Hace 500 años las ventanas del vino estaban de moda en la región de la Toscana, en Italia, especialmente durante las epidemias. Se prohibieron durante mucho tiempo, pero ahora vuelven a usarse por un motivo similar al de hace medio milenio.
Hace 500 años las ventanas del vino estaban de moda en la región de la Toscana, en Italia, especialmente durante las epidemias. Se prohibieron durante mucho tiempo, pero ahora vuelven a usarse por un motivo similar al de hace medio milenio.
La ventanas del vino o buchette del vino, cuya traducción literal es agujero del vino, eran unas pequeñas ventanas de apenas unos centímetros de grosor, situadas a un metro de altura del suelo, que se comenzaron a construir en las casas florentinas en el siglo XVII. Fueron usadas antiguamente por los productores de esta bebida en los tiempos de la peste bubónica para reducir el riesgo de contagio, y ahora volvió a convertirse en un modo de venta a causa de la pandemia de coronavirus.
Varios hosteleros de la región italiana de Toscana decidieron restablecer la antigua tradición de vender comida y bebidas sin contacto directo con el cliente a través de unas pequeñas ventanas en las paredes de sus locales.
A través de estas aberturas, los vendedores entregaban las botellas a los clientes, pero no recibían el pago directamente de sus manos, sino que disponían de una caja especial para aceptar las monedas, que luego desinfectaban con vinagre.
En la actualidad, varios locales de Florencia ofrecen a través de las “ventanas del vino” también otras bebidas, como café, aperitivos e incluso helado, mientras que otros establecimientos se mantienen en la tradición de usarlas solo para servir copas de vino.