Viajar de Santa Fe a Buenos Aires a mediados del siglo XX configuraba toda una experiencia. Las anécdotas de aquellos pasajeros viven en las historias y relatos intrafamiliares y que algunos afortunados guardan en antiguas fotografías.
Un repaso fotográfico de la novedosa formación que partía de la Estación Belgrano con rumbo a Buenos Aires.
Viajar de Santa Fe a Buenos Aires a mediados del siglo XX configuraba toda una experiencia. Las anécdotas de aquellos pasajeros viven en las historias y relatos intrafamiliares y que algunos afortunados guardan en antiguas fotografías.
Por aquellos tiempos, el ferrocarril era EL medio de transporte predilecto para la población de clases medias y bajas. Los colectivos de media y larga distancia no tenían la preponderancia de la actualidad.
Dicho esto, vale la pena recordar las características de una de las formaciones que llevaron y trajeron a santafesinos, porteños y ciudadanos de otras partes del país. Se hace mención a “El Chaqueño”, un tren que en los ‘60 conectaba la capital provincial con Retiro.
El archivo fotográfico de El Litoral también permite recordar cómo eran aquellas antiguas formaciones que “corrieron” a lo largo y ancho de la provincia y la región central del país. Que conectaron ciudades, pueblos y sociedades por muchos años.
En un artículo publicado por El Litoral el sábado 21 de diciembre de 1963, se enumeraron las bondades de esta formación perteneciente al Ferrocarril Nacional Manuel Belgrano.
La nota aclaraba que esta línea también combinaba sus trayectos con otros destinos como Tucumán y Resistencia, con paradas en estaciones intermedias.
“De tal manera, se reemplaza el tren a vapor que prestaba este servicio los martes, jueves y sábados, por un tren compuesto por cuatro vagones metálicos de moderno diseño y coche comedor accionado por una locomotora diésel, que ha permitido acortar los horarios en dos horas”, explicó El Litoral en la citada noticia.
En otro fragmento, el artículo entra en detalles sobre las prestaciones del servicio. “Cada uno de los coches tiene capacidad para 88 pasajeros, y como son cuatro, la capacidad del convoy es de 376”, aseguró el texto del vespertino.
Casi 400 personas trasladándose entre Santa Fe y Buenos Aires en simultáneo en un servicio público de pasajeros. Algo impensado para los días que corren.
Otra novedad de aquella formación era el coche comedor. “De diseño muy moderno, tiene una capacidad para 28 comensales, con asientos pullman, ventiladores, adecuada iluminación y perfecta ventilación”, destacó El Litoral en el artículo aquí recordado.
En el desarrollo informativo, el artículo además hace hincapié en los horarios y en la optimización de los tiempos a partir de una obra de mejoras que, por aquellos tiempos, estaba en plena ejecución.
“Los días indicados (martes, jueves y sábados) parte de la estación local (Santa Fe) a las 11, arribando a Retiro a las 19.30. Los mismos días sale de Buenos Aires a las 8.30, para llegar a las 17”, explicó este diario.
Y sumó: “Con el agregado de que este horario podrá ser acortado a poco que se concluya con los trabajos relativos al cambio de rieles y mejoramiento de terraplenes entre Santo Tomé y Coronda, que es el tramo que más ha conspirado contra la rapidez del servicio”.
Inexplicable final
La historia marca que las décadas siguientes serán terminales para el sistema ferroviario argentino, en particular en la provincia de Santa Fe. Desinversión, falta de mantenimiento y el posterior abandono fue el inexplicable final de los trenes. Entre los ‘80 y ‘90, el desguace de la trama del FF.CC quitó la posibilidad a la ciudadanía de contar con un servicio genuino de transporte, tanto de pasajeros como de carga.