole. Finalmente serían los hermanos quienes sumaron a su equipo a esta estudiante de Letras de la UNL que llegó con 24 años (cumplió 25 luego de su debut), aunque originalmente ella se imaginó en las filas del “Team Lali”. Sumó emoción a su presentación al dedicarla a su papá Eduardo Cuello, fallecido hace tres años, y a su abuela Lilia Bachini, quien murió a comienzos de este año.
El Litoral se contactó con esta nueva representante de la capital santafesina en el concurso de Telefe, para conocer más sobre sus vivencias, su relación con la música y sus ganas de seguir adelante.
Formación
-¿Cómo fue tu camino a la música? ¿Cuánto tuvo que ver tu abuela Lilia (que fue integrante del Coro Polifónico de Santa Fe) en esas ganas de dedicarte al canto?
-Con respecto a mi abuela Lilia, en realidad más llamada abuela Pichu, debo decir que influyó mucho: primero porque desde niña yo siempre la veía tocar el piano, y creo que ese fue mi acercamiento, al menos en la familia, con la música. También con mi tío Pedro, que baterista hoy en día, pero de niña observaba mucho a mi abuela tocar el piano, canciones de Mercedes Sosa, “O sole mio”, distintos temas, hasta el “Feliz cumpleaños”.
Y por otro lado también es cierto que durante la pandemia comentaba mucho con ella sobre La Voz Argentina, porque era muy seguidora del programa, yo también; entonces intercambiábamos opiniones sobre las presentaciones, que íbamos viendo, las devoluciones, todo. Así que creo que incluso influyó bastante en mi decisión de entrar en el concurso, porque ella hasta febrero sabía que yo iba a entrar, y estaba contenta cuando había pasado la preselección.
-Te formaste con Selene Rozycki, quien te acompañó en la audición, que dice que te dio por “egresada” para que te dediques al escenario. ¿Qué es lo más importante que aprendiste con ella, tanto en lo musical como en lo humano?
En lo musical creo que he aprendido mucho en estos seis años de técnica; sigo aún aprendiendo, estoy en ese proceso. Ella ya me da por resuelta, pero creo que uno siempre como persona, como cantante, como ser humano, como artista, está en constante aprendizaje. Entonces he aprendido mucho de ella no solo de lo técnico del canto sino también de lo artístico de lo artístico de lo escénico, lo interpretativo.
Sele fue una pieza clave para que yo me anime a soltarme más en el escenario también: por ahí al principio me ganaba un poco más la timidez, y con ella de a poco he aprendido a resolverlo; y aún sigo tratando de resolverlo. La verdad es que ella me ha dado muchas herramientas para eso y bueno, de lo técnico y lo teórico incluso ni hablar: he aprendido un montón de conceptos de canto que desconocía gracias a ella.
Versatilidad
-Elegiste “Plegarias” de Nicki Nicole, pero cuando te pidieron otra te fuiste para “Proud Mary” de Creedence Clearwater Revival, en la versión de Tina Turner. Pero has interpretado canciones de The Beatles, Amy Winehouse, Bebe Rexha, Radiohead o los Ratones Paranoicos. ¿Qué artistas te inspiran o te marcaron para seguir este camino?
-Sí, la verdad es que quizá yo me encuentro más en canciones de otros estilos, de otros géneros: del soul, el blues, el jazz, el rock. Pero no obstante creo que haber cantado “Plegarias” es un desafío que acepté tomar, y obviamente uno se hace cargo de eso; pero creo que está bueno también para ver otra parte de mí. Con esto apunto al tema de la versatilidad: creo que es importante y está bueno que un cantante pueda moverse por varios género. Y aún queda parte del concurso, así que quizás pueda demostrarlo, ojalá, sería mi deseo. Creo que eso es lo importante: está bueno animarse a explorar distintos géneros y demostrar que uno puede cantar una canción quizás medio del pop melódico y después pasar a un rock o un blues: esa era la idea.
-En el último tiempo compartiste videos y presentaciones con Luca Cimolini y Valentina Trevignani (también alumna de Selene). ¿La idea es seguir con ellos o estás experimentan con diferentes formatos y propuestas?
-Luca Cimolini es un amigo que es más bien autodidacta con el tema de la música, él mismo lo dice; no está muy metido en verdad hoy en día en el proyecto musical, creo que tiene otros proyectos más relacionados con sus estudios, que van por otros campos. Pero debo decir que fue un gran amigo y una gran compañía al principio, cuando yo quizá necesitaba tenerlo al lado, sentía esa necesidad de tener alguien de confianza al lado mío para que me acompañe. Entonces desde ese lado fue un gran amigo que valoré mucho en el proceso.
Con respecto a Valentina es una gran música que sigue cantando, me sigue acompañando hoy en día. Y la verdad que con ella por ahí suelo hacer dúos que disfruto muchísimo, porque ella no solo toca sino que también canta, tiene una voz hermosa, muy dulce. Entonces siempre sentí que lo que hacemos está bueno porque nos complementamos entre las dos, e incluso armonizamos muy bien. La idea con Vale es continuar siempre, porque creo que es una gran compañera y tiene mucho talento también para seguir en esto.
Vivir la música
-El jurado te dijo que te transformás cuando empezás a cantar. ¿Sentís que pasa algo de eso?
-Eso lo dijo ni más ni menos que el señor maestro Ricardo Montaner; con respecto a eso no sé si es que me transformo, pero siento que es un momento, un espacio en el cual puedo centrarme no solo más que en armar un personaje (que por ahí eso puede ser más para la parte de la actuación), siento que puedo ser más yo que nunca al involucrarme en la canción que estoy cantando o interpretando.
Al menos a mí me pasa eso con la música: soltarme, liberarme y expresar ese sentimiento que me transmite a mí la canción: ya sea de tristeza, de alegría, de baile. De distintos modos disfruto hacer un poco de todo en ese sentido: si toco una canción de baile, de rock, me gusta bailar y darlo todo; y si toco un tema quizás más triste me gusta sentir lo que estoy cantando.
-¿Qué te moviliza para el día después de La Voz, o hacia dónde querés llevar tu carrera?
-Todo esto del programa es una experiencia totalmente nueva para mí, y la tomo como tal, la estoy viviendo y transitando como tal. Creo que también es un gran impulso, es una puerta que se abre. Pero sí creo que uno tiene que tener los pies sobre la tierra y saber que después esto en algún momento termina y uno tiene que continuar construyendo su recorrido.
Por mi parte yo estudio Letras por un lado, que es una parte importante de mi vida también, pero por el otro no quiero dejar de ser esa persona que canta en bares, en escenarios de mi ciudad: lo disfruto mucho y me hace muy bien. Así que la idea sería continuar haciéndolo, desde lo que puedo dar, desde lo que puedo ofrecer, junto con otros compañeros músicos, por supuesto: compartir escenarios creo que es lo más lindo.