Martes 21.4.2020
/Última actualización 22:55
“No por ser una noticia esperada deja de producirnos tristeza”, dijo la actual alcaldesa de Pamplona, Ana Elizalde (Navarra Suma), en el momento de anunciar la decisión de “suspender” los sanfermines de 2020 debido a la crisis de Covid-19. “Parece evidente que nuestras queridas fiestas están muy reñidas con el coronavirus”, indicó Elizalde, que asume la alcaldía de manera interina mientras el primer edil, Enrique Maya, se recupera de la infección por coronavirus en su casa tras una semana de internación hospitalaria.
El Ayuntamiento había trabajado con la hipótesis de trasladar la celebración al mes de septiembre, cuando se desarrollan las fiestas de San Fermín de Aldapa en el Casco Viejo de la ciudad, pero, reconociendo la incertidumbre que existe con las condiciones de seguridad sanitaria, optaron por “suspender” los sanfermines. Elizalde reconoció que estan ante “un escenario imprevisible” y, añadió que “ponerse a adivinar o a anticipar qué va a suceder dentro de cinco meses sería un ejercicio de irresponsabilidad”.
La última vez que el Ayuntamiento de Pamplona decidió suspender las fiestas fue en 1997 durante 24 horas por el asesinato de Miguel Ángel Blanco, concejal del PP en Ermua, por parte de ETA. También se cancelaron las fiestas en 1978, desde el 9 de julio, tras los sucesos del día anterior con la irrupción de la Policía Armada en la Plaza de Toros que concluyeron con el asesinato de Germán Rodríguez. En aquella ocasión, el Ayuntamiento decidió trasladar encierros y corridas de toros a la celebración del Casco Viejo en septiembre, conocidos popularmente como “sanfermines chiquitos”. Para encontrar una suspensión total de las fiestas hay que remontarse a los años 1937 y 1938, a causa de la Guerra Civil. No existen precedentes documentales de la suspensión de los sanfermines por una plaga o pandemia.
Más allá de la consecuencia emocional, las fiestas también tienen un importante impacto económico. Según cálculos de la Asociación de Hostelería de Navarra, los 9 días de fiestas de Pamplona suponen el 15% de la facturación anual de la hostelería, que emplea a 18.000 personas. El sector, completamente cerrado desde el inicio del estado de alarma, pide “empatía por parte de la Administración”, según el secretario de la Asociación, Nacho Calvo. La suspensión también afecta a la Feria del Toro que organiza la Casa de Misericordia y que supone el principal ingreso para la residencia de mayores en la que viven en torno a 1.000 personas. Esta residencia es también la que mayor número de casos de covid-19 registró entre sus internos en Navarra.