Jueves 7.4.2022
/Última actualización 21:00
Roman Camilla Fabri es una ex modelo italiana de 28 años, y es la esposa de Alex Saab, presunto testaferro de Nicolás Maduro que hoy se encuentra preso en Estados Unidos. Ellos son dos de los cinco nombres que figuran en una orden de arresto dictada por un juez de instrucción de Roma a raíz de investigaciones sobre lavado de dinero de la Unidad Monetaria de la Policía Financiera de Roma, coordinada por el fiscal Francesco Cascini.
Las otras tres personas que son solicitadas por la justicia son el marido de la hermana de Fabri, Lorenzo Antonelli, que se encuentra en el extranjero, y las dos tías de la mujer, Arianna y Patrizia Fiore, de 47 y 45 años respectivamente, las únicas presentes en Roma cuando se emitieron las órdenes.
Según reveló el Corriere della sera, todos están imputados por asociación delictiva y diversas causas por blanqueo de capitales, autoblanqueo y transferencia fraudulenta de activos.
Es la conclusión de una compleja investigación que comenzó hace tres años y que entrelaza el escándalo de la ayuda humanitaria en Venezuela y los bancos de países complacientes en ocultar el inmenso capital de Saab, quien presuntamente se apoderó de parte de los fondos destinados a ayuda humanitaria para la población para luego ocultarlos en Rusia y en algunos paraísos fiscales.
Alex Saab también habría montado numerosas empresas a través de las cuales blanqueaba las ganancias ilícitas.
En octubre de 2019, tras una investigación realizada por una unidad de la policía italiana especializada en finanzas, la jueza de instrucción Francesca Ciranna ordenó la incautación de bienes de Fabri por el presunto delito de lavado de dinero.
Es que la joven italiana pasó a estar en el ojo de las autoridades luego de que detectaran que, con un salario declarado mensual de 1.840 euros, podía darse lujos como pagar 5.800 euros de alquiler al mes y poseer un vehículo Range Rover Evoque valorado en 54.500 euros.
Esos movimientos, haber adquirido una propiedad de cerca de cinco millones de euros, ubicada en el cuarto piso de la Via Condotti, una de las calles más sofisticadas de Roma, así como 1,8 millones de euros en una cuenta corriente abierta en un banco italiano, fueron claros indicios de que algo no andaba bien.
Esta última suma es el equivalente a lo que se habrían embolsado las dos tías de Fabri por haber actuado como testaferros en un intento de cribar el origen ilícito del dinero, según pudo averiguar el diario italiano.
En cuanto a Antonelli, esposo de Beatrice, la hermana de Camilla, se le atribuye un papel central en la historia del apartamento en via Condotti, resumido así por el juez de instrucción en el momento del secuestro: “Del contrato se deduce que Fabri ha comprado el derecho de residencia vitalicio por un importe de 4 millones 275 mil euros, mientras que la nuda propiedad la adquiere la sociedad inglesa Kinloch Investments, representada por Lorenzo Antonelli, por un valor de 475 mil euros. Antonelli surge como propietario de varias empresas, todas con oficinas coincidentes con Kinloch. Pero de una encuesta a la Cámara de Comercio Inglesa surge que el capital social de la misma está íntegramente en manos de Camilla Fabri”.
Después de un período en Rusia, donde nació el segundo hijo de la pareja, Fabri ahora está en Venezuela, donde realiza una campaña pública por la liberación de su esposo.
Los funcionarios del régimen de Maduro consideran que Saab es víctima de un “secuestro” y han tratado de reunir apoyo popular en Venezuela para exigir su libertad. Al momento de su detención, dijeron que estaba en una misión humanitaria en Irán para negociar la compra de alimentos, los cuales se han vuelto más difíciles de importar, ya que las sanciones de Estados Unidos han cortado los lazos de Venezuela con el sistema financiero occidental, agravando un colapso económico marcado por años de hiperinflación, apagones y escasez generalizada.
Pero a medida que el caso avanza, ha surgido información de que en los años previos a su arresto, Saab reveló a las autoridades estadounidenses información sobre los sobornos que pagó a altos funcionarios del gobierno de Maduro.
El miércoles se dieron a conocer más detalles sobre esa cooperación con las autoridades estadounidenses, luego de que el juez Robert Scola, que preside el caso penal, retiró los sellos de confidencialidad a una orden procesal que emitió hace un año, mientras Saab buscaba evitar su extradición a Estados Unidos.
De acuerdo con el documento recién desprecintado, Saab y sus abogados se reunieron con agentes de la DEA y del FBI en la capital de Colombia a principios de 2016. El 2 de junio de 2018, admitió a los agentes que había pagado sobornos a funcionarios del gobierno a cambio de los contratos de vivienda. Menos de un mes después, el 27 de junio, se convirtió en un “informante activo”, lo que significa que probablemente recibió instrucciones de funcionarios estadounidenses. También aceptó entregar las ganancias obtenidas de sus negocios turbios.
Durante una reunión con fiscales estadounidenses en Europa en abril de 2019, ambas partes discutieron la entrega de Saab para el 30 de mayo de ese año, según un resumen de los hechos incluido en la orden de cinco páginas de Scola.
Pero el plazo pasó y Saab nunca se presentó, poniéndole fin a toda comunicación con funcionarios estadounidenses, según el expediente judicial. Fue acusado unas semanas más tarde.