Miércoles 19.2.2020
/Última actualización 14:44
El primer castigo llegó. Finalmente, la reina Isabel II tomó una inicial represalia que afectará las finanzas futuras de la dupla que más dolores de cabeza le generó a la realeza británica en los últimos tiempos: la compuesta por el príncipe Harry y la actriz Meghan Markle.
La medida tiene que ver con la marca que ambos habían desarrollado y que tantos ingresos creyeron que le reportarían: “Sussex Royal”. A partir de los próximos días ya no podrán utilizar la palabra “Royal” (Realeza, Real) en sus comunicados. Es que ya no pertenecen a ella a partir del 8 de enero en que tomaron la decisión de apartarse de las responsabilidades que implicaban pertenecer a la Familia Real británica.
Un portavoz explicó off the record al diario inglés Daily Mail que “simplemente no pueden usar esa palabra porque ya no pertenecen a la Realeza”. Harry y Meghan invirtieron decenas de miles de libras en un nuevo sitio web de Sussex Royal para complementar su popular cuenta de Instagram. Como resulta evidente, ese presupuesto era parte de las arcas de la Corona.
Los duques también intentaron otras actividades para lucrar con su antiguo título. Trataron de registrar a “Sussex Royal” como una marca comercial mundial para una variedad de artículos y actividades, entre las que se incluyen desde ropa hasta libros. No podrán hacerlo. De acuerdo a ese periódico, tanto Harry como Meghan habrían aceptado lo impuesto por la Reina.
ABC.esEl registro “Sussex Royal” fue adoptado hace un año, aproximadamente, luego de que la popular pareja decidiera mudarse y alejarse del príncipe William y su esposa, Kate Middleton. Los duques de Cambridge tienen su propia cuenta y website, tan activa y receptiva entre el público como la que hasta ahora tenían el menor de los hermanos y la actriz norteamericana.
La decisión de los duques de Sussex impactó fuertemente en la Familia Real británica. Desde su anuncio, el pasado 8 de enero hasta la cumbre que convocó Isabel II, fueron cinco días frenéticos de especulaciones y escándalos. Finalmente, la reina tomó las riendas del asunto y bendijo la decisión de su nieto. “Apoyamos el deseo de Harry y Meghan de crear una nueva vida”, dijo en aquella ocasión la monarca.
Sin embargo, días después, a medida que se conocían más detalles de los planes de la pareja, se supo de un error que habían cometido que resultaría fundamental para sus planes económicos: el registro de la marca que podría darles grandes dividendos. Un error del Príncipe amenaza con dificultar esa tan ansiada independencia financiera para él, su esposa y el pequeño Archie.