El 7 de julio, el día grande de las fiestas de San Fermín, ha arrancado de manera atípica sin encierro en las calles de Pamplona, que a las ocho de la mañana presentaban una imagen absolutamente inusual en estas fechas, sin corredores, ni toros.
El 7 de julio, el día grande de las fiestas de San Fermín, ha arrancado de manera atípica sin encierro en las calles de Pamplona, que a las ocho de la mañana presentaban una imagen absolutamente inusual en estas fechas, sin corredores, ni toros.
No obstante, un grupo de corredores del encierro, de blanco y rojo, se ha acercado hasta la cuesta de Santo Domingo para entonar ante la imagen de San Fermín los cánticos habituales previos a la carrera ante un nutrido número de medios de comunicación que se habían congregado en el lugar para inmortalizar las ocho de la mañana de este singular 7 de julio.
Este año, debido a la pandemia, la feria del toro, al igual que el resto de actos festivos, han sido suspendidos, por lo que ni los toros correrán desde los corrales de Santo Domingo hasta el coso pamplonés a los ocho de la mañana, ni por las tardes tendrá lugar en él ningún festejo taurino.
Esto es algo que no sucedía desde hace cuatro décadas, en concreto desde 1978, cuando sucedieron los incidentes en los que murió Germán Rodríguez.
En aquella ocasión los Sanfermines se desarrollaron con normalidad hasta que al final de la corrida de toros del 8 de julio, la Policía entró al ruedo con la orden de retirar una pancarta de los tendidos de sol en la que se pedía la liberación de los presos políticos, y acabó abriendo fuego sobre las peñas, lo que derivó en aquella muerte por herida de bala. Los incidentes posteriores llevaron a la suspensión del resto de actos festivos.
Posteriormente, los encierros se han celebrado sin interrupciones, pero no así las corridas de toros ya que por el asesinato de Miguel Ángel Blanco a manos de ETA no tuvo lugar la del 12 de julio de 1997.
La suspensión más reciente es la del 8 de julio del año pasado debido a una fuerte tormenta.