Ante el incremento de ataques a palestinos en Cisjordania ocupada, varias ONG acusan al Ejército israelí de apoyar activamente la violencia de algunos colonos judíos, espoleados por el apoyo que reciben de los ministros de extrema derecha.
Entre el 7 de octubre de 2023 y el 31 de marzo de 2024, los colonos israelíes llevaron a cabo unos seis ataques diarios en dicho territorio ocupado.
Ante el incremento de ataques a palestinos en Cisjordania ocupada, varias ONG acusan al Ejército israelí de apoyar activamente la violencia de algunos colonos judíos, espoleados por el apoyo que reciben de los ministros de extrema derecha.
Acusaciones similares aparecen en el informe de una comisión de la ONU que acusó la víspera tanto a Israel como a siete "grupos armados palestinos", incluyendo a Hamás, de cometer "crímenes de guerra" y "crímenes contra la humanidad" desde el 7 de octubre dl año pasado.
Los colonos israelíes han llevado a cabo 1.096 ataques en territorio ocupado entre el 7 de octubre y el 31 de marzo, contabilizó la Oficina de las Naciones Unidas para la Coordinación de Asuntos Humanitarios (OCHA, su sigla en inglés). Esto es: un promedio de seis ataques diarios, contra tres ataques por días antes del 7 de octubre. En 2022, el promedio de los ataques de colonos era de dos por día.
Los actos violentos de colonos israelíes contra palestinos alcanzaron un número récord en 2023, según un recuento de la oenegé israelí de defensa de derechos humanos Yesh Din. Desde el inicio de la guerra en Gaza el 7 de octubre, 537 palestinos murieron a manos de soldados o colonos israelíes en Cisjordania, según la Autoridad Palestina, la entidad que administra parte de los territorios palestinos en Cisjordania desde 1994.
Del lado israelí, 14 personas murieron en atentados palestinos, según cifras oficiales del gobierno israelí.
Cada ataque deja testimonios similares: colonos armados, a veces vestidos con los mismos pantalones caquis que los soldados, agreden a civiles palestinos, queman casas y coches, roban ganado, a veces bajo la mirada de soldados pasivos.
El pasado 13 de abril, cientos de colonos atacaron Duma, un pueblo palestino del centro de Cisjordania, y apuñalaron a un habitante después de que las autoridades israelíes anunciasen haber encontrado el cadáver de un adolescente israelí, habitante del asentamiento de Malajei HaShalom, situado a unos kilómetros al sur de Duma.
El Ejército israelí anunció el 22 de abril el arresto de un habitante de Duma, acusado del asesinato del joven de 14 años. Durante el ataque del 13 de abril, "las fuerzas israelíes estaban presentes en Duma para asegurar la seguridad de los colonos y protegerlos", aseguró Suleiman Dawabsheh, jefe del consejo de esta localidad de varios miles de habitantes.
Un portavoz militar israelí respondió sobre lo sucedido, indicando que la misión de los soldados posicionados en Cisjordania es "proteger los bienes materiales y las vidas de todos los habitantes, y dispersar los enfrentamientos" en caso contrario.
El Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Derechos Humanos pidió a las fuerzas israelíes el 16 de abril cesar "inmediatamente su participación activa y su apoyo" a los ataques llevados a cabo por colonos e instó a Israel a "impedir nuevos ataques, particularmente imputando a los responsables" de éstos.
Sin contar a los que viven en Jerusalén Este, hay más de 490.000 colonos en Cisjordania ocupada, en asentamientos que la ONU califica de ilegales según el derecho internacional, y en medio de tres millones de palestinos. El proceso de colonización se ha llevado a cabo bajo todos los Gobiernos desde que Israel conquistó Cisjordania en junio de 1967.
En Cisjordania ocupada, "distinguir a los colonos de los soldados se ha vuelto muy difícil", declaró Joel Carmel, responsable de la ONG israelí antiocupación Breaking the Silence (Rompiendo el Silencio), formada por soldados retirados.
Carmel señala el cambio sociológico que está ocurriendo en el Ejército, donde desde hace una década se observan más colonos sionistas y religiosos en las unidades combatientes y entre los oficiales superiores.
Desde el 7 de octubre, "vemos colonos con uniforme" militar y la violencia es "cada vez más extrema" en Cisjordania, explica Ehud Krinis, activista israelí que ayuda a los palestinos de la zona de Hebrón. La ONG Human Rights Watch (HRW), dedicada a la defensa y la promoción de los derechos humanos, acusa a Israel de ser el responsable del aumento de la violencia de los colonos desde el 7 de octubre.
HRW investigó igualmente cinco ataques cometidos por colonos en cinco localidades palestinas entre octubre y noviembre de 2023. "Las pruebas muestran que los colonos armados, con la participación activa de unidades del Ejército, bloquearon carreteras y atacaron a comunidades palestinas en varias ocasiones: detuvieron, agredieron y torturaron a los habitantes, expulsándolos de sus casas y de sus tierras bajo amenaza", concluyó la ONG en abril.
La llegada de Itamar Ben Gvir y de Bezalel Smotrich, dos figuras centrales de la extrema derecha israelí, al gobierno de Benjamin Netanyahu sirvió para dar luz verde a los ataques de los colonos, opina Moayyad Bsharrat, responsable de la Unión de los Comités de Trabajo Agrícola, una organización palestina de defensa de los agricultores.
El Ejército israelí indicó que examina "todas las denuncias sobre el comportamiento de soldados que incumplen las órdenes". Pero según Joel Carmel, los colonos y soldados violentos son condenados "en rara ocasión": "la fiscalía y la mayor parte del aparato gubernamental están diseñados para protegerlos".
Sirenas antiaéreas resonaron este jueves en ciudades del norte de Israel y las autoridades declararon que por la tarde se habían disparado unos 40 cohetes desde Líbano. La cadena estatal Kan emitió imágenes de numerosos cohetes interceptados en pleno vuelo sobre ciudades israelíes, incluida Safed, a unos 12 kilómetros de la frontera. Dos personas resultaron heridas por metralla, según informó el servicio nacional de ambulancias de Israel.
Hezbolá, respaldada por Irán, abrió un segundo frente contra Israel poco después del asalto de Hamás al sur de Israel el 7 de octubre, que desencadenó la guerra en Gaza. Desde entonces, la frontera entre Israel y Líbano fue escenario de crecientes ataques en ambas direcciones.
La violencia se intensificó esta semana con el lanzamiento de más cohetes por parte de Hezbolá en represalia por un ataque israelí que causó la muerte de uno de sus principales comandantes de campo. Washington expresó este jueves su preocupación por la posibilidad de que los combates en la frontera entre Israel y Líbano se convirtieran en una nueva guerra total y pidió nuevos acuerdos de seguridad.
Hezbolá, por su parte, confirmó que lanzó cohetes y aviones teledirigidos armados contra nueve instalaciones militares israelíes en un ataque coordinado, intensificando las hostilidades en la frontera sur del Líbano por segundo día consecutivo. Una fuente de seguridad indicó al Líbano que se trataba del mayor ataque llevado a cabo por Hezbolá desde octubre, cuando el grupo comenzó a intercambiar disparos con Israel en paralelo a la guerra de Gaza.
A través de un comunicado, Hezbolá precisó que había disparado cohetes Katyusha y Falaq contra seis emplazamientos militares israelíes. Su televisión Al-Manar informó de más de 100 cohetes disparados a la vez. La información brindada por el grupo yihadista subraya que también había lanzado drones de ataque contra el cuartel general del mando norte de Israel, un cuartel de inteligencia y un cuartel militar.
Una fuente de seguridad confió que eso supuso disparar al menos 30 drones de ataque a la vez, lo que lo convierte en el mayor ataque de ese estilo del grupo hasta la fecha en la guerra de ocho meses.